viernes, 8 de agosto de 2014

CSF: SACRIFICIO (OFFRET), de Andrei Tarkovski


SACRIFICIO (OFFRET, THE SACRIFICE, SACRIFICATIO), de Andrei Tarkovski
Largometraje nº 50. Cinoscar Summer Festival 2014: Sección fuera de concurso
 Elección de Jose Zambrano
Suecia, 1986. Dirección y guion: Andrei Tarkovski Duración: 145 min. Género: Drama Fotografía: Sven Nykvist Música: J. S. Bach Reparto: Erland Josephson, Susan Fleetwood, Valerie Mairesse, Sven Wolter, Gudrun Gildottir, Allan Edwall
¿De qué va?: Coincidiendo con su cumpleaños, Alexander, un reputado escritor semiretirado, prepara una modesta celebración con sus familiares y amigos en su casa de campo. Alexander aprovecha para conversar sobre la vida, cuestiones existenciales y anécdotas mundanas con un maestro que trabaja como cartero y un doctor con ideas supersticiosas y nada científicas. Momentos anteriores a la cena, los cimientos de la casa se tambalean y un avance televisivo habla de un inminente apocalipsis. A partir de esa noticia, Alexander toma una decisión que cambiará su existencia y que le hará recordar episodios terribles de su pasado.


Reseña Xavier: Tarkovski dedica Sacrificio a su hijo, y a él va dirigida la metáfora con la que se abre y cierra el film: el simbólico árbol que preside un campo silencioso. Pero la película también es una obra sobre el pasado, el recuerdo de una guerra que vuelve y que produce absoluto terror. Y al mismo tiempo, estamos ante una película - mundo diseñada a modo de vía crucis emocional, de largo rezo interior. Tarkovski, fiel a su cadencia pausada y a su inquebrantable misticismo, obliga al espectador a realizar determinados sacrificios para ver y entender su propuesta: al fin y al cabo, el film prescinde de cualquier detalle superfluo, se sustenta sobre la experiencia visual de una fotografía hipnótica y la carga filosófica de su guion, y el espectador debe estar atento a todas las curvas de la trama, aunque muchos seguramente claudicarán ante tanta radicalidad (el cine de Tarkovski es, confesémoslo, tan especial como espeso, pero también agradecido, ya que siempre da más de lo que realmente condensan sus imágenes). Una película compleja que no se ve: se está en ella. Y así se recuerda, como una pesadilla experimentada en primera persona. Días después del visionado, todavía podemos sentir las grandes llamas destruyendo la casa de Alexander y el citado árbol erguido a modo de esperanza. Estamos plenamente convencidos de que la disfrutaremos (y sufriremos) muchísimo más en un segundo visionado, sin las prisas de nuestro festival: Tarkovski, amante del gesto y del tempo encapsulado, lo merece.



Reseña Mayra: Sacrificio es la última película de la filmografía no extensa pero sí intensa de un referente del cine ruso y de la cinematografía en general como Andrei Tarkovski. La mayor parte de la obra de este director comparte el mismo estilo de realización: entornos sombríos con personajes complejos y llenos de preguntas existenciales que los hacen divagar en medio de enigmas y símbolos de los que mayoritariamente se valía Tarkovski para desarrollar sus historias, en las que siempre están presentes temas filosóficos, artísticos o religiosos. Erland Josephson, que ya había trabajado a las órdenes del cineasta en su anterior film Nostalgia, es el protagonista de Sacrificio: en esta cinta da vida a un hombre que en medio de una guerra invisible se verá obligado a renunciar a su vida por salvar a los suyos. Tal vez suena sencillo lo que digo pero en realidad con Tarkovski todo es más complejo e interesante de lo que en breves rasgos se puede decir o explicar ante el estilo nada convencional de este director. Tarkovski con la cámara nos aleja de sus personajes pero con los diálogos nos acerca a ellos; la fotografía y movimientos de cámara surgen de una ligereza cual si se estuviera dando pequeñas pinceladas en un lienzo; y todo ello da como resultado una obra de arte como Sacrificio. Una cinta que a pesar de su extenso metraje merece la pena ser visionada, al igual que la filmografía entera de este referente del cine. 



Palmarés: Bafta a la mejor película de habla no inglesa. Premio Guldbbage de la Academia de cine sueco a la mejor película y mejor actor (Josephson) del 1986. Premio FIPRESCI, premio de jurado, premio del jurado ecuménico y mención a la mejor contribución técnica por la dirección de fotografía de Sven Nykvist en el Festival de Cannes 1986. Espiga de oro a la mejor película del Festival de Valladolid 1986, ex-aequo con Mona Lisa, de Neil Jordan.

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