viernes, 6 de abril de 2012

Intervenciones divinas: Crítica de LAS MANZANAS DE ADAM (ADAMS ÆBLER)

Las manzanas de Adam reúne a los mejores actores del reciente cine danés: los internacionales Ulrich Thomsen y Mads Mikkelsen, el orondo Nicolas Bro, Nikolaj Lie Kaas y Paprika Steen. Un excelente plantel que protagoniza una de las comedias más populares en Escandinavia. La opción danesa a los Oscar de 2005 es una comedia negrísima con personajes taradísimos. Un neo Nazi ex-convinto llega a una iglesia apartada en la que el párroco Ivan ayuda a los más necesitados, muy especialmente a los más desequilibrados. El colmo es que el personaje en cuestión se llama Adam, cree ser Lucifer en persona y duerme con una fotografía de Hitler colgada en la pared. Y para mayor guasa, con Adam llega a la iglesia una sucesión de extraños sucesos que unos interpretan como intervenciones de Satán y otros como mensajes de Dios. De esta pugna entre lo divino y lo diabólico nace esta película loquísima, megaéxito local y totalmente rara para el resto de los mortales. Muy probablemente en su país de origen tuvo un añadido cómico ver a Thomsen en un papel tan antipático, al guapo Mikkelsen con el tabique nasal torcido durante media película o a Bro haciendo trastadas y comiendo a escondidas. La lástima es que para los que no conozcan a los actores y sean unos recién llegados a la comedia nórdica (aquí se hace gracia de un niño minusválido, una embarazada alcohólica o un musulmán terrorista, ojo al dato) Las manzanas de Adam resultará una bizarrada poco atractiva. Tiene una visión muy particular de la vida y la muerte, pero le falta trascendencia como drama y locura como comedia. Al final queda el relato de unos tarados que buscan una segunda oportunidad. El director Anders Thomas Jensen quiere transitar los caminos más oscuros sin realizar ningún exorcismo, sin coraje o mala baba; quizás por eso Las manzanas de Adam acaba con sus protagonistas cantanto en su coche, o lo que es lo mismo, con una historia con más luces que sombras. Un tanto menos lograda que Los carniceros verdes.


Nota: 5'5

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