¡Dejadme en paz!
NO MOLESTAR (UNE HEURE DE TRANQUILLITÉ), de Patrice Leconte
Francia, 2014. Dirección: Patrice Leconte Guión: Florian Zeller, a partir del libreto de su obra de teatro Fotografía: Jean-Marie Dreujou Música: Éric Neveaux Reparto: Christian Clavier, Carole Bouquet, Valérie Bonneton, Rossy de Palma, Stéphane De Groodt, Sébastien Castro, Christian Charmetant, Arnaud Henriet, Ricardo Arciaga, Elisha Camacho Género: Comedia Duración: 75 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 26/06/2015¿De qué va?: Es sábado por la tarde en París y Michel acaba de encontrar un vinilo que llevaba buscando muchos años. Con el disco debajo del brazo y dispuesto a pasar una velada de lo más relajada, diferentes personajes intentan perturbar la paz de Michel. Su esposa quiere confesarle un secreto. Su criada se empeña en pasar el aspirador. Su amante irrumpe en escena con la intención de poner los puntos sobre las íes. Unos operarios rompen las tuberías de su casa. Su vecino está decidido a celebrar una fiesta ruidosa. Su hijo decide ocupar unas estancias del bloque como 'piso patera' para una familia asiática. ¿Qué más puede pasar?
Patrice Leconte forma parte de una extraña estirpe de directores que siempre han realizado las películas que les han dado la gana, sin importar los dictámenes de la crítica y del público, totalmente despreocupados por seguir o dilapidar su imagen de 'auteur' entre las élites cinematográficas. El cine del impulso y del instinto de Leconte vuelve a nuestras salas con No molestar, una película que se diría filmada 'a la antigua' (de concepción teatral, a imagen y semejanza de La cena de los idiotas), pero que en verdad esconde una sátira envenenada a una clase social francesa caduca, racista y patriota, bienestante y radical, que perfectamente podría votar al partido de Marie Le Pen, enarbolar la bandera de la familia tradicional y demás barbaridades. Todo ello queda expresado, aunque de forma subrepticia, en el personaje de Michel, un hombre que vive a la contra de todo y de todos, y que termina siendo la divertida víctima de una ironía del destino: su esposa, su hijo, su amante, su criada, sus operarios, su mejor amigo, su vecino y otros personajes deciden fastidiarle, todos a la vez, la misma tarde de sábado. Leconte recurre al humor amable, al gag comiquero y a los juegos de palabras, y consigue una narración bastante fluida a pesar de sus limitaciones espaciales y temporales (la trama sucede en un mismo bloque de pisos durante escasa hora y media). No molestar acumula despropósitos y momentos ingeniosos, aunque siempre es consciente de su condición de opereta bufa, de broma bien orquestrada. No molesta, tampoco apasiona, pero en todo caso se beneficia de la actitud militante y ecléctica de Leconte, un director que, guste más o menos, siempre tiene algo interesante que contarnos. Y si encima lo hace en unos medidos 75 minutos, con un gran elenco de actores disparatados y con una economía de medios admirable, mejor que mejor.
Para los que siempre han tenido vocación de 'mosca cojonera'.
Lo mejor: Christian Clavier, actor de largo recorrido que en España acabamos de descubrir gracias a Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?
Lo peor: Es fácil avanzarse al gag final del disco de jazz. ¿Por qué las 'chachas' parisinas siempre son españolas?
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