lunes, 6 de septiembre de 2010

Crítica de MAMUT

El mamut prehistórico sigue en nuestro planeta. Muchas empresas se encargan de encontrar los animales que quedaron sepultados en la tierra tras años de evolución. Con el antiguo marfil de esos elefantes extinguidos se crean piezas de sumo valor que se aprovechan como adornos o joyas. Uno de esos pedazos aparece incrustado en el bolígrafo de Leo, con el que tendrá que firmar un importante contrato de trabajo. Un objeto muy insignificante que, paradójicamente, podría solucionar la vida de su niñera, obligada a restar a cientos de kilómetros de su casa para ganar dinero. Y hay otra paradoja, la misma que encierra el título de la película más internacional y ambiciosa del sueco Lukas Moodysson (responsable de la muy querida Fucking Amal): el mamut, tan grande y bello, es el animal que mejor encarna nuestro mundo tan globalizado, grande y contradictorio, con sus luces y sus sombras. Mamut habla de esas pequeñas grandes cosas: la soledad que acompaña a aquellos que lo tienen todo y la melancolía de los que no poseen nada. Así, con un estilo y una filosofía que recuerda a Babel, Mamut se impone como una película sensorial, en algunos momentos sensiblera, pero lo suficiente enigmática y poética como para hilvanar con estilo una trama personal y global, crítica social y narración de varias historias de amor y afecto, todas ellas frustradas por varios motivos. Es una película con magia que rechaza cualquier ideología. Su reciente estreno en España la ha rescatado de todas las críticas tibias que recibió en su pase en el Festival de Berlín 2009. Peter Aalbaek Jensen, productor de las películas de los nórdicos Susanne Bier o Lars Von Trier, ha financiado la película. Y el reparto, Gael García Bernal y Michelle Williams a la cabeza, es la primera en encarnar ese caos de relaciones y coincidencias que propone la película. En el fondo nada nuevo (ya sabemos que todo el mundo, en todas las partes del mundo, sufre y siente de forma similar): la novedad es que Mamut está bien rodada e interpretada, incluso posee una excelente selección musical. Las 'historias paralelas' siguen en buena forma, enseñándonos la situación de los niños en las diversas partes del planeta (de la necesidad al bienestar de occidente) y filmando la historia de dos familias muy diferentes y al mismo tiempo parejas. Será políticamente correcta o un tanto abstracta... y aún así funciona. Dos horas de buen cine.

Nota: 7

4 comentarios:

Daniel Bermeo dijo...

Me alegra que tambien te haya gustado. Le di una nota casi similar. Hay escenas muy bellas y otras fuertes; pero en general lo que mas me encanta es la puesta es escena de este director sueco.

Saludos!

Jorge Moreno Celaya dijo...

Se me antoja mucho ver esta película... Y la críticas pues bien jejeje Y es "Gael" no Gabriel jajaja

Saludos!

Ismael Cruceta dijo...

Después de tu crítica, me apetece verla!!

Emilio M. Luna dijo...

No me llama mucho la atención esta película y eso que Moodyson me parece uno de los realizadores europeos más originales. Michelle Williams me gusta cada vez más, me parece una gran actriz. Asi tengo tiempo y le hecho un vistazo. Un saludo.

Emilio Luna.
http://elantepenultimomohicano.blogspot.com