STILL THE WATER (FUTATSUME NO MADO), de Naomi Kawase
Japón, 2014. Dirección y guion: Naomi Kawase Fotografía: Yutaka Yamazaki Música: Hasiken Reparto: Makiko Watanabe, Hideo Sakaki, Jun Murakami, Fujio Tokita, Tetta Sugimoto Género: Drama romántico Duración: 120 min. Tráiler: Link
¿De qué va?: Un cuerpo sin vida aparece en una de las playas de la isla de Amami. Kyoko y Kaito observan desde la lejanía el suceso, y la imagen del hombre en el mar tiene efectos muy distintos en ambos. Kyoko, preocupada por el estado de salud de su madre, ve con temor la posibilidad de una muerte cercana. Kaito, que por el contrario tiene una relación casi inexistente con su madre, quiere viajar hasta Tokio para ver a su padre y encontrar respuestas de su pasado. Tanto Kyoko como Kaito compartirán todos sus miedos y afectos, hasta el punto que durante un verano descubrirán que se quieren y se necesitan.
Naomi Kawase concentra todas sus obsesiones en Still the Water, su nuevo largometraje exhibido en la sección oficial de Cannes y en la sección Perlas de San Sebastián. La cineasta japonesa traza en esta ocasión una historia que hermana vida y muerte, tradición y modernidad, con la naturaleza como espacio sagrado, y con el amor como principal nexo de unión de todos sus personajes. Kawase recoge todo su oficio en el terreno del cine documental para filmar una historia con momentos absolutamente deliciosos, con la majestuosidad del mar y la vegetación de los árboles como protagonistas de unas escenas cargadas de poesía y espiritualidad. La lástima es que Kawase, en lugar de perseguir la belleza, busca alcanzar la trascendencia, y ello se traduce en un metraje dilatado en exceso, más tremendista que sentimental, más rocambolesco que dramático. Pese a su interesante arranque, Still the Water termina afectada por un guion bastante endeble que no termina de cerrar sus líneas argumentales y una irritante tendencia por parte de su artífice al ensimismamiento y al subrayado. Aligerada de equipaje, podría haber sido la mejor obra de Kawase. Y así, tal y como su directora la ha concebido, Still the Water es una película especial, claramente irregular, pero igualmente apreciable, que deja para el recuerdo estampas tan inolvidables como el plano final de los amantes bajo el agua. Necesita, eso sí, de espectadores que se atrevan a viajar a los espacios físicos y anímicos de Kawase. Reunirá una gran lista de fieles mientras que otros se aburrirán sin remedio. Cine, vaya, que polarizará a la platea, y que en el mejor de los casos tocará el alma y el corazón de muchos. Véanla, olvídense de todo y déjense llevar por las aguas entre turbulentas y tranquilas de Kawase.
Para asiófilos en busca de retiro espiritual.
Lo mejor: La potencia de algunas de sus imágenes.
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