jueves, 29 de diciembre de 2016

CRÍTICA | INSTINTO BÁSICO, de Paul Verhoeven


Se está escribiendo un crimen
INSTINTO BÁSICO, de Paul Verhoeven
Festival de Cannes: Sección oficial. 2 nominaciones al Óscar y Globo de oro
EE. UU., 1992. Dirección: Paul Verhoeven Guión: Joe Eszterhas Fotografía: Jan de Bont Música: Jerry Goldsmith Reparto: Michael Douglas, Sharon Stone, George Dzundza, Jeanne Tripplehorn, Denis Arndt, Leilani Sarelle, Stephen Tobolowsky, Jack McGee, Daniel von Bargen, Mitch Pileggi, Wayne Knight Género: Thriller erótico Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 21/08/1992
¿De qué va?: Un cantante de rock aparece asesinado en la cama de su dormitorio. La principal sospechosa es su novia, una escritora de novela negra. Nick, un policía de vida tortuosa, será el encargado de vigilar a la mujer.


Pocas películas concentraron tanta polémica y expectación en el momento de su lanzamiento como Instinto básico. La campaña de promoción de la cinta fue tan arrolladora que el thriller erótico de Paul Verhoeven se convirtió en la cuarta película más taquillera de la temporada. Cifras y anécdotas aparte, cabe decidir si Instinto básico merece la pena por sus cualidades artísticas, dejando de lado las mitomanías que acompañan a todo título de culto. Contra el pronóstico de muchos agoreros que acusaron el film de ser una copia más o menos burda de la intriga hitchkochiana (el San Francisco de la película y la rubia despampanante que interpreta Sharon Stone hacen pensar, ni que sea vagamente, en Vértigo (De entre los muertos)), Instinto básico es una propuesta cargada de atractivos. La película es un hábil ejercicio de tensión narrativa, capaz de dosificar la información con inteligencia y de captar la atención del espectador durante sus dos horas de metraje. Parte de su eficacia, con todo, descansa en algunos giros de guión tan efectivos como efectistas, incluso inverosímiles, como la muerte de la amante de Catherine (el presunto lesbianismo de la protagonista, más allá de apelar al morbo de la audiencia, aporta muy poco a la trama). La sensación global es que Instinto básico, aun siendo una obra más audaz que la mayoría de thrillers norteamericanos de su tiempo y de la actualidad, no acaba de aprovechar sus perversiones para dejar a sus fieles voyeurs verdaderamente temblando en la butaca. Instinto básico, dicho en otras palabras, es la versión voluptuosa y adocenada del cine negro de antaño, con más vocación de taquilla que de eternidad. Por suerte, el film reconduce parte de sus desmanes en un final muy decente: la femme fatale sigue al acecho, tan bella e imprevisible como siempre, y los bajos instintos de unos y de otros (las adicciones del policía, las tendencias asesinas de la escritora) prometen seguir aflorando tras el rótulo de "The End". Una lectura entre moralizante y amoral que sigue generando suspiros, cruce de pierna incluido, entre espectadores de distinta condición.


Para erotómanos con tendencias suicidas.
Lo mejor: Se ve sin pestañear.
Lo peor: Muchos de sus giros están cogidos por los pelos.

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