Este año los Oscar están de lo más nostálgicos con The Artist y La invención de Hugo a la zaga del galardón. Rango, favorita en la categoría de mejor película animada, es también un homenaje al cine, concretamente al western. Rango es la única cinta animada norteamericana de autor del 2011 y no tuvo una gran acogida en las salas. Rango es una de vaqueros bastante raruna, con un lagarto que podría ser la versión cachonda del mejor John Wayne y cuya aventura establece un puente con la pérdida de valores de la sociedad actual. ¿Una película infantil hablando de la corrupción, de gobiernos dictatoriales que oprimen a sus ciudadanos, del paso del campo a la ciudad y todo lo que ello conlleva? Pues sí, y también una fábula sobre la solidaridad, el trabajo en equipo, la necesidad de buscar el bienestar de la comunidad y de volver a las raíces. Además de resucitar la herencia del rey cachondo, héroe por carambola y chiripa. Si la primera Piratas del Caribe era un canto al cine de corsarios con alma naif, Verbinski ha hecho de Rango su primer proyecto animado y un guiño al cine de bandoleros y diligencias. Y tanto una como otra, un vehículo de lucimiento para el pícaro Johnny Depp, aquí encargado de doblar al reptil cabeza de cartel. Rango es un pastiche con una textura visual muy original. Una película que funciona, aunque el público infantil sienta más miedo que afecto por los animalejos del film, y aunque no todo el público adulto capte la sutileza de su mensaje crítico y alma de far west. La suerte del lagarto feo: Rango, con sus ojos saltones, cuello largo y labia fina ya puede ir ensayando su discurso de agradecimiento.
Nota: 6
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1 comentario:
Lo mejor es el cameo de Hunter S. Thompson de camino a Las Vegas.
El resto me dejó bastante indiferente.
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