El 'cine experiencia' vive un momento glorioso después de Buried y 127 horas. Porque en un tiempo en el que los espectadores consumen el cine fuera de los cines, mediante otros formatos, garantizar una sensación única en la oscuridad de la sala es la clave del éxito. Ya ni nos acordamos de cuándo el falso documental se apoderó del género de terror. Quizás todo surge tras El proyecto de la bruja de Blair. Ciertos ejercicios Dogma daban auténtico miedo. En todo caso, sentimos más cercanos los casos de Rec, Monsters y Distrito 9. Secuestrados sabe que puede ser una película de temática social, es consciente de la relación que mantiene con los índices de criminalidad de España, también inserta a una banda de delicnuentes de un país del este europeo como ejemplo de uno de los inevitables resultados de la inmigración y la globalización. Pero Secuestrados es ante todo ochenta minutos de pura tensión, una cinta que pone a prueba nuestros cinco sentidos y que, más que verse, se vive con auténtico desespero. Diseñada con las mismas curvas de una montaña rusa, Secuestrados nos obliga a replantearnos qué haríamos en caso de ser víctimas de unos asaltantes en nuestra propia casa. También utiliza todas las técnicas generadoras de tensión, con un originalísimo uso de la pantalla partida. Ejercicio de estilo, festivo pero comprometido, enésimo ejemplo de la excelente salud de nuestro cine fantástico. Todo es un acierto en este juguete endiablado: las interpretaciones, todas, en especial una Manuela Vellés que se convierte desde ya en nuestra reina del grito; el guión, preciso y austero, con la información justa y necesaria, empezando la historia en el momento justo y acabándola de forma elegante, rotunda, totalmente plausible; la inteligencia de Miguel Ángel Vivas, que más que dirigir una película ha orquestado un horror cotidiano con las hiperbólicas posibilidades del terror moderno. Siempre digo lo mismo, pero siempre es cierto: estoy muy orgulloso del cine español que se hace actualmente, porque indaga, experimenta. Y Secuestrados demuestra que nuestro cine no es acomodaticio, que no se deja llevar por fórmulas ya inventadas, que siempre añade algo nuevo sabiendo reciclar lo mejor de lo ya hecho. Secuestrados hubiera podido ver la luz siendo una nueva sucesora de Rec, pero su nervio la lleva a ser algo diferente, algo más; muy española y al mismo tiempo totalmente capacitada para conectar con públicos de diversas inquietudes y nacionalidades. A veces la jugada no sale bien (incluso en esos fracasos el cine español demuestra su polifonía y heterogeneidad): no ocurre lo mismo con Secuestrados, destinada a ser la sensación del año, un referente de su género y un título de culto. Su paso en la taquilla española ha sido efímero (hay que ser fieles a la verdad: se ha estrenado en el peor momento posible, en pleno runrún de los Oscar y con la estela terrorífica de Cisne Negro dominando el box office), por lo que Secuestrados debe ser reivindicada desde el fervor y la insistencia. Resumen y moraleja: vean, y si me permiten un juego de palabras, 'rescaten' a Secuestrados del ostracismo. Por mucho que lo intenten, no la olvidarán. A partir de ahora, ¡activen las alarmas y cierren el pestillo!
Nota: 8'5
2 comentarios:
Ya quiero verla!!!
Desde que vi el trailer tiempo atras muero por verla...
esperemos k llegue a DVD o algo para visionarla!!
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