Entrevista a Miguel Martín Maturana, director de No hay lugar y A Place Called Home
1. ¡Saludos, Miguel! Bienvenido un año más al Cinoscar Summer Festival. En esta ocasión, nos presentas dos trabajos en uno: No hay lugar y A place called home. Pregunta obligada: ¿los cortometrajes nacieron como dos partes integradas o autónomas? ¿Son dos caras de una misma moneda o dos obras complementarias?
Gracias a ti por darme la oportunidad de participar de nuevo.
Lo cierto es que el primer corto nació como idea independiente y más tarde surgió la idea de hacer una segunda parte.
Tanto No hay lugar como A place called home son metáforas de los estados emocionales que experimenté en el momento en que cada corto fue rodado: No hay lugar habla del deseo de huir hacia algo mejor mientras que A place called home habla de luchar por seguir adelante aceptando las partes oscuras de uno mismo, dos ideas contrapuestas pero que se complementan al mismo tiempo, por lo que pueden verse igualmente como obras independientes o piezas de un mismo puzzle.
2. La música es muy importante en los dos trabajos: en el primero, optas por una pieza instrumental del grupo español Amaral; y en el segundo, por un tema de PJ Harvey. ¿Hasta qué punto podríamos considerar los cortometrajes una exploración cercana al videoclip? En el caso de A place called home, además, la letra de la canción resulta especialmente recurrente…
Ambos cortos fueron planificados a través de la música primero. En el caso de No hay lugar, visualicé a un chico corriendo por las vías del tren mientras escuchaba la canción No hay lugar de Ainhoa, de donde surgió el título. Posteriormente redacté un guión pero seguía sin tener claro qué música iba a poner. U boat de Kasabian fue una opción que tuvo muchas posibilidades debido a la melancolía de la melodía cantada, pero finalmente un mes antes de rodar hallé con la música perfecta: Dragón Rojo de Amaral, que otorgó al corto el “menos es más” que requería como modesto ejercicio de escuela. Para A place called home me inspiré en un principio en la canción Citizen of the planet de Alanis Morissette, y tras darle varias vueltas me di cuenta de que la canción de PJ Harvey era la más adecuada debido a su letra positiva y de esperanza tal y como me comentas. Realmente la música ha sido indispensable para su creación, por lo cual diría que más que cortometrajes se pueden considerar video-clips experimentales
3. Los cortos no serían lo mismo sin la entrega de la actriz protagonista. ¿Qué indicaciones diste a tu actriz? ¿Le resultó difícil expresar distintos sentimientos sin recurrir a la palabra? ¿Hasta qué punto le pautaste la evolución emocional de su personaje?
Me reuní con la actriz antes de rodar cada corto para explicarle qué quería transmitir en cada historia. Para No hay lugar hablamos muy poco, pero para A place called home le entregué un dossier que escribí como ejercicio para la escuela de cine, donde exponía con mayor profundidad la intención de la historia, y además hicimos juntos el storyboard fotográfico con lo cual ya pudo ver más o menos cómo iba a suceder el rodaje. Ciertamente, la dirección de actores es un campo que considero muy complicado y al que hay que tener mucho respeto, pues me parece un pilar básico para que una obra audiovisual funcione, a parte del guión y la dirección por supuesto, pero he de decir que en ese sentido me considero bastante inexperto, y cuando rodé los cortos aún lo era mucho más. Hay que conseguir que el actor se sienta cómodo y al mismo tiempo que logre expresar lo que quieres que transmita, y eso sólo se consigue a través de la experiencia personal y bagaje vital, por lo cual admito que no trabajé demasiado en ese aspecto al rodar los cortos, en parte porque su simplicidad tampoco lo requería y por otro lado debido a esa inexperiencia vital que te comento.
4. Los últimos segundos de No hay lugar hacen pensar en un final abierto, mientras que A place called home aboga por una clausura más cerrada, por no decir circular. ¿Hasta qué punto estaba previsto este detalle? ¿Has pensado en completar la obra con una tercera entrega?
El último plano de No hay lugar lo tuve muy claro desde el principio (alguien que se aleja hacia el horizonte) y para A place called home recuerdo que fue más complicado, pero sí te puedo decir que a la hora de redactar el guión final de A place called home tenía claro que iba a ser estructura circular antes de redactar lo que sucedía en medio. No creo que haya tercera parte pero nunca se sabe, tal vez algún guiño en proyectos en los que estoy trabajando actualmente.
5. Ambos rodajes se realizaron al aire libre, en espacios y ciudades diferentes. ¿Cuál fue el aspecto técnico más difícil al que tuvisteis que enfrentaros tú y tu equipo? ¿Resultó más complejo rodar en espacios urbanos o en escenarios rurales?
Fue mucho más sencillo que con Horror Night. No necesitábamos permisos, lo más complicado fue tal vez el plano inicial y final de A place called home que está rodado al borde de una altura considerable y sin protección de por medio, por lo que la cámara y el operador estaban un poco inseguros. Por lo demás, se puede decir que no hubo apenas complicaciones a la hora de rodar.
6. ¿Crees que tus cortos pueden interpretarse como una metáfora de la imposibilidad de huir (de un espacio, de uno mismo, etc.)? Los conceptos ‘lugar’ y ‘home’ que propones en los títulos se prestan a lecturas muy variadas e interesantes.
Es cierto que se puede extraer esa lectura, pues ambos cortos reflejan tristeza y sentimientos negativos que suelen relacionarse con ese concepto de imposibilidad, pero en el fondo, yo diría que más que sobre la imposibilidad, son una metáfora del DESEO de huir y como se suele decir: querer es poder. No hay lugar refleja el deseo de huir de un estado de depresión y A place called home muestra el deseo de huir del miedo a uno mismo, pero en ambos casos el sentimiento que quise transmitir era opuesto al de la imposibilidad.
7. En Horror Night, título del CSF2, nos proponías una historia de terror con influencias del slasher norteamericano. A place called home da un giro a la ciencia ficción, e incluso la ropa de la protagonista hace pensar en algunos films vinculados a cierta estética cyberpunk. ¿Querías proponer una historia cercana a los viajes en el tiempo? ¿Te inspiraste en algún título concreto de ese género?
Donnie Darko fue una influencia muy importante y lo sigue siendo en mi vida. Es una película con universo propio y el plano cenital de la chica levantándose en A place called home es un guiño al comienzo de la película, que también tuve muy claro desde el principio. La estética de la ropa negra fue también algo que tuve claro como metáfora de los sentimientos oscuros. Quería cierto misterio para A place called home, el campo representaba un paraíso imperfecto y solitario, pero no tenía muy claro hacia dónde tirar la historia. Con el tiempo me doy cuenta de los errores y ahora veo que se podría haber jugado mucho más con la historia, pero de todo se aprende.
8. En los cortos no aparecen monólogos, diálogos o intervenciones directas de los personajes. ¿Redactaste un guion para cada obra o el proceso de rodaje y montaje fue un proceso más intuitivo?
Para No hay lugar fue más intuitivo y para A place called home más planificado, pero en ambos casos antes de rodar tenía muy claro el storyboard en mi cabeza y los cambios de encuadre, pues es fundamental respecto a continuidad a la hora del montaje.
9. ¿Tienes alguna anécdota del rodaje que te gustaría compartir con nosotros?
En el rodaje de No hay lugar el foquista se durmió y tuvimos que ir a buscarlo a su casa porque no contestaba al móvil. Mi compañera de clase había estado en su casa pero no recordaba exactamente dónde estaba. Llamamos a varios pisos y finalmente dimos con él casi de milagro. No podíamos empezar sin él, pues yo me sentía muy pez en tema de fotografía y necesitaba ayuda al respecto. Sin embargo, ese suceso posibilitó que de manera espontánea se aplazara la segunda parte del rodaje, que sucedía en el campo en lugar de la ciudad, lo cual permitió que se produjera ese cambio de luz solar que sucede al pasar de la ciudad al campo. Algo que no estaba previsto y que gracias a este imprevisto hizo que la imagen se conjugara con la música de mejor manera. De todo se puede sacar algo bueno.
10. ¡Muchas gracias por atendernos una vez más! Para terminar, tienes la posibilidad de dirigir unas palabras a los espectadores-lectores del festival. ¿Por qué deben visionar tus trabajos? ¿Cómo les convencerías para que votaran por tus propuestas? ¡Mucha suerte!
Pues como siempre les diría que lo vean sin pretensiones y si les gusta que lo voten. No pretendo convencer a nadie, que cada uno decida según su criterio, solo puedo decir que espero que les guste.
Gracias de nuevo por esta oportunidad, nos vemos a ser posible en futuros festivales.
Corto: NO HAY LUGAR, de Miguel Martín
Corto: A PLACE CALLED HOME, de Miguel Martín
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