Cinoscar & Rarities: LISTA | LOS MEJORES ACTORES ESPAÑOLES DE 2017

miércoles, 10 de enero de 2018

LISTA | LOS MEJORES ACTORES ESPAÑOLES DE 2017

En Cinoscar & Rarities hacemos balance del cine español del 2017 con distintas listas. Hoy os ofrecemos un Top 10 personal de mejores interpretaciones masculinas del curso.

10. SANTIAGO ALVERÚ, por Selfie

Hacía mucho, tal vez desde los tiempos del cine Dogma, que como espectador no tenía claro si una película era un documental (falso o no) o una ficción (más o menos improvisada). La ambigüedad se traslada a su cabeza de cartel, un Alverú que borda esa persona-personaje en pleno declive circense. Si Alverú se limita a echar mano de registros propios o si realmente realiza una construcción cinematográfica en Selfie es un juicio que sólo podremos realizar con el paso del tiempo. Hoy por hoy, ese Bosco repipi, repeinado, repelente y merecedor de tantas "re-" merece presencia en el ránking.

9. DAVID VERDAGUER, por Tierra firme

Nuestro hipster favorito sigue explotando su imagen en papeles que acrecentan su leyenda. El vértice masculino de Tierra firme es un personaje lleno de ternura, con equilibrio tragicómico y ocurrencias interpretativas que sólo le pertenecen a él. Un prototipo que también hemos disfrutado en Estiu 1993, aunque Bruna Cusí tuviera el mejor trozo del pastel, y la serie Nit i dia, a pesar de la coralidad de la serie catalana. Verdaguer está de moda y nos encanta, aunque tengamos que verlo en una pequeña pantalla de ordenador a 10.000 kilómetros de distancia.

8. MARTÍN BACIGALUPO, por Callback

De origen chileno, Bacigalupo tiene uno de los rostros y de las siluetas más personales de la temporada. Quien escribe sigue sin poder olvidar su mirada aparentemente vaciada de sentimientos, una frialdad y un hieratismo que esconde un gran trabajo de contención, de matices, de modulación de voz y de caracterización. Un trabajo excelso en una película que no ha tenido la repercusión que se merecía. Su inclusión aquí puede parecer una rareza, pero el tiempo nos dará la razón: Bacigalupo es un portento.

7. RAÚL ARÉVALO, por Oro

Arévalo empezó el año con el Goya al mejor realizador novel, y puede que su nueva faceta como cineasta en auge nos reste oportunidades de disfrutarlo ante las cámaras. Por eso, su presencia en Oro, a pesar del desfavorecedor maquillaje y de una peluquería de juzgado de guardia, la agradecimos muchísimo. Representa, además, a todo el reparto de una película infravalorada que nosotros defendemos con la misma vehemencia que gastaba Martín Dávila en la selva. Hace pocos años era una promesa de la interpretación: ahora no cuesta poner su nombre en la lista de los más grandes de la escena contemporánea.

6. ANDRÉS GERTRÚDIX, por Morir

Gertrúdix es una de las caras más importantes de lo que podríamos denominar "el indie español". Y cuando parecía que su radio de acción se centraba en ser ídolo de minorías, Franco volvió a su vida para, en un acto de cierta justicia poética, darle todas las nominaciones y los elogios que siempre mereció. Nosotros nos sumamos a la corriente positiva de Morir, una película que "destroza", en el mejor sentido de la palabra. Doble mérito si, como es el caso, el actor lidia con un personaje abiertamente antipático, poco agradecido, introvertido por defecto. Tampoco nos olvidamos del preso de El jugador de ajedrez o el escriba de Oro, personajes que engrosan el "año Gertrúdix".

5. JAIME ORDÓÑEZ, por El bar

A nadie se le ocurriría decir que la televisión es el hermano pequeño del cine. Los vínculos entre la pequeña y la gran pantalla son constantes y en el futuro prometen difuminarse. Con todo, eso no sucede con los llamados "cómicos", asociados injustamente a un registro concreto, a un formato concreto y a una tipología de papeles, por no decir cameos, muy concretos. Afortunadamente, De la Iglesia nos ha descubierto que Ordóñez es un actor como la copa de un pino, tal vez porque sólo alguien que sabe hacernos reír también es capaz, como sucede en El bar, de estremecernos hasta límites insospechados, ya sea en la barra de tapas o en la oscuridad de las cloacas. Tampoco nos olvidamos en este apartado de José Mota y su notable aportación en Abracadabra. ¡Viva los cómicos!

4. ORIOL PLA, por Incerta glòria

Cuando tu elenco es abiertamente coral, tu nombre no es el más conocido del elenco y tu película tiene una carrera "incierta", con un estreno excesivamente temprano y el injusto olvido de los festivales más importantes, tienes todas las de perder. Oriol Pla, en cambio, hace frente a todos los escollos, aunque para ello tenga que guerrear, pasar a ambos lados de la trinchera, ganarse la enemistad de su mejor amigo y debatirse entre dos mujeres. Un papel que representa la naturaleza telúrica, inquietante y rabiosa de Incerta glòria. Pocos años atrás, su Soleràs hubiera estado interpretado por Roger Casamajor, también con resultados excelentes. Esperemos que la confluencia Pla-Villaronga tenga continuidad en el futuro.

3. ANTONIO DE LA TORRE, por Abracadabra

El actor más nominado de la historia de los Premios Goya (también, por estadística, el más derrotado) sigue ampliando su lista de personajes potentes. En El autor está excelente dando vida al profesor que nadie querría tener. En Abracadabra, el actor se amolda a la naturaleza cambiante de la historia y tiene espacio para el drama, la comedia, el thriller e incluso el terror. Con Berger se confirma una vez más la versatilidad del artista andaluz. Quién diría que hace quince años su nombre sólo figuraba en la lista de terciarios ocasionales. A falta de un nuevo cabezón, le brindamos la medalla de bronce.

2. JAVIER GUTIÉRREZ, por El autor

Pequeño pero matón. Dio mucha guerra en la fallida Plan de fuga para posteriormente demostrar que el 2017 era (es) su año: ahí están las series Vergüenza y Estoy vivo, pero sobretodo el escritor frustrado, psicótico y metomentodo que da vida en la nueva obra de Manuel Martín Cuenca. Gutiérrez nos confunde y no sabemos si hacia su personaje debemos sentir empatía, rechazo... o todo lo contrario. Ha estado en todas partes, siempre notable, y con la promesa de que su moda seguirá fuerte en 2018 (a la vuelta de la esquina tenemos el entrenador rompetechos que interpreta en la nueva película de Javier Fesser). En su caso, La isla mínima nos ha permitido descubrir un actor que se está especializando en personajes incómodos y nada fáciles.

1. JUAN DIEGO, por No sé decir adiós

Poco puede añadirse sobre el talento de Diego, actor capital de las últimas décadas, conocido por su carácter y su habilidad para los personajes toscos. Es el actor de reparto más importante del audiovisual español, en Oro e Incerta glória tenía intervenciones muy breves pero potentes, y aún así cuesta no situar su labor en No sé decir adiós en la categoría de protagonista, un apartado que siempre le ha sido un tanto esquivo. Incluso cuando él está ausente, su anciano enfermo contamina todos los fotogramas de la cinta de Lino Escalera: a veces es más difícil "estar sin estar" que tener una presencia mayor en pantalla. Le subimos al podio como "crack" incombustible. Sólo deseamos que él no nos diga adiós y aplace su jubilación indefinidamente.

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