lunes, 14 de enero de 2013

Crítica de LAS SESIONES (THE SESSIONS), de Ben Lewin


En un mismo año se han estrenado tres películas con personajes protagonistas discapacitados que se aferran a la vida a pesar de los pesares: Intocable, Seis puntos sobre Emma y ahora Las sesiones, la crónica amable de Mark, un paralítico de 38 años que desea perder la virginidad antes de fallecer. No por casualidad son tres películas que han gustado mucho al público, no tanto a la crítica, tal vez por usar la premisa de 'film de temática dura' para construir mensajes de lo más alegres y vitalistas. Las sesiones también es una comedia, aunque sus alas dramáticas son más oscuras. Ello no la salva de ciertas notas discordantes que, eso sí, harán las delicias de ese público que teme llamar a las cosas por su nombre. Por ejemplo, las conversaciones de Mark, siempre tumbado en horizontal y ladeando la cabeza desde su camilla, con el nuevo cura de su iglesia son del todo surrealistas, no tanto por tronchantes sino por inverosímiles: me pregunto si los culturetas de la crítica yanki se dieron cuenta de hasta qué punto el guion incide en un discurso desacralizador - provocador ('creo en Dios porque así tengo a alguien a quien culpar de mi situación', dice Mark entre lo incorrecto y el chiste afable). Las sesiones también conecta con la cinta francesa por otro motivo: se inspiran en un caso verídico,  y en ambos casos los films se desgajan de lo real porque, aunque dotan de humanidad y calor a sus personajes, estos son siluetas, no son seres de carne y hueso, una cuestión que no es tanto responsabilidad de los actores como del libreto de base, que no sabe canalizar todas las tensiones y los frentes que quiere y debe abordar. Todo ello convierte a Las sesiones en una película ligera, a ratos complaciente y siempre medianera: ni es una apuesta cien por cien gamberra ni retrata en profundidad el alma de quien vive obligado a estar dentro de una extraña máquina de oxígeno para (sobre)vivir. Su estrategia narrativa, entre el eufemismo y el efectismo, son de nuevo las constantes y las claves de un pequeño gran éxito de taquilla, pero hay que detectar que su parco lenguaje nos obliga a dejar estas particulares sesiones de terapia e iniciación sexual fuera de lo más estimulante del último cine indie estadounidense.


Para los que necesitan un motivo para seguir adelante
A favor: Helen Hunt asumiendo el riesgo de un personaje difícil.
En contra: Schnabel y Solondz ya contaron lo mismo con mejores resultados.

Nota: 6

2 comentarios:

Antonio dijo...

Me parece un poco exigente la crítica, a mí me parece que narrativamente la película funciona con gran maestría y que es consciente de las propias limitaciones de su tono.
Coincido en que lo mejor de la peli es helen hunt
Un saludo

Marcelo Cafferata dijo...

Tambien HASTA LA VISTA y DE ROUILLE ET D'OS plantean estos temas en distintos registros.
Realmente tengo muchas ganas de ver THE SESSIONS

Habra que esperar un poco mas...