El pasado verano fue un auténtico muermo a nivel televisivo. Con la crisis, las parrillas televisivas se llenaron de refritos, platos precocinados, recalentados y productos con mucha caspa y grasa saturada. Muchas noches acababa viendo Aquí no hay quien viva en Neox, y se dio el curioso caso de que la serie competía con los nuevos capítulos de La que se avecina, serie nacida a partir de Aquí no hay quien viva, y con las propias reposiciones de La que se avecina. No hay un referente similar en la televisión española, también es verdad que llevamos poco tiempo con los dichosos pseudocanales de la TDT. La cuestión es que el fenómeno requería un post en condiciones. Porque Aquí no hay quien viva sigue siendo el último gran boom televisivo nacido en un canal privado, y el único que ha generado una especie de spin off con los mismos responsables, aunque con nuevos actores y en otro canal. Tres años, cinco temporadas y mil y una reposiciones que la convierten en Los Simpson castizos, una serie que ya forma parte de la cultura, llámenle general, popular o pop, de 'esta nuestra querida comunidad' (por lo general, muy poco dada a las series con enjundia). Sintonicen 'radio patio'... Empezamos.
Aquí no hay quien viva muestra la vida de los vecinos de 'Desengaño 21', clara referencia a la 13 Rue del Percebe del cómic de Ibáñez. En el variopinto bloque quedaban caricaturizados los llamados 'tipos' o 'prototipos' de la sociedad española actual: 'la pija' convive con 'el niño de mamá', la 'fea sin novia' compartía casa con 'la guapa seductora', el 'marido conservador y sumiso' se las veía con una 'mujer controladora', la 'anciana inocente' vivía bajo el mismo techo de la 'abuela macarra'... Era la primera vez que un matrimonio homosexual tenía protagonismo en una serie española. Y también era la primera vez desde el viejuno Estudio 1 que se llevaba al prime time un producto que en esencia era más teatro que televisión (un modelo de sitcom inaugurado con 7 vidas). La gracia estaba en los actores pero sobre todo en los guiones: no hay capítulo en el que uno no ría en más de una escena (chistes que, además, contenían indirectas a la política del momento). Tejero siempre será 'Emilio', Isabel Ordaz es 'La Hierbas' y Loles León ha pasado de ser chica Almodóvar a la eterna Paloma, para nosotros todavía en coma.
Aquí no hay quien viva sintetiza parte de la 'españolidad' más despreciable y exagerada. Resume el carácter pícaro, vago y teatral de nuestro país (que existe, o persiste hasta hoy en día). Hace humor de nuestras miserias: de la cultura del chismorreo, de la gracia del escaqueo, del típico 'ya lo haré mañana' o 'las reglas están para no cumplirlas'. Trataba la precariedad laboral, la insatisfacción de los jóvenes y la igualdad de las parejas de miembros del mismo sexo antes de la primera legislatura de Zapatero y la posterior crisis. Había separaciones matrimoniales, vientres por encargo, embarazos no deseados y guiños sexistas producto de la España de ahora y siempre. Y hay que recordar que la segunda temporada empezó apenas una semana después de los atentados del 11 de marzo y las elecciones del domingo 14: sin duda, por aquel entonces los españoles necesitábamos distracciones tan sanas como Aquí no hay quien viva, y con perspectiva parece que además de su lado lúdico la ficción de Jose Luis Moreno también escondía las claves del guiñol de lo 'tipical spanish'.
Aquí no hay quien viva sigue sin heredera en la televisión española. José Luis Moreno no ha vuelto a idear nada mejor: Escenas de matrimonio y demás fueron desvirtuaciones chorras y evidentes de los guiones de su primera serie. Sigue teniendo su gracia porque por una parte supuso la presentación de una nueva generación de intérpretes (Malena Alterio, Daniel Guzmán, María Adánez, Diego Martín), la repesca de intérpretes de éxito (José Luis Gil, Gemma Cuervo, Santiago Ramos, Isabel Ordaz, Loles León, Emma Penella en su último gran papel) y el descubrimiento de dos intérpretes entrados en años pero de una juventud increible: Mariví Bilbao y Eduardo Gómez. Se sabe que el rodaje de los episodios era frenético y que por la mañana se montaban los capítulos que se emitían por la noche, un ritmo de trabajo que cansó a muchos y que en parte desgastó la serie antes de tiempo (pese a esto, la calidad de los guiones no bajó hasta la quinta temporada). Y respecto a su sucesora La que se avecina, serie que no sigo, hay que reconocer que Moreno ha sabido crear una serie diferente a partir de una idea parecida, algo que me merece todos los respetos del mundo a pesar de que ciertos aportes sean más vulgares (el Recio o la Estela Reynolds no dejan de ser caricaturas de la caricatura, algo que resta frescura a la serie).
Es muy curioso: los estudiantes Erasmus de mi universidad, casi todos chinos e italianos, dicen que les encanta Aquí no hay quien viva. La verdad es que como estudiante de filología no podría encontrar una recomendación televisiva mejor porque la serie sintetiza el habla verdadera, cotidiana, no demasiado literaria que se escucha en la calle. Parte de ese ingenio se ha llevado a otros países, aunque en España desconocemos las versiones de, por ejemplo, Francia, Colombia, Italia o Argentina. Quizás lo único que no comparta la sociedad española con el microcosmos de Aquí no hay quien viva sea la reivindicación del cine español que los guionistas incluian en los pósters y películas que lucían en el videoclub/badulaque de Paco. Aún así, es la radiografía más certera y divertida de lo que somos, nos guste o no. Parte imprescindible de la televisión local: ¿quién no ha cantado alguna vez la letra de la entradilla, ha dicho eso de 'váyase señor Cuesta' o ha deseado unas juntas vecinales tan movidas como las de la serie?
2 comentarios:
Muy buena crítica de esta gran serie. Fíjate que yo ya la empecé a ver desde el 1º capítulo, y de pura casualidad, porque estaba haciendo zapping y puse antena 3 y ya me enganché. Todavía hoy veo sus reposiciones en neox. Algunos capítulos creo que los habré visto una docena de veces xD
Saludos!!!
Gran verdad. La serie española numero 1. La comedia y el drama español. "Que follon!" jajaj Personajes legendarios (Me quedo con Emilio y Mauri)y un guion desternillante. Aunque como tu dices, una de las cosas mas importantes, es una de las series mas constantes sin necesidad de reinventarse mucho (Los serrano, Aida, etc no llegan ni a la suela del zapato a esta)
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