sábado, 3 de marzo de 2012

Joseph y Hannah: Crítica de REDENCIÓN (TYRANNOSAUR)

Joseph y Hannah son dos animales heridos que se encuentran por casualidad. Él enviudó hace unos años y desde entonces emborracha su impotencia en los bares. Ella regenta una tienda de ropa de segunda mano y se refugia en sus convicciones religiosas para aguantar un marido que la maltrata. Tienen dos opciones: hundirse todavía más en la miseria o bien salir a la superficie, tomar aire y empezar con el anhelado borrón y cuenta nueva. Los protagonistas de Redención son dos bestias apaleadas, curtidas, magulladas; o como su título original, dos dinosaurios en peligro de extinción que han llegado a un punto de jaque y mate, de ida sin vuelta, en el que enseñar los colmillos, rugir y arrancar la carne del adversario es el único camino hacia la supervivencia. 

Para su ópera prima Paddy Considine ha jugado con un material de alto voltaje y dos personajes fieros interpretados por dos actores salvajes. En su tramo inicial Redención opta por la vía del silencio y observa en la distancia los paseos de sus bestias enjauladas sin que todo tenga demasiado sentido. Su estructura de historia mínima, con tan solo tres personajes, más una cuidada coherencia visual con tendencia al gris casi negro, acaban de redondear Redención como parábola moderna que en sus mejores momentos recuerda el Decálogo de Kieslowski. La escena inicial resume lo que veremos posteriormente (la triste historia de un perro con las costillas reventadas), y el plano final sella el cambio que el espectador espera y desea, y que Considine cocina a fuego lento para emocionar a la platea. Pese a su solidez, no hay que dejar de mencionar cierto feismo impostado, en el fondo una obvia estructura de crimen y castigo, y posterior perdón y redención. También resulta discutible la debacle emocional de Joseph: pese a su estudiado hermetismo, el guión debería dar una base que justifique la violencia del personaje. 

En definitiva, Redención destaca por su virulencia emocional, la sencillez de medios y la credibilidad de sus actores. Considine firma una primera película de nivel, uno de los mejores debuts del último cine británico donde también destaca otra crónica con pocas palabras y mucha pesadumbre: Red Road de Andrea Arnold. ¿El arranque notable de un autor excelente?


Nota: 6

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1 comentario:

Mario Salazar dijo...

Película que he leído que es muy violenta y que por lo tanto desconcierta, ya la revisaré a ver que tal me resulta, por lo pronto tu positiva crítica me entusiasma bastante, una ópera prima indica la ruta a seguir, las ideas más desesperadas. Un abrazo.