Cinoscar & Rarities: CRÍTICA | PERO QUE TODOS SEPAN QUE NO HE MUERTO, de Andrea Weiss

jueves, 1 de marzo de 2018

CRÍTICA | PERO QUE TODOS SEPAN QUE NO HE MUERTO, de Andrea Weiss

No puedes recordar lo que nunca supiste

PERO QUE TODOS SEPAN QUE NO HE MUERTO (BONES OF CONTENTION)

EE. UU., 2017. Dirección y guión: Andrea Weiss Fotografía: Carmen Vidal Reparto (documental): Laura García Lorca, Emilio Silva, Antoni Ruiz, Silvia Reyes, Isabel Franc, Empar Pineda, Fernando Valverde Género: Documental Tráiler: Link Duración: 75 min. Fecha de estreno en España: 02/03/2018

¿De qué va?: Estrenado mundialmente en el pasado Festival de Berlín, en el documental se explora el tema de la memoria histórica en España y la represión que las lesbianas, gays y transexuales sufrieron bajo el franquismo, todo ello tomando como nexo de unión la figura y la poesía de Federico García Lorca.

A partir del legado lorquiano, la cineasta y escritora Andra Weiss filma en Pero que todos sepan que no he muerto (Bones of Contention) un emocionante alegato sobre la memoria. La nuestra, la de todo un país. En su periplo, mezcla de entrevistas, materiales de archivo y versos poéticos, se discute sobre la represión que sufrió la comunidad homosexual durante el franquismo y nos apela a recordar su lucha, a actualizar su sufrimiento y a ser conscientes de los primeros pasos de la militancia LGTBI. Weiss, en calidad de artista norteamericana, y por lo tanto de mirada sensible y versada pero, en el fondo, desapegada de partidismos y discursos airados, ofrece en apenas 75 minutos un arma audiovisual de reflexión, la prueba de que nuestros gobiernos, tras la Transición, abogaron por un pernicioso "pacto de olvido". El film deja que el espectador saque sus propias conclusiones, por lo que en ningún momento resulta parcial, sesgado o de reivindicación gratuita. Estamos ante un ejercicio que concibe el cine como un medio para acabar con la indiferencia. A quien escribe se le pusieron los pelos de punta al escuchar el testimonio de un hombre gay que fue encarcelado por su propia madre o las consignas de hijos ya ancianos que piden saber dónde están los cuerpos de sus familiares asesinados durante la Guerra Civil. A Weiss se la puede acusar de un lenguaje cinematográfico un tanto conservador, más relevante en lo social que en lo artístico, pero difícilmente podía abordarse un tema tan crucial desde otra perspectiva. Que cunda el mensaje: un título de visionado obligatorio para que todos sepan que, sin memoria, la democracia no es posible.