martes, 24 de abril de 2018

CRÍTICA | FORTUNATA, de Sergio Castellitto


Madre, esposa, amante, mujer
FORTUNATA
Festival de Cannes: Mejor actriz (Un certain regard)
Italia, 2017. Dirección: Sergio Castellitto Guión: Margaret Mazzantini y Sergio Castellitto Música: Arturo Annecchino Fotografía: Gian Filippo Corticelli Reparto: Jasmine Trinca, Stefano Accorsi, Alessandro Borghi, Edoardo Pesce, Rosa Diletta Rossi, Liliana Fiorelli, Hanna Schygulla, Emanuela Aurizi Género: Comedia dramática. Cine social Duración: 100 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 27/04/2018
¿De qué va?: Fortunata es una peluquera que cobra en negro. Espera poder abrir su peluquería después del verano, pero las presiones de su marido, que se niega a concederle el divorcio, no le pone las cosas fáciles. Para colmo, Servicios Sociales obliga a su hija a visitar un psicólogo.




En nuestro imaginario, Sophia Loren sigue bamboleando sus caderas por las calles romanas, eternizando el icono de la mamma italiana superada por las circunstancias pero guerrillera por naturaleza. La Fortunata de Sergio Castellitto sigue esa estirpe, por estética, también por histeria. Una mujer a la que la vida no le sonríe, aunque se niega a abandonar sus sueños. Esta princesa del extrarradio convive ahora con gente marginal, inmigrantes chinos y economías sumergidas del S. XXI que, curiosa paradoja, todavía han acentuado más el carácter surrealista de la tragicomedia alpina. Durante poco más de hora y media de paseo en zancos, nuestra heroïna se enamora de un psicoanalista, se pelea con su ex marido y mantiene un toma y daca de cuidado con su amante. El triángulo de toda la vida. O cuadrado, porque la hija de Fortunata ocupa una posición preeminente en su vida. Lástima que Trinca, pese a sus excelencias, no sea Loren, ni que Castellitto apenas pueda hacerles cosquillas a los grandes clásicos de su país. Fortunata es en todo momento una narración intrascendente y condescendiente, con ínfulas poéticas y una molesta tendencia por apiadarse de sus personajes. No le hace justicia, en definitiva, a esas Fortunatas que quieren verse reflejadas en la gran pantalla, o que ven en el cine la posibilidad de evadirse de sus problemas. El hábito, o el nombre, no hace al monje: poca "fortuna" para un Castellitto que, seamos sinceros, nos ha dado más alegrías como actor que como cineasta.


Para admiradores de las italianas con carácter.
Lo mejor: Jasmine Trinca, pura energía.
Lo peor: Que no se reconozca que Mazzantini es una escritora sobrevalorada.


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