GLOBOS DE ORO 2011: LA RED SOCIAL ARRASA

Son las cinco de la mañana en España y servidor ha luchado contra el sueño, los horrorosos comentarios de los locutores del canal TNT y los links informáticos con cortes continuos para ver la gala de los Globos de oro. Una ceremonia más amena que la de los Oscar, en la que verdaderamente se logra una reunión del gremio cinematográfico, más o menos distendida, trufada de chistes no siempre buenos, en la que los premiados son los auténticos protagonistas. Natalie Portman ha sido el cisne del año: además de su Globo de oro, ha sido la portadora del vestido más original y comentado, el mejor atuendo con rosa roja incluida para una noche que ha ido de perlas para sus intereses de Oscar. Tina Fey parece que ha repetido el mismo vestido de siempre, la más bella del gremio televisivo ha sido la roja January Jones de Mad Men, y Cinoscar & Rarities ha aplaudido, aunque todo sea una mera frivolidad, el traje rojo de Moore, el look 'pasión de Cristo' de Bale, el flequillo de Bullock, el look entre gótico y elegante de Bonham Carter (no estaba sentada con Depp, ojo al dato) y la barba de Gyllenhaal, que casi podríamos considerar de 'incorrecta' para una velada de semejante calibre. La alfombra roja nos dejó varias curiosidades. La primera, ver a un Michael Douglas delgadísimo, recuperado de su cáncer, acompañado por la siempre guapa Zeta-Jones, hoy de verde primaveral. Y la segunda, el comentario del actor de Crepúsculo: 'de las nominadas sólo he visto Biutiful y me gustó'. Lástima que Iñárritu perdiese ante la danesa In a better world. Vaya, que si al muy insustancial actor chupasangre, robaplanos, futuro coleccionista de Razzies, le ha gustado lo nuevo de Iñárritu es que en los Globos de oro puede suceder cualquier cosa. No ha sido así: nada se ha salido de los márgenes.

Las quinielas se han cumplido. The social network tiene más que nunca el Oscar en la mano porque hasta donde alcanza nuestra memoria 'globera' pocas películas han arrasado de forma tan contundente: película, director, guión y banda sonora. The fighter ha hecho doblete y confirma que tanto Bale como Leo son carne de Oscar. Portman y Firth, en lo alto de la platea. Tras unos años de elecciones insustanciales (véase el incomprensible e imperdonable Globo para Resacón en Las Vegas), los Globos de oro han demostrado tener dos dedos de frente y premiar a The kids are all right, además de Giamatti, en apartados de comedia (Depp se fue doblemente de vacío). Boardwalk Empire ha sido la encargada de arrebatar el liderazgo a Mad Men tras tres años de victorias consecutivas. Danes y Pacino, los secundarios de Glee, la Laura Linney de The big C y el Jim Parsons de la (para mí, horrorosa) serie The big bang theory han marcado la tónica televisiva de la velada. Pocos sobresaltos en una noche en la que Gervais se atrevió a reirse de las nominaciones de The Tourist (el presidente en persona se encargó de dar la réplica al presentador). Toy Story 3, crónica de un Globo anunciado. Y todo el mundo se levantó para aplaudir a dos mitos: Al Pacino y el premio honorífico del año Robert de Niro. Todo en una gala amena, rápida, en la que se respiró buen rollo y en la que dominó el buen cine. Después de unos años en los que los Globos no han sido in strictu sensu esa 'antesala de los Oscar' que todos esperan, en esta ocasión todo parece indicar que los Oscar poco o nada tienen que añadir a unas categorías bastante cerradas. Inception, que hoy se ha ido de vacío, tendrá su compensación en la gala de febrero con las consideraciones técnicas. Y tomando la referencia del film de Nolan (menos mal que no ganó), me voy a dormir, a soñar con futuras galas. ¡Perdón! Dentro de una hora y media cojo un autobús para Tarragona, todo para que la noche siguiente acabe con los Premios Gaudí y Forqué. ¡What a night!