Sexo, drogas y música clásica
MOZART IN THE JUNGLE, de Roman Coppola, Jason Schwartzman y Paul Weitz
EE. UU., 2014. 2 temporadas de 10 episodios cada una. Webserie de Amazon Studios (en España, disponible en Canal + Series) Género: Comedia dramática Duración: 25-30 min. por episodio Tráiler 1ª temporada: Link Tráiler 2ª temporada: LinkReparto: Gael García Bernal, Lola Kirke, Saffron Burrows, Malcolm McDowell, Peter Vack, Hannah Dunne, Bernadette Peters, Mark Blum, Jennifer Kim, Debra Monk, Margaret Ladd, John Miller, Joel Bernstein, Nora Arnezeder, Makenzie Leigh, John Anderson
El dato: La serie ha ganado 2 Globos de oro: premio a la mejor serie de comedia/musical del año y mejor actor en serie de comedia/musical para Gael García Bernal. Es la segunda victoria consecutiva en los Globos de oro para una webserie de Amazon Studios: el 2014 la ganadora fue Transparent. La tercera temporada se estrenará las próximas navidades.
Si algo hemos aprendido de series como Anatomía de Grey es que los médicos, tal vez porque se pasan demasiado tiempo hincando codos, son unos ineptos a lo que vida social se refiere. Mozart in the jungle aplica la misma fórmula pero con los músicos. Ya se sabe: tantos años de Conservatorio pasan factura. La serie de Amazon Studios, que hasta la fecha cuenta con dos temporadas y dos Globos de oro, describe el día a día de la Orquestra Filarmónica de Nueva York con mucho caos y grandes dosis de ironía. Un concierto notable que, como las buenas óperas, contará con varios actos: aunque arranca titubeante, sus últimos episodios resultan muy redondos e imprevisibles, por lo que merece de largo una tercera tanda de capítulos. ¿Visitar el mayor auditorio neoyorkino desde el sófa, substituyendo el traje de etiqueta por el pijama? Apetece, y mucho.
La gran virtud de Mozart in the Jungle es su anarquía, aunque en el fondo no sea tan irreverente como podría parecer a simple vista. Al tratarse de una serie online, los productores y guionistas Roman Coppola, Jason Schwartzman y Paul Weitz se permiten licencias que serían impensables en una sitcom de canales generalistas. En Mozart in the Jungle no hay ninguna unidad narrativa ni tramas que resten abiertas. La serie utiliza sus personajes como instrumentos de una banda, recurriendo a unos y a otros a capricho, pero siempre de forma afinada. Su gran valor es, por lo tanto, aquello que en otros nombres televisivos resultaría una debilidad: su capacidad por irse por las ramas, incluso de no contar nada realmente sustancioso, y que a la vez el espectador siempre se quede con ganas de más.
Entre ensayo y ensayo, en Mozart in the Jungle hay espacio para botellones, coqueteos con drogas, romances entre bambalinas, partidos de béisbol, galas benéficas, viajes a Suramérica, huelgas sindicales y mucho libre albedrío. También se imponen las excentricidades simpáticas del director de orquestra Rodrigo (Gael García Bernal en su mejor interpretación), las reacciones cascarrabias del ya jubilado maestro Thomas (Malcolm McDowell, secundario de lujo) y las luchas cotidianas de la oboísta principiante Hailey (Lola Kirke). Con todos esos elementos, la serie refleja la lucha de cualquier artista por intentar hacerse un nombre y desmitifica la profesión concediéndole, aunque resulte paradójico, cierto aire de 'anormalidad'.
Difícilmente generará pasiones encendidas ni será la serie de cabecera de la comunidad seriéfila, pero Mozart in the Jungle es uno de los productos más frescos de los últimos años, seguramente porque no busca el chiste fácil, porque se aprovecha de los cameos sin caer en el abuso, porque resulta gamberra sin ser hiriente, porque toma los derroteros que le da la gana, porque no está supeditada a unos índices de audiencia y porque dilapida los encorsetamientos formales y narrativos de la comedia de situación. Roman Coppola y Paul Weistz, tal vez sin quererlo, o precisamente debido a eso, han filmado la mejor obra de su carrera, superior a toda su lista de largometrajes. Hay quienes piensan que la serie pierde frescura a medida que avanza. Otros, en cambio, opinamos que la serie, tras visionar sus primeros veinte episodios, está en su mejor momento. No dejen de verla y de opinar. Mientras... ¡que siga la música, maestro!
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