sábado, 18 de enero de 2020

CRÍTICAS | 1917, RICHARD JEWELL y EL OFICIAL Y EL ESPÍA



1917
10 nominaciones al Óscar. Globo de oro a la mejor película (drama) y director
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Reino Unido, 2019. Dirección: Sam Mendes Guion: Sam Mendes y Krysty Wilson-Cairns
¿De qué va?: 6 de abril de 1917, bando británico de la Primera Guerra Mundial. Dos soldados reciben la misión de enviar una misiva al otro lado de las trincheras. De su llegada a tiempo dependen la vida de miles de soldados y del hermano de uno de ellos. Ficha completa
Reparto: George MacKay, Dean-Charles Chapman, Mark Strong, Richard Madden, Benedict Cumberbatch, Colin Firth, Andrew Scott, Daniel Mays, Adrian Scarborough, Jamie Parker, Nabhaan Rizwan, Justin Edwards, Gerran Howell, Richard McCabe, Robert Maaser, John Hollingworth, Anson Boon, Jonny Lavelle, Michael Jibson, Chris Walley Música: Thomas Newman Fotografía: Roger Deakins Género: Drama bélico Duración: 115 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 10/01/2020

En contra de lo que se ha escrito sobre 1917, creo firmemente que lo nuevo de Sam Mendes es una película minimalista. Si dejamos de lado su trabajo sonoro, la dirección fotográfica en toma única y el tour de force propio del cine bélico, de 1917 queda una historia sobre el vacío. La nada que experimentan los personajes en la primera escena, sumidos en una especie de sueño, tumbados sobre una tierra que pronto se convertirá en fango. Y, en el bello plano final, la soledad de su protagonista, que ha culminado su empresa, aunque no ha podido alterar el curso de los acontecimientos y busca arropo en unas fotografías que le recuerden el ser de carne y hueso que siempre fue. A Mendes no le interesa tanto la cinética de la supervivencia como mostrarnos a un joven haciendo frente a las adversidades, un concepto que tiene sentido y resultaría oscarizable ahora, años atrás o en el concierto sociopolítico que se quiera. Una idea pequeña en una película muy grande. Y de esa mixtura de tamaños, sorprende que Mendes, a la contra del Nolan de Dunkerque, no deje llevarse por el videojuego indiscriminado, aunque el periplo que muestra tenga mucho de azaroso. Hay alardes técnicos, pero no son presuntuosos. La música juega a crear tensión, pero nunca se antoja intrusiva. Su coreografía es evidente, pero el artificio casi nunca asoma en pantalla. El guion tampoco quiere que sus personajes verbalicen o exterioricen sus circunstancias, pero debe apreciarse su tempo introvertido, compensado con el candor de momentos mágicos como el encuentro con la mujer francesa o la reunión en el bosque de un batallón que escucha el son de una melodía militar. Incluso cabe subrayar su mirada neutra, desprovista de patriotismos, por mucho que la carrera en pleno ataque, a pie de trinchera, sea la escena más "bigger than life" que hayamos visto en años, Marvel incluido. En síntesis, una película importante, destilación de todas las esencias de su género. He ahí su clasicismo y su modernidad. Para recordar entre el sueño y la vigilia, la luz y la oscuridad, la inocencia y la crueldad. Justamente la imagen que ofrece esa ciudad derribada bañada por el negro de la madrugada y el ocre del fuego, un fotograma que recuerda a Apocalypse Now y que sabe a eternidad.




RICHARD JEWELL
Nominación al Óscar y Globo de oro a la mejor actriz secundaria
EE. UU., 2019. Dirección: Clint Eastwood Guion: Billy Ray, a partir de un artículo de Marie Brenner
¿De qué va?: Juegos Olímpicos de Atlanta, 1996. Richard Jewell trabaja como guardia de seguridad en las inmediaciones de un recinto donde se celebran conciertos. Una noche, el hombre descubre una bomba con explosivos y minimiza las consecuencias de un terrible atentado. Jewell es considerado un héroe... hasta que pasa a ser el principal sospechoso del incidente. Ficha completa
Reparto: Paul Walter Hauser, Sam Rockwell, Kathy Bates, Jon Hamm, Olivia Wilde, Wayne Duvall, Dexter Tillis, Desmond Phillips, Nina Arianda, Ian Gomez, Randy Havens, Mike Pniewski, Niko Nicotera, Dylan Kussman, Beth Keener, Billy Slaughter, David Shae, Shiquita James, Deja Dee, Kendrick Cross, Jill-Michele Melean, Mitchell Hoog, David Lengel, Marc Farley, Victoria Paige Watkins, Charles Green, Shawn Weston Thacker Música: Arturo Sandoval Fotografía: Yves Bélanger Género: Drama Duración: 130 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 01/01/2020

Las buenas reseñas que ha cosechado Richard Jewell por parte de la prensa, sin importar su afiliación política, han puesto de manifiesto el estatus de clásico que ostenta el director más emblemático de su generación. De formas tradicionales, aunque de premisa pertinente, la película supone el enésimo estudio que Eastwood dedica a la figura del héroe. Por el camino, Hollywood ha vivido el Me Too y todo el país ha sufrido el ascenso de Donald Trump, pero el bueno de Clint sigue férreo en sus convicciones. Su lenguaje es transparente, sin alardes técnicos, en consonancia con su naturaleza de "actor autor". Tiene la virtud de ser la crónica equidistante de un suceso real, por lo que cada espectador debe decidir hasta qué punto se nos cuenta una historia de desmitificación o de triunfalismo. Y, sobre todo, es una película entretenida, creyente fiel de los principios de verosimilitud y espectacularidad de ese cine norteamericano que era norma en los 90 y que ahora, por evolución lógica, en parte por desgracia, brilla por su ausencia en las salas. Por todo lo dicho, cuesta poner reparos a Richard Jewell, aunque tal vez puedan derribarse sus bases apelando a una evidencia no menos notable: es una película que, por desfasada, acaba derivando en anécdota. Aunque Kathy Bates, no tan alejada de la inquietante Annie de Misery, llore mares. Aunque Paul Walter Hauser encarne a la perfección la paradoja patriótica del filme. Aunque Sam Rockwell vuelva a confirmar lo bien que le sientan los justicieros de formas poco ortodoxas. Aunque Olivia Wilde juegue a ser la actriz de primera división que, por hache o por be, todavía no es. Será prejuicio personal, bache generacional o "llámenle como quieran", pero Richard Jewell me produce una absoluta indiferencia. Una americanada de tomo y lomo, dicho esto en el sentido más meritorio y peyorativo posible. Sus defensores, aunque sobrados de razones, deberían reflexionar por qué el filme, tan nominable años atrás, se ha quedado en la retaguardia de los Óscar 2020.




EL OFICIAL Y EL ESPÍA
Festival de Venecia: Gran premio del jurado y FIPRESCI. 4 nominaciones a los EFA
Francia, 2019. Dirección: Roman Polanski Guión: Roman Polanski, a partir de la novela de Robert Harris
¿De qué va?: Enero de 1895. En un acto público, el joven oficial Alfred Dreyfus, acusado de ser un espía alemán, es desposeído de sus méritos militares. Días después, pasa a cumplir condena en la Isla del Diablo. Un año después, Georges Picquart pondrá en duda el veredicto del caso cuando, al ocupar el puesto de coronel primero, encuentre pruebas reveladoras. Ficha completa
Reparto: Jean Dujardin, Louis Garrel, Emmanuelle Seigner, Grégory Gadebois, Hervé Pierre, Wladimir Yordanoff, Didier Sandre, Melvil Poupaud, Eric Ruf, Mathieu Amalric, Laurent Stocker, Vincent Pérez, Michel Vuillermoz, Vincent Grass, Denis Podalydès, Damien Bonnard, Raphaël Caraty, Clément Jacqmin, Pierre Léon Luneau, Michèle Clément, Yohan Renier, Romain Lehnhoff Música: Alexandre Desplat Fotografía: Pawel Edelman Género: Drama histórico Duración: 126 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 01/01/2020

Los coloquios que puede suscitar El oficial y el espía ya se cuentan entre los salseos cinéfilos más potentes de 2020. Polanski apela a la libertad de expresión, tal vez a la figura del alter ego, para reflejar(se) y denunciar el perjurio que recibieron Alfred Dreyfus (Garrel), oficial judío acusado de ser un espía alemán, y Georges Picquart (Dujardin), el coronel que destapó la injusticia y sufrió la represión del estamento militar. La ambientación, ropas, peinados y paisajes nos trasladan al París de finales de siglo XIX, pero la búsqueda de la verdad, la lucha del hombre contra el aparato administrativo, la presión de prensa y superiores, y así hasta escribir un largo etcétera, se amoldan a la perfección a nuestros tiempos. También, cómo no, a la propia biografía de Polanski. El cineasta polaco se cubre las espaldas con una producción muy cuidada, un elenco que reúne la flor y nata de la industria francófona y un guion muy preciso, con tempo moroso y flashbacks cerimoniosos. La suma de todos estos elementos es una película de una anacronía y vigencia inusual, lastrada y al mismo tiempo realzada por todas las lecturas extracinematográficas que Polanski, lejos de evitar, proclama con la vehemencia de quien se sabe cuestionado cada dos por tres. Cinematográficamente impecable, más o menos reprobable según el juicio de cada espectador. Quien escribe está del lado del autor de El pianista, por mucho que la historia de El oficial y el espía a veces quede sepultada por su mensaje, su asumida importancia, su (auto)conciencia beligerante. Eso explica que el final de El oficial y el espía tenga visos de despedida, artística y vital, con un Polanski que evidencia el maltrato de Dreyfus con respecto al rango alcanzado por Picquart (¿asunción de culpas? ¿expiación de las mismas?), a la vez que empodera a la amante del coronel (¿símbolo del influjo que Seigner, actriz y pareja, ejerce en Polanski? ¿un reconocimiento implícito a su máxima defensora de cara a los medios?). Habrá que esperar unos años para saber si Polanski da por cerrado su periplo o sigue en pie de guerra. Ambas posibilidades serán buenas noticias. El debate, sea como sea, sigue y seguirá muy vivo.




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