martes, 15 de enero de 2013

Crítica de WOLF CREEK, de Greg Mclean



Wolf Creek es una road movie que nos habla de 3 jóvenes mochileros que durante uno de sus viajes se cruzan con un temible asesino. El planteamiento es sencillo, claro e incluso tópico (muchas conocidas películas de terror cuentan lo mismo o similar, desde la mítica y precursora La matanza de Texas hasta películas como 2000 maníacos, La última casa a la izquierda, Las colinas tienen ojos, Km 666 o el remake de  La casa de cera), pero a pesar de su tópico y simple planteamiento, Wolf Creek no es una road movie de terror más, ya que su grandeza radica en el modo de contarnos y de mostrarnos la historia. El director ha tratado de ajustarse a la realidad lo máximo posible, optando por un estilo documental de movimientos de cámara en mano y una fotografía preciosa y extremadamente realista.  Estilísticamente es una película perfecta. 



El espectador se enfada porque se preocupa realmente por los personajes, y no solo por la brutalidad de la cinta, sino gracias a un truco del director realmente efectivo: en primer lugar se trata solamente de tres personajes los que están en peligro, no como en la mayoría de películas de terror en las cuales siempre aparece un numeroso grupo de jóvenes destinados a ser carne de cañón y por los que el espectador no se preocupa, al contrario, espera cual va a ser el primero en caer. Y por otro lado, el director opta también por mostrarnos unos primeros 45 minutos en los cuales no ocurre nada realmente trascendente, lo cual permite que el espectador sienta empatía hacía los personajes y les coja cariño para que cuando llegue lo realmente fuerte se estremezca ante lo que está viendo.


Wolf Creek trata el tema del instinto de supervivencia, así como la lucha entre el bien y el mal. No existe indicio de bondad o duda en su villano: tan solo titubeamos durante un momento concreto muy inquietante cuando el asesino, tras quemar el coche con los cadáveres, se queda mirando a la nada pensativo. Es entonces cuando el director nos plantea muy sutilmente la duda: ¿Es este hombre malo por naturaleza, o se hizo malo por algún motivo? ¿Somos lo que hacemos, o lo que los otros quieren que seamos? Una cuestión que la sitúa un peldaño por encima de sus contemporáneas compañeras de género.


En definitiva, una de las mejores obras de terror de la pasada década junto con Alta tensión, Saw, The descent o Martyrs, destinada a convertirse en un título de culto con el paso del tiempo, que te atrapa y te sumerge en su mundo de manera real y logra removerte por dentro emocionalmente. El espectador le grita a la pantalla de cine, preocupado por los personajes, y se estremece ante la gran interpretación de los actores. Hoy en día pocas películas logran transmitir un sentimiento que no sea la indiferencia o mero entretenimiento. Wolf Creek traspasa esa barrera. El terror nunca pudo ser tan real.

Lo mejor: La fotografía realista estilo documental y la interpretación de los actores.
Lo peor: Algunos fallos en la estructura narrativa.

Nota: 8'5

Miguel Martín

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