miércoles, 30 de noviembre de 2011

Decepcionante psicoanálisis: Crítica de UN MÉTODO PELIGROSO (A DANGEROUS METHOD)

Hacía tiempo que no me aburría tanto en una sala oscura. Un método peligroso es una historia de lo más obvia: mezcla un duelo amoroso con otro de calado dialéctico. El psicoanalista y sus tensiones entre la paciente por la que se siente atraido sexualmente y el maestro por el que se siente atraido intelectualmente. Pero señores: eso se intuye a los diez minutos. Lo demás es una cabezadita en el reposacabezas del diván. Michael Fassbender tiene la misma cara de palo durante una hora y media: no hay ningún matiz de alegría o cabreo en sus gafas perfectamente puestas o su rectísimo bigote (vaya, que tiene la misma cara haciendo el amor con Knightley que tomando el té con su esposa). En el lado opuesto se sitúa Keira Knightley, que juega a rizar el rizo, a exagerar su papel de loca de atar, a desencajar la mandíbula al estilo hombre lobo. Ni tan siquiera Viggo Mortensen, que al lado de Cronenberg ha logrado sus mejores interpretaciones, puede destacar con su soso Sigmund Freud por imposición de un guión torpe. Nada de lo que sucede en Un método peligroso logra llamar mi atención o emocionarme. Es una película fría, vaciada de sentimientos, sin ningún tipo de complejidad. Entiendo que Cronenberg se sintiese atraido por la historia y que encontrase en la vida real de Carl Jung el suficiente potencial para aventurarse a construir una película, pero desgraciadamente no hay en Un método peligroso el brío de las anteriores Promesas del este o Una historia de violencia. Me pregunto a quién va dirigida Un método peligroso o a quién le puede interesar: la trama se antoja tan lejana, su estética es tan gris, su historia de amor es tan poco apasionada, su toma y daca filosófico es tan poco atractivo, su final es tan abrupto... No logro entender todo lo bueno que se ha escrito sobre ella. Con tanta psicología de manual a Cronenberg se le olvidó hacer una película, una buena película; ha logrado una escena excelente (el test que Jung realiza a su mujer con una especie de polígrafo del siglo pasado), pero eso no fue suficiente para que no cayese medio dormido en la butaca del cine. Me concedo cierto margen de error y a Cronenberg el beneficio de la duda, pero de momento ni les recomiendo Un método peligroso ni deseo volver a verla. En pocas palabras, un fiasco de los grandes.


Nota: 4

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