sábado, 21 de enero de 2012

El último guacamayo de su especie: Crítica de RÍO

Por qué Rio no ha estado nominada a nada en esta temporada de premios y por qué sí mencionaron a Kung Fu Panda 2 y a Cars 2 es un misterio que merece una larga reseña. No diremos tanto. Río es una película entretenidísima, con una factura visual muy potente, con la capacidad de situar al espectador en un estado de alegría y buen rollo a ritmo de samba. En su día congregó a más espectadores que las citadas segundas partes, y a juzgar por los ánimos bloggeros Río gustó incluso más que la intocable Pixar. Y puestos a imaginar posibles peros, no sé si los pájaros carteristas y la exaltación carnavalera de la ciudad brasileña por excelencia gustará a sus habitantes, aunque el formato animado y la necesidad y obligación de gustar a un público familiar/infantil no daba para exponer divisiones sociales, estampas de pobreza o alguna denuncia de la vida en las favelas. Brasil se prepara para acoger unos juegos olímpicos y hasta en el plano más serio Río podría ser una inesperada y subliminal arma de promoción turística. Pero lo dicho: no queramos abarcar más de lo debido. Río es una de las películas animadas más simpáticas, descaradas y frenéticas del 2011, y es una lástima que se le nieguen méritos por no ser un producto de autor o tener el apoyo de productoras más respetadas. Así que si son de los que en su día dejaron escapar estas vacaciones a la costa suramericana compren un billete de confianza. La historia del pájaro loco y raro de toda la vida con más acción, incluso me atrevería a decir que una de las cintas que más momentos de impacto tridimensional ofrece sin que la sucesión de objetos saltando por los aires resulte cargante o gratuita. Para reir de lo lindo.


Nota: 6

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