jueves, 7 de febrero de 2013

OSCARS '13: MEJOR ACTOR PROTAGONISTA

Los nominados al Oscar al mejor actor protagonista son:


BRADLEY COOPER, por El lado bueno de las cosas
A favor: Los Oscar aman los cambios de registro: así lo demostró el polémico oro que consiguió Sandra Bullock. Y los votantes aman que les sorprendan. ¿Qué se puede esperar de dos nombres como Day-Lewis o Phoenix sino un trabajo magnífico? Pero... ¿acaso alguien se esperaba la energía, la capacidad para conmover y hacer reir de Cooper en ese canto al optimismo que es El lado bueno de las cosas? Seamos sinceros: Cooper, por sus antecedentes, debería ser el invitado del año, algo que no se ha producido. Es más: de ganar, nadie debería poner el grito en el cielo. Su papel es todo lo intenso y lo complejo que se le exige a una interpretación de Oscar. Y hay otro dato más: es el único personaje de los cinco que cae bien, muy bien, superlativamente bien, sin matices ni dudas. El de Day-Lewis será un voto dado con la cabeza, pero en el caso de Cooper primará el corazón. Y diga lo que diga la temporada de premios, El lado bueno de las cosas llega al último maratón con 8 candidaturas y la sensación de que puede ver a más de un miembro de su reparto en la foto de ganadores. ¿Les parece demasiado si digo que Cooper, por momentos, recuerda al Nicholson de Alguien voló sobre el nido del cuco? ¿Es demasiado cursi pensar que puede acaparar el voto femenino? ¿Puede ganar Lawrence en solitario como protagonista cuando Cooper es realmente el alma de la fiesta? ¿Es muy loco, tanto como la propia cinta, apostar por la producción de los Weinstein en actor y actriz principal, una situación que no se da desde 1991?
En contra: El año ha sido muy disparatado a lo que premiaciones se refiere, pero justamente mejor actor protagonista admite poco margen para la sorpresa. El lado bueno de las cosas tiene más posibilidades en director y guion que aquí si finalmente necesita sumar estatuillas de cara a imponerse en la categoría reina. Para Cooper la nominación debería ser ya un premio: está a punto de cumplir los 40, no puede seguir siendo el sex symbol de la nueva comedia gamberra y con la banda de 'nominado al Oscar', como le sucedió el año pasado a Jonah Hill con Moneyball, podrá acceder a proyectos más atractivos que seguramente coparán la atención de galas venideras. Perder el Globo de oro frente a Jackman puede ser una pista de las prioridades de voto de los académicos. La nominación confirma su popularidad: para quien no siga el día a día de estrenos Cooper es el novato de la temporada 'oscaril', y objetivamente no beneficiaría a su carrera un 'Oscar a destiempo'. Cooper debería hacer suyo el lema de la película y ver desde el patio de butacas el vaso medio lleno: ha hecho un gran trabajo, y si tiene suerte y mantiene la misma frescura en pantalla su primera estatuilla será cuestión de tiempo.


DANIEL DAY-LEWIS, por Lincoln
A favor: Day-Lewis es una rara avis: se prodiga poco, mima al detalle su filmografía, cuida cada una de sus intervenciones públicas y en torno a su persona circulan todo tipo de comentarios y rumores, a cada cual más halagador. Day-Lewis ha sabido convertirse, sin ser realmente parte del circo de Hollywood, en un modelo a seguir, en un referente para todas las gentes de la profesión y en un clásico vivo basado únicamente en el trabajo, algunos dicen que obsesivo, que esconde cada uno de sus papeles. Lincoln, su personaje, es además otro referente, 'el presidente más limpio que consiguió una enmienda histórica sirviéndose de triquiñuelas no siempre legales'. En resumidas cuentas: tanto si los académicos se fijan en el actor como en el personaje, Day-Lewis sale favorecido. Ha ganado todos los premios previos y llegados este punto nadie puede hacerle sombra. Y es bastante obvio: ¿se imaginan a otro actor interpretando al famoso presidente de los Estados Unidos, tanto por sus capacidades dramáticas como por su imponente físico? Pero en cambio, ¿a que otro actor podría defender sin demasiado problema los personajes masculinos de El vuelo o El lado bueno de las cosas? Concentrará el voto europeo. Medio mundo lleva casi dos años sabiendo que Day-Lewis protagonizaría la película: los académicos, vaya, son conscientes que este es un papel histórico, tanto para el actor como para el conjunto del séptimo arte. 2013, en definitiva, marcará el tercer Oscar en mejor actor protagonista para Day-Lewis, algo que no ha conseguido todavía ningún otro artista: si Day-Lewis es 'extraterrestre', es normal que su palmarés sea, en consonancia, único e inabarcable.
En contra: En campaña todo vale, y la de este año es tan feroz y tiene tantos frentes que hasta los clásicos pueden dárselas con un canto en los dientes la noche del 24 de febrero. Nadie ha puesto ningún pero a la magnífica interpretación de Day-Lewis, pero esa unanimidad no se ha repetido a la hora de hablar positivamente de la cinta: puede que por un 'efecto arrastre' los detractores de Lincoln la dejen fuera de su papeleta incluso en aquellas categorías donde es favorita y donde objetivamente debería ganar. Con Day-Lewis y Washington a punto de recibir su tercer Oscar, y a tenor del marcado carácter 'joven' que tendrán los apartados interpretativos este año (Lawrence, Hathaway) puede que la Academia decida dar un volantazo a última hora y apostar por Jackman o Cooper en reconocimiento a un cambio de registro y a un género (para el primero la comedia, para el segundo el musical) no siempre valorado como se merece. Aunque Day-Lewis es la piedra angular de Lincoln, hay que recordar que el film de Spielberg tiene un marcado tono coral, y el hecho de haber perdido el SAG al mejor reparto más el pleno a 4 en nominaciones de El lado bueno de las cosas puede restarle apoyos.


HUGH JACKMAN, por Los miserables
A favor: Los actores, que forman un tanto por ciento muy elevado del número total de votantes, valoran muy positivamente el hecho de que un actor actúe y cante al mismo tiempo, tal vez porque la mayoría de intérpretes sería incapaz de cumplir con nota un reto tan complejo. Jackman ha pasado el examen y parece que hay ganas de premiarlo: el Globo de oro ha sido suyo, en el aparato promocional de Los miserables ha actuado como patriarca del vasto reparto del film, es un viejo conocido de la Academia y muchos lo adoran por ser el mejor host de los Oscar en mucho tiempo, su experiencia en obras teatrales es un plus y la fama que ha conseguido por films de corte fantástico o comercial puede darle algún voto por parte de los gremios técnicos, así como de compañeros de profesión. Hay ganas de revivir el cine musical: en la gala de este año la Academia homenajeará a las últimas películas del género, y es interesante destacar que normalmente cuando se trata de cantar y bailar se valoran más a las mujeres (Hudson y Zeta-Jones ganaron) que a los hombres (C. Reilly y Murphy no pasaron de la nominación), algo que puede corroborarse yendo incluso a los años 60 cuando la Academia cayó rendida ante títulos como My fair lady, Oliver! o Sonrisas y lágrimas. Puestos a reactivar el musical, Jackman es 'el elegido' en todos los sentidos.
En contra: El presidente Lincoln ha sido muy pocas veces llevado a la gran pantalla, y tal vez por eso vemos el trabajo de Day-Lewis como absolutamente genuino. No ocurre lo mismo con Jackman: muchos actores han dado vida en el cine y en el teatro al fugitivo Jean Valjean, y las comparaciones, además de ser odiosas, pueden conllevar una pérdida de votos. Pese a su desmejorada imagen en Los miserables, el ala conservadora de la Academia no podrá evitar ver en él el guaperas de turno que hasta hace no mucho aparecía en blockbusters de dudosa factura. Con todo, es un actor que carece del peso de sus otros contrincantes: su nominación es, al fin y al cabo, la promesa de que en un futuro le tendrán en cuenta para papeles y films de mayor hondura. Con el premio cantado, y nunca mejor dicho, para Hathaway el reparto de Los miserables ya quedará suficientemente valorado. Y tal vez por la naturaleza coral de su película, Jackman es el 'menos protagonista' de los cinco nominados, otro dato más para pensar que el sueño de Jackman por subir al estrado tendrá que esperar un poco más.


JOAQUIN PHOENIX, por The Master
A favor: La nominación de Phoenix supone dos cosas. En primer lugar, el triunfo de un papel y un actor, digamos, 'difícil', respetado por los suyos pero poco lucido para un evento con tanta parafernalia a su alrededor como los Oscar. La entrada de Phoenix es una victoria del mejor cine, de las interpretaciones más intensas, de los trabajos más meritorios vayan o no acordes con el brillo de la estatuilla. A veces se da preeminencia a los buenos modelos de conducta dentro y fuera de la pantalla y no a la capacidad no tanto de interpretación sino de mímesis, entrega y vampirización absoluta, y ya es hora de que los Academy Awards apuesten por la candidatura más marciana e inclasificable (en este sentido, puede decirse que Phoenix firma un trabajo de la intensidad, la oscuridad y la complejidad de Day-Lewis, no por casualidad otra cara visible del cine de Paul Thomas Anderson). Esta nominación, en definitiva, suma y sigue en una lista de pequeñas grandes justicias, de inesperadas pero gratísimas sorpresas, donde figuran las inclusiones recientes de Bardem por Antes que anochezca y Biutiful o Oldman por El topo. Y en segundo lugar, viene a demostrar que pese a la desigual carrera de The Master los académicos sentían que no podían dejar fuera de su fiesta a sus tres intérpretes. Phoenix desaparece en The Master para ser, sin más, un loco de atar del todo inquietante. Su trabajo, más que excelente, es colosal. Y a veces hay que dejarse de números, estadísticas y quinielas y creer que realmente gana el mejor: de ser así, Phoenix debería ser la gran alternativa a Day-Lewis.
En contra: Hemos citado a Bardem y a Oldman... papeles que no consiguieron la estuilla. No se le pueden pedir peras al olmo y esto fue, es y será Hollywood: Phoenix encaja como ganador de la Copa Volpi, pero su contribución puede ser demasiado intensa y excéntrica para los académicos (sin ir más lejos, el anterior ganador en Venecia, Fassbender por Shame, no consiguió la nominación; y tampoco fue candidato otro loco sublime: Michael Shannon en Take Shelter). Aun creyendo que la Academia quiere valorar al reparto de The Master, esta no es la única carta con la que cuenta el film: Seymour Hoffman tiene el viento más a favor en el apartado de intérprete secundario. Phoenix ha protagonizado una de las salidas de tono más sonadas, y ahora su falso retiro, su cambio de imagen, su indomable carácter, su incapacidad por aguantar las preguntas de los periodistas y su desdén al star system son datos que, aunque paralelos a su trabajo, diezman sus posibilidades: al fin y al cabo hay que tener apoyos, amistades y conocidos para recibir el Oscar. Phoenix, pese a que ya va por su tercera candidatura, es el más antipático de la terna, y para colmo en la ficción da vida a un ex combatiente de la Segunda Guerra Mundial no menos tarado y arisco. Estados Unidos es la tierra de las oportunidades, pero también de las apariencias: Phoenix no encaja como ganador ni con el mejor de los pegamentos. Eso aunque su trabajo pronto sea motivo de análisis en las escuelas de interpretación.


DENZEL WASHINGTON, por El vuelo (Flight)
A favor: Nadie mejor que Washington sabe qué es Hollywood y cómo sobrevivir a los flashes. Ganó por Día de entrenamiento tal vez porque en su momento no quisieron dar a Russell Crowe dos Oscar consecutivos, y diez años más tarde podría volver a romper nuestras previsiones negándole a Day-Lewis su tercer oro. Washington es el superviviente, el actor que nunca ha pasado de moda, el nombre al que han recurrido los grandes cineastas de Norteamérica, el rostro más popular, el que mejor ha sabido conjugar éxito profesional con la admiración de la crítica especializada y el gran público. Su aparición en El vuelo es además especialmente significativa, ya que pone fin a una década en la que Washington ha rebajado su nivel de exigencia en thrillers rompetaquillas no siempre destacables, salvo, tal vez, los dirigidos por el malogrado Tony Scott. En El vuelo Washington se mueve como pez en el agua y Zemeckis se encarga de que el personaje se gane la simpatía de los espectadores pese a su lado oscuro. En un nuevo ejemplo de 'hombre coraje', de 'héroe anónimo', todo al estilo John Q, Washington destaca, y cuenta con escenas dedicadas a resaltar su solvencia dramática. Ser el único afroamericano del año con aspiraciones serias a premio, y más cuando los últimos cuartetos de actores premiados han respondido a un estudiado equilibro entre actores blancos y negros, norteamericanos y extranjeros, le da algún punto extra. Desde un punto de vista europeo su nominación es plausible pero no 'premiable', pero para una mentalidad estadounidense, con tendencia al espectáculo y al autobombo, la victoria de quien fuera Huracán Carter es cuanto menos una posibilidad no descartable.
En contra: Del anterior párrafo se intuye algo básico: ni El vuelo aporta nada al cine del 2012-2013 ni este trabajo nos da a conocer un Washington que no hayamos visto anteriormente. Es más: puede que Washington esté aquí, simple y llanamente, por 'ser' y 'hacer' de Washington. Motivo principal para defender la salvia nueva que encarnan Jackman y Cooper. El vuelo, además, no puede competir con sus dos nominaciones con los huracanes que representan Lincoln y El lado bueno de las cosas este año. Aunque su medallero es inmenso, el palmarés que importa, el más inmediato, nos dice que el actor todavía no ha sido premiado por El vuelo, una situación bastante pobre de cara a la victoria. La doble moral del personaje puede, de nuevo, ser un plato indigesto para el correctismo academicista. Tanto Zemeckis como Washington son nombres que forman parte del cine estadounidense de otra época, no demasiado lejana en el tiempo pero sí antigua. ¿No sería otro premio a Washington un síntoma preocupante del inmobilismo que basa las decisiones de la Academia? Y más cuando en actor de reparto ganará sí o sí un veterano. El avión de los Oscar, en resumen, no lo va a pilotar Washington, marque lo que marque el control de alcoholemia.


QUINIELA DE LOS LECTORES (Votos: 165)
1. DANIEL DAY-LEWIS, con 113 votos (68%)
2. HUGH JACKMAN, con 26 votos (15%)
3. JOAQUIN PHOENIX, con 10 votos (6%)
4. DENZEL WASHINGTON, con 9 votos (5%)
5. BRADLEY COOPER, con 7 votos (4%)

QUINIELA DEL BLOG
1. DANIEL DAY-LEWIS, por Lincoln
2. BRADLEY COOPER, por El lado bueno de las cosas
3. HUGH JACKMAN, por Los miserables
4. DENZEL WASHINGTON, por El vuelo (Flight)
5. JOAQUIN PHOENIX, por The Master


Y si el blog votase...
1. DANIEL DAY-LEWIS, por Lincoln
2. JOAQUIN PHOENIX, por The Master
3. BRADLEY COOPER, por El lado bueno de las cosas
4. HUGH JACKMAN, por Los miserables
5. DENZEL WASHINGTON, por El vuelo (Flight)


3 comentarios:

Carolina Pardo Delgado dijo...

Excelente análisis. Si estuviera en mi, se lo daría a Lewis o a Phoenix.

Ballesta21 dijo...

Todo lo que sea que no se lo lleve Daniel Day-Lewis es un sorpresón. Y una injusticia.

Muy bueno el post, por cierto ;)

Joserra dijo...

Yo votaría a Phoenix, básicamente porque es la mejor interpretación de los cinco, pero hay nivelazo.