lunes, 12 de febrero de 2018

CRÍTICA | THE PARTY, de Sally Potter



Perfectos desconocidos
THE PARTY
Berlín: Sección oficial a concurso. BIFA a la mejor actriz secundaria (Patricia Clarkson)
Reino Unido, 2017. Dirección y guión: Sally Potter Fotografía: Aleksei Rodionov Reparto: Patricia Clarkson, Bruno Ganz, Cherry Jones, Emily Mortimer, Cillian Murphy, Kristin Scott Thomas, Timothy Spall Género: Comedia dramática Duración: 70 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 09/02/2018
¿De qué va?: Un matrimonio está a punto de celebrar una fiesta en su casa. Ella acaba de ser nombrada ministra. Su marido no parece estar demasiado entusiasmado con la celebración. Los invitados llegan, unos y otros empiezan a charlar, y de pronto la velada toma unos caminos inesperados que afectarán a todos los presentes.



La directora británica Sally Potter regresa a nuestras carteleras con The Party, una película de corta duración, rodada con una nómina reducida de intérpretes, un austero blanco y negro y un sólo escenario. Una fiesta entre amigos de edad avanzada permite, como sucedía en Un dios salvaje y otros proyectos de regusto teatral, sacar a la superficie los secretos de todos los comensales, hasta el punto que la "fiesta" del título terminará siendo una reunión tensísima, con pasteles quemados, rayas de cocaína, una pistola que va cambiando varias veces de lugar y una cadena de dolorosas revelaciones. Potter se comporta cual cirujana despiadada, en un arrebato de síntesis y enajenación pocas veces conseguido en el cine contemporáneo. El problema no es suyo, tampoco de su impecable reparto, sino de una fórmula excesivamente explotada en la gran pantalla. Por desgracia, aunque la historia nunca desfallece, su libreto está más preocupado por encontrar la frase más lacerante a cada momento que de sonsacar una mínima verdad a sus personajes, y como resultado su supuesta radiografía de cierta clase burguesa y progresista no acaba de tener la mordiente, tanto crítica como cómica, que debería. Queda, eso sí, la furia del reproche, aunque ésta se esfuma a los pocos minutos de terminar la función. Un defecto demasiado notorio para una película que habla de la impostura que domina las relaciones humanas. Suerte que la escena final prefiere culminar la velada por vía de la chanza, dando a entender que la directora nunca se tomó demasiado en serio nada de lo expuesto. Función atractiva, reconocible, un poco cínica pero nada vanidosa.


Para comensales a los que les encanta cortar la tensión con un cuchillo de muchos filos.
Lo mejor: Su elenco.
Lo peor: El conjunto no supera la mera anécdota.

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