domingo, 2 de enero de 2011

Crítica de CASINO JACK

Por veinticinco pesetas, díganme películas cuya trama principal gire entorno a un listillo con gracia que estafa a todo y a todos los que se ponen en su camino. El Jack de Casino Jack es otro Phillip Morris o Danny Ocean, y su película una divertida película con tintes autobiográficos, un guión hábil y un montaje frenético. Una trama muy amena con un personaje no menos perspicaz, pero no más reseñable que otras películas de corte similar. Casino Jack entretiene, a sabiendas y en algunos momentos a costa de toda una tradición cinematográfica de villanos con estilo. El director George Hickenlooper ha firmado una película que en sus partes más inspiradas recuerda al lado gangsteril y cómico de realizadores más inteligentes, también más consagrados, como Soderbergh y los Hermanos Coen. Spacek, con su personaje más imponente en años, es el autor de defender la hilaridad y la mala baba de un megalómano, ambicioso, ególatra, cinéfilo y materialista padre de familia que pondrá en jaque hasta la mismísima cópula republicana de los Estados Unidos post 11 de septiembre. Incluso en eso Casino Jack llega unos cuantos años tarde: la sátira con aspiraciones a crítica del gobierno Bush ha perdido parte de la irreverencia y la gracia de antes. Y aunque todo podría induirnos a pensar que la propuesta fue rodada hace por lo menos un lustro, Casino Jack es una película con swing, digna valedora de una nominación al Globo de oro al mejor actor cómico de la temporada. El american dream siempre estará de moda. Nota: 7