sábado, 31 de octubre de 2009

¿ POR QUÉ 2009 ES EL AÑO DE LAS PELÍCULAS IMPERFECTAS?

2009 está siendo un año muy estimulante para el cinéfilo. A grandes rasgos, estos últimos meses hemos asistido al retorno de grandes autores: algunos nuevos, otros muy consolidados. Alguna parte de la crítica cinematográfica no duda en comunicar su animadversión a los blogs, básicamente porque el crítico anónimo suele guiarse por gustos o influencias no profesionales. La objetividad no existe en un medio como este, aunque es tarea de todos lograr cierto equilibrio en nuestros comentarios. Este 2009, precisamente por este motivo, nos ha ofrecido una lista de obras polémicas que han dividido a la audiencia, en algunos casos de forma insalvable, antónima. Algunos grandes autores han recibido sus primeras notas negativas; y otros, según los entendidos, han bajado el listón en sus nuevos proyectos. ¿Es eso cierto? Sea como sea, el resultado es una cosecha de películas imperfectas, algunas buenas, otras mediocres. ¿Cómo valoran la lista de estrenos de esta temporada? A este paso, es posible que algunas de estas 'películas imperfectas' se cuelen en la final de La película de la década, e incluso pueden copar los primeros puestos. Aquí se comentan a título personal las 10 mejores películas imperfectas de la temporada, sin orden alguno, pero esperemos que con mucho jugo. Abrimos debate.

LOS ABRAZOS ROTOS, de Pedro Almodóvar
Algunos momentos no están tan bien resueltos (el espectador debe hacer un esfuerzo para creer la relación entre Mateo y Lena), algunas escenas no están bien rodadas (véase la escena de la discoteca), algunos trucos de guión dependen de la buena voluntad de quien mira (personajes que cuentan historias a otros personajes, momentos en el tiempo que se mezclan y se funden). Tras esta rista de peros, Los abrazos rotos aparece como obra fuerte y nutritiva, poderosa y atractiva, de gran sinergia. Sus virtudes son muchas, diga lo que diga la prensa de este país. Si existe el término 'obra maestra imperfecta', Los abrazos rotos abandera el significado del término. Nota: 10


TAKING WOODSTOCK, de Ang Lee
Los caminos de Ang Lee son inexpugnables. Sus retratos de la China samurai, sus estampas niponas de la Segunda Guerra Mundial y sus visitas a la Norteamérica más caduca cuentan entre lo mejor de los últimos años. Autor camaleónico que solo sabe deleitarnos con obras maestras. En esta ocasión, el hongkonés ha viajado a Woodstock y su estilo ha vuelto a mutar: formas de videoclip, narración rápida, comedia ligera, drama costumbrista y reinvención de un momento histórico. Tiene defectos, pero sus formas son tan agradables que poco importan. Esto apunta a título de culto incomprendido. Imperfecta, pero coherente, potente, excelente. Nota: 9



MAPA DE LOS SONIDOS DE TOKIO, de Isabel Coixet
Tras Elegy, la catalana más internacional cambió de brújula y visitó Japón, un trayecto resuelto con misterio y encanto. Coixet juega a no contar, pero reafirma lo que Elegy no mostraba: un estilo definido, un tono, una coherencia. Pese a los vaches del camino y los cuestionables trucos del guión, el caramelo es sumamente apetitoso. No nos perdemos con un mapa que sabe a confirmación y que para nada puede entenderse como una decepción. Rescatemos la mochila: avistamos próximas, interesantes paradas. Ver, oír, sentir... y callar. Nota: 9


REVOLUTIONARY ROAD, de Sam Mendes
Quienes siempre sospecharon de American Beauty han utilizado Revolutionary Road como azote de sus iras. No se dejen cegar porque ésta es la mejor película de Mendes, una obra de teatro extremo, muy bien interpretada y ambientada, rotunda, hiriente. Su desinchada presencia en los Oscars la reafirma como título infravalorado. Y, aunque temo repetirme, Dicaprio debería denunciar a la Academia: su no nominación no tiene explicación. Nota: 8'5


PARANOID PARK, de Gus Van Sant
Obra pequeña tanto en duración como en recursos (y, en nuestro caso, en distribución). Parábola de alma vanguardista que reafirma los tics esquizoides de un autor que, como mínimo, no pasa desapercibido. Es una obra descompensada, demasiado críptica y tétrica; se empacha de alegorías y se olvida de contar una historia sólida de interés. Parece una película rodada en un fin de semana y posteriormente montada con sabiduría y capricho. Es mucho menos que Last Days o Elephant, pero ahí está. Seguro que algún insistente la reivindicará como lo mejor del año. Nota: 6


MALDITOS BASTARDOS, de Quentin Tarantino
El de Tarantino es un problema de cantidades. Grandilocuente y ácido, el excéntrico devorador y creador de cine ha vuelto con una sinfonía de cinco partes, puro delirio, desequilibrio, buen cine. Malditos Bastardos ama el cine, lo critica, lo evoca, lo mima, lo explicita con el personaje de Mélanie Laurent. Es una propuesta pomposa y altiva, pero nos encantan sus diálogos, sus actores, su director. Puro pastiche, pura imperfección. Nota: 9'5



EL CURIOSO CASO DE BENJAMIN BUTTON, de David Fincher
Fincher nunca ha sido un cineasta regular. Le gustan las películas largas y con Zodiac triunfó. Menos suerte merece un caso tan curioso como estirado. La rareza empachó a muchos y nos obligó a reformular las expectativas de un cineasta hasta la fecha impoluta. Aseverando este radical párrafo, podría decirse que no es ni tan buena ni tan mala como se ha ido pregonando. He aquí el destino de lo imperfecto: la medianía, la indecisión. A nivel técnico, 3 estrellas pulcras, sin brillo. Nota: 5'5



LEJOS DE LA TIERRA QUEMADA, de Guillermo Arriaga
Arriaga se estrenó tras la cámara pese a ser un viejo conocido. A esta tierra de amores y caravanas en llamas (en un pasado fue Japón, Marruecos, Estados Unidos y México) le ha tocado el sambenito de lidiar con una narrativa (las historias cruzadas) ahora cargada de estigmas. Antes era moda alabar el desorden, ahora lo fragmentado no goza de buena salud y fama. Objetivamente, Lejos de la tierra quemada es una buena película, muy entretenida, original. Imperfección adorable. Nota: 7


ANTICHRIST, de Lars Von Trier
Películas como esta dan sentido a la palabra 'arte'. Cada uno ve y vive esta tortura de forma dispar. ¿Es la película más honesta o la más gratuíta de Von Trier? ¿Su mensaje es positivo o negativo? ¿Debe analizarse según la sinergia de sus imágenes o las metáforas que estas esconden? ¿Vale la pena analizar una película 'así'? ¿Puede una historia ser absurda y genial al mismo tiempo? El cine sigue vivo y autores como Von Trier lo justifican. Antichrist odia lo perfecto, aunque intuímos un guión calibrado al detalle. La imperfección del esquizofrénico, las excentricidades del genio. Nota: 10


AGORA, de Alejandro Amenábar
Cineasta con estrella, pero sin veleta. Amenábar, partiendo de sus ademanes pausados e intelectuales, aparece como un matemático en busca de la perfección. Su alter ego es Hipatia, un nombre más que ahora centrará documentales y otras absurdidades. Demasiado fría, bien intencionada, un poco deslucida. El público ha asistido en masa a las salas, toda una curiosidad para la que no deja de ser una película del gusto de pocos. Nota: 6'5

viernes, 30 de octubre de 2009

SI LA COSA FUNCIONA 7'5 / 10

Es gratificante comprobar que Woody Allen sigue en plena forma; o, por lo menos, fiel al estilo que lleva su sello y nombre. Si la cosa funciona es una película coherente, sensata, equilibrada, directa, festiva. Nunca nos habíamos encontrado a un Allen tan honesto: aun sabiendo que no es su mejor pieza, sabe armar un guión fuerte, una hora y media de gags con clase. La lucidez del artista apabulla: Allen se sabe seguido por cierta audiencia e incluye guiños a sus fieles. Si esto no es suficiente, el personaje protagonista es un evidente alter ego del director, como si Allen supiese que su etapa de actor ya ha terminado. La pareja protagonista de Si la cosa funciona no se aleja demasiado de la de Scoop: la fantasía, la hipérbole, siempre con sus gotas equilibradas de política e hipocondría, se impone, aunque Allen siempre se mueve por escenarios tangibles y escribe sobre aquello que sabe (judíos, insultos inteligentes, líos amorosos, la omnipotente y siempre presente Nueva York: marca de la casa). Allen ha llegado a un punto en el que no quiere ni puede innovar; ya no nos puede sorprender, algo que, de ser cierto, convertiría a Match Point en su última y quizás más importante obra maestra. Si la cosa funciona suma y sigue, vuelve a territorios conocidos sin hastiar… y divierte. No hay duda que la cosa, ejercicio menor de una mente privilegiada, funciona.



La gran baza del film es su aliento vital, alegre. La amargura de un personaje sin suerte choca con la ingenuidad de una joven desubicada. Nada que ver, por lo tanto, con la gravedad y la impostura de El sueño de Casandra. Y, pese a todo, como justifica su pareja protagonista, Si la cosa funciona es un film de contrastes: solo los más grandes saben hacer comedia de momentos tan lapidarios como suicidios y discusiones varias. La mezcla se agradece, como también su tono teatral. Los personajes, bufones exagerados, aparecen para aumentar el embrollo, al final resuelto de forma tan rápida como efectiva. Si la cosa funciona tiene moraleja y apabulla pensar que historias como esta han sido escritas en una sola tarde. El film huele a añejo, pero nos sentimos como en casa. Cada vez quedan menos oportunidades para disfrutar de Allen en la gran pantalla y Si la cosa funciona es un caramelo demasiado apetitoso. Tras los clichés de Vicky Cristina Barcelona, el sabio regresa a su casa. La nueva confirmación de que Patricia Clarkson es una de las mejores actrices más importantes de la década (¿para cuando un papel protagonista?).

jueves, 29 de octubre de 2009

LA SEGUNDA JUVENTUD DEL BLANCO Y NEGRO


Es muy significativo que el Festival de San Sebastian y el de Cannes hayan premiado en un mismo año dos peliculas en blanco y negro. Dos retratos historicos, a cada cual más particular, que regresan sin avergonzarse al clásico gris. La táctica, antes impensable, empezó a finales de los 90, aunque el auténtico revival se ha producido a falta de un año para acabar la década. Los directores saben que pueden optar por la textura antigua y, con ella, dotar de nuevas formas y estimulantes significados a sus obras. Si los 90 representaron el inicio de la narracion fragmentada, el blanco y negro es en la actualidad un recurso para pautar flash-backs o destacar ciertas escenas. Nueva era, nuevos usos, en este caso de técnicas de ahora y siempre.


Memento marcaba ciertos momentos de la vida de su tortuoso personaje con el blanco y negro. Incluso algunas series televisivas, oscuras a propósito, juegan con la paleta de colores. Tarantino rescató la tecnica para su desproposito (y obra maestra) Kill Bill. Con su nuevo truco, Tarantino homenajeó y a la vez evocó el cine que basa la historia de nuestra vengadora favorita. El director norteamericano declaró que rodar en blanco y negro era, al menos a día de hoy, más barato que en color. No sabemos si la necesidad de recortar gastos ha influido en la dinámica de ciertas peliculas, pero sí recordamos los negros eléctricos de Sin City o las formas naifs de Persepolis, adaptaciones de comic que buscan en el blanco y negro consonancia y coherencia con el material comiquero. Caminos totalmente diferentes a los que siguen recreaciones históricas tan equilibradas como pulcras (y emocionantes) como Control, City of life and death y The white ribbon. Vías totalmente diferentes a otras peliculas que, a partir del color moderno, optan por un negro más vivo, más terrorifico. ¿Acaso Pozos de Ambicion, 4 meses, 3 semanas, 2 dias, El caballero oscuro, Sweeney Todd, Wall-e o Promesas del este no son peliculas in back and white?



De esta segunda juventud debe extraese una reflexion. El publico más joven puede dejar de asistir a la sala por el simple hecho de tratarse de un film en blanco y negro. No es una broma: muchos espectadores dejaron de ver Sin City, film a todas bruces comercial, por retomar los claroscuros de antaño (aunque con estética pop). Este aspecto es paralelo al total desconocimiento de cine clásico que tienen las nuevas generaciones. De no existir este factor, quizás estaríamos ante una cuantiosa nómina de films en blanco y negro, y quizás ante una nueva vía de rodaje y distribución. Si se ruedan muchos films en blanco y negro al año, ¿cuándo tendremos un festival de cine dedicado a estas películas? ¿Cuándo se romperá el miedo a rodar, proyectar y ver films de estas características? El pasado siempre vuelve, al menos a lo que modas y colores se refiere. Sea bienvenida esta nueva propuesta, sobre todo si sirve para crear obras maestras como las de Chuan. En la era digital, amamos lo analogico, los vinilos y el blanco y negro. Cosas del tiempo...


martes, 27 de octubre de 2009

TAKING WOODSTOCK 9 / 10

Ang Lee ostenta una de las trayectorias más eclécticas de la actualidad. Prueba de ello es esta lectura de Woodstock, todo un mito que el hongkonés lleva a su terreno. Aquí no encontraremos ningún homenaje a los cantantes del evento, pero sí un guiño a quienes organizaron y ocuparon las praderas de unos Estados Unidos en ebullición, en revolución. Lee quiere retratar una época, un país, una sociedad; y, a la vez, nos muestra la evolución de un personaje que viaja de la mojigatería a la locura, del deber a lo políticamente incorrecto. Se aplaude la intención de crear una historia universal, buen rollista, abierta a quienes no conocen ni guardan especial interés por el concierto de 1969. Lee opta por la esencia de Woodstock y la plasma de forma coral, al final irregular y excesiva. A ratos parece la versión de Woodstock de Gus Van Sant (formas de videoclip, exaltación de la homosexualidad), mientras que en algunas escenas identificamos las sabias formas de Brokeback Mountain o Deseo, Peligro (afloran valores como la tolerancia, la unión y el apoyo entre colegas, por muy utópica que fuera la empresa y por muy discutibles que fueran los ideales de ‘paz, amor y música’). El resultado es un canto a la libertad, una historia simpática sobre un personaje que se confunde y se desborda, que se angustia y se desmelena. Aunque es una cinta claramente descompensada (algunos momentos solo funcionan como capítulos a parte: véase la escena ‘colocón’ con Paul Dano), supera con creces las expectativas. Será una obra menor, pero los caminos que explora, estética retro incluida, son poco habituales.


Taking Woodstock, por sus características, es un film condenado a cierto ostracismo. No hay ninguna gran estrella que sustente el conjunto; incluso el cartel promocional, pese a todo bastante acertado, no parece servir de reclamo. Es la primera vez en el que el mayor gancho de un film es el nombre de Ang Lee. Ello me lleva a considerar Taking Woodstock como el descanso del héroe, la película que realiza el artista tras haber reunido fama y prestigio (y, a nivel práctico, subvenciones para financiar historias más arriesgadas). Para los que se adentren en este universo de bohemia a ciegas, el film regala una Imelda Stanton histriónica para el recuerdo. Si olvidamos un final bastante manido (no por ello menos bueno: Lee deja vía abierta para que cada uno de sus personajes inicie un nuevo ciclo y viaje), la historia va de menos a más y transmite armonía. El cinéfilo no puede sentirse defraudado: el director, aunque sin hacer ruido y con la boca pequeña, lo ha vuelto a conseguir. Y tras la clausura del concierto, la duda: ¿dónde nos llevará Lee en sus ansias por no repetirse? Seguro que al olimpo del buen cine.

lunes, 26 de octubre de 2009

LA PELÍCULA DE LA DÉCADA XXV: SEMIFINAL 1

AMÉLIE, de Jean-Pierre Jeunet
Dijeron de ella: Un prodigio de inventiva, una absoluta delicia, un regalo para los ojos.
Comentario personal: Magia francesa, una película inolvidable. Lo consiguió: nos ha cambiado la vida.
Mayor logro: Éxito de taquilla. Ser el film francés más conocido de la década. Ganar el César a la mejor película.
Nota Filmaffinnity: 7'9
Nota IMDB: 8'6
Nota personal: 10










AMORES PERROS, de Alejandro González Iñárritu
Dijeron de ella: Excelente collage urbano de México D.F., poderoso drama, dirigido con pulso firme pero con nervio.
Comentario personal: Película que duele e impacta. Una de las óperas primas más colosales jamás realizadas.
Mayor logro: El salto de Iñárritu del anonimato al cielo. Nominación al Oscar. Revitalizar el cine mexicano.
Nota Film.: 7'8
Nota IMBD: 8'2
Nota personal: 10








BILLY ELLIOT, de Stephen Daldry
Dijeron de ella: El último peliculón del cine social británico. El que no llore, tiene horchata en las venas.
Comentario personal: Elliot baila y, aunque hace trampas, nos deslumbra con un ballet de emociones.
Mayor logro: La carta de presentación de Jamie Bell y Stephen Daldry. 3 nominaciones al Oscar.
Nota Film.: 7'4
Nota IMBD: 7'7
Nota personal: 7








EL DIARIO DE BRIDGET JONES, de Sharon Maguire
Dijeron de ella: Sólo una comedia, a ratos divertida a ratos irritante.
Comentario personal: Teatro adorable. No innova, pero entretiene que da gusto.
Mayor logro: Una Zellweger de nota. Romper las taquillas del verano '01. Poner de moda la canción It's raining men.
Nota Film.: 6'4
Nota IMBD: 6'9
Nota personal: 7








LOS OTROS, de Alejandro Amenábar
Dijeron de ella: Funciona, se respira, divierte, cautiva, crea tensión, hace disfrutar a la inmensa mayoría con un espectáculo elegante, bien elaborado y de vieja noble estirpe.
Comentario personal: ¿Aún no saben que todos están muertos? Poco importa: es una obra imprescindible.
Mayor logro: Ganar 8 Goyas y tener el honor de ser la película española más taquillera de la historia.
Nota Film.: 7'6
Nota IMBD: 7'8
Nota personal: 8'5





MEMENTO, de Christopher Nolan
Dijeron de ella: Diabólico guión para desarrollar una trama que se mueve hacia atrás en el tiempo.
Comentario personal: La ví y no me gustó. La volví a ver y me entretuvo. Volví a recuperarla: me entusiasmó.
Mayor logro: Ser considerada por muchos como la mejor película del 2000. Ser inimitable y un título de culto.
Nota Film.: 7'9
Nota IMBD: 8'6
Nota personal: 8'5








MOULIN ROUGE, de Buz Luhrman
Dijeron de ella: Una catarata de números musicales apoyados en unos prodigiosos efectos especiales que sirven, sin embargo, para ocultar la vaciedad de la narración.
Comentario personal: Luhrman nos engaña, pero nos encanta. El despropósito más impresionante del 2001.
Mayor logro: Vender bandas sonoras a cascoporro. Dividir a crítica y público. 8 nominaciones al Oscar.
Nota Film.: 6'8
Nota IMBD: 7'7
Nota personal: 8







NUEVE REINAS, de Fabían Bielinsky
Dijeron de ella: Ingeniosa, cínica, y un pelín tramposa. Sirve, entre otras cosas, para que descubramos al extraordinario Ricardo Darín.
Comentario personal: Oda a los trileros. Uno de los mejores títulos del cine ché.
Mayor logro: Mantenerse en cartel durante 6 meses.
Nota Film.: 7'9
Nota IMBD: 7'8
Nota personal: 8








SHREK, de Andrew Adamson y Vicky Jenson
Dijeron de ella: Cine delicioso, cautivador, divertido, inteligente, adulto y para adultos.
Comentario personal: Deconstrucción de los mitos y cuentos de ahora y siempre. Original franquicia.
Mayor logro: Ganar el primer Oscar a la mejor cinta de animación. Ser el film más famoso de Dreamworks. Ser un icono de la cultura pop.
Nota Film.: 7'9
Nota IMBD: 8
Nota personal: 7






Ya estamos en semifinales. A partir de hoy basaremos nuestros escritos a partir de las notas que los films tienen en Filmafinnitty, IMBD y a criterio del blog. Antes de empezar en materia, hay algunos puntos que deben quedar claros:


1. En el margen derecho del blog tienen TODAS LAS SELECCIONADAS del período 2001-2008. Estas semanas jugaremos con las películas que más votos tuvieron en su día.

2. Cada año tendrá 1 ENCUESTA que estará abierta aproximadamente 20 días para recibir vuestros votos. A partir de ahora, tendremos un post de La película de la década cada semana.

3. De cada encuesta SOLO PUEDEN SALIR 2 GANADORAS. Habrá, pese a todo, un TOP THREE que valorará las 3 películas más votadas. En caso de producirse un empate entre dos o más películas, Cinoscar & Rarities se reserva la libertad de abrir otra encuesta para desempatar.

4. De esta forma, tendremos 18 PELÍCULAS QUE PASARÁN A LA GRAN FINAL. Se dividirán en dos encuestas de 9 películas según estricto orden alfabético. La encuesta final contará con 10 títulos, los 5 más votados de cada encuesta anterior.

5. Obviamente, el blog no puede empezar a comentar lo mejor del 2009. Las encuestas del 2009 se realizarán a posteriori, seguramente en el próximo ENERO. Por razones evidentes, el blog solo seleccionará películas que haya podido ver antes de tal fecha.



A partir de ahora, cada post incluirá EL GRÁFICO DEL AÑO. Aquí se elabora un ranking de las películas seleccionadas, teniendo en cuenta las notas de IMBD y Filmaffinitty. Como el blog no puede votar, también incluirá una nota personal. Este es el gráfico de hoy (media de las tres puntuaciones):



AMÉLIE: 8'83
AMORES PERROS: 8'67
MEMENTO: 8'33
LOS OTROS: 7'97
NUEVE REINAS: 7'8
SHREK: 7'63
MOULIN ROUGE: 7'5
BILLY ELLIOT: 7'37
EL DIARIO DE BRIDGET JONES: 6'77


¿Ganarán las películas que más votos tienen según IMBD, Filmaffinitty y el blog? Recuerden que en la encuesta pueden votarse el número de films que se quiera (uno, dos,... incluso todos). ¿Algún favorito?

domingo, 25 de octubre de 2009

EDEN LAKE 7'5 / 10



Adám y Eva fueron expulsados del Edén, lugar donde Diós dejó a sus criaturas tras la escena de la creación. Todo lo que nace se corrompe, y la pareja simbólica fracasó al ser expulsada del paraíso. El Edén, ese bosque utópico que se relaciona con el nacimiento de todo y de todos, es ahora el escenario de otra historia diabólica. Las referencias religiosas aparecen de forma intermitente pero intensa en un thriller que invita a la reflexión, algo inaudito para una cinta de estas características. A grandes trazos, el agua de este lago no es demasiado limpia, como tampoco son de fiar sus habitantes. A base de carreras, torturas y mamporrazos, la cinta nos invita a debatir sobre la educación de nuestros hijos y la pérdida de valores que nos azota. Tan viles son las armas de los niños psicópatas, aquí una pandilla de gamberros, como las formas de sus padres, los culpables de perpetuar la maldad y la sangre. Jenny y Steve, nuestros sufridores, también serán expulsados del Edén porque sus actitudes, al reavivar su instinto de supervivencia, al recordarnos que el ser humano es siempre malo, son igual de deplorables. Esta es una película adoctrinadora: pierden los perseguidores, pero también los perseguidos. De hecho, puede entenderse Eden Lake como la versión adolescente de Antichrist ; o, puestos a estirar las referencias, una película política y crítica que, para erigir su discurso, recurre al clásico esquema del terror más sorprendente. Sea como sea, un juego no apto para los más pequeños.



Eden Lake no es una película de violencia gratuíta, o al menos no tanto como sus compañeras de género. Su director quiere impactar a dos niveles: uno físico (la interminable batalla de una Eva perdida y magullada, pura energía) y otro intelectual (los pequeños son los malos, el reflejo de nuestros errores, las víctimas inocentes). También es una película conservadora: no reniega de lugares comunes. La descripción se amplía porque Eden Lake es una película femenina: la mujer es la que lucha y la que cuida de nuestros retoños (la protagonista trabaja en una guardería con los que, dentro del discurso malsano del film, serán los agresores del futuro); el hombre es carroñero, amenaza a los demás y no perdona que unos renacuajos hayan pichado la rueda de su coche. 'Me siento como un adolescente', dice el protagonista tras colarse en una casa ajena. El guión nos despeja las dudas: lo es, y merece castigo. Tanto adjetivo y símbolo demuestran que Eden Lake es algo más que el típico relato de horror, una vuelta de tuerca a la retahíla de 'ojo por ojo, diente por diente'. Kelly Reilly, la más angelical de Una casa de locos y Las muñecas rusas, viaja al epicentro de la masacre y nos regala un deslumbrante cambio de registro. Y James Watkins, guionista y director, se convierte en una sólida promesa del nuevo cine británico. ¿Quién da más?

sábado, 24 de octubre de 2009

GROTESQUE 7 / 10

La portada de Grotesque, film censurado en Gran Bretaña, asegura que Hostel y Saw no son nada a comparación de los setenta minutos que ofrece la ¿película? de Kôji Shiraishi. Aunque cueste creerlo, es totalmente cierto. Grotesque es la película más asquerosa de la década y destrona a Antichrist como el film más impactante del año. Es el primer ejemplo de porno gore que este analista ha tenido el ¿placer? de ver. Llámenme sádico, pero me lo he pasado bastante bien. Fiel a su título, la cinta es grotesca, surrealista, con unos efectos especiales de parque temático y una historia que no admite rodeos ni explicaciones. La carnicería de Grotesque contempla castraciones, amputaciones, violaciones, masturbaciones y martilllazos a cascoporro. Tras la casquería, el espectador saldrá escaldado, pero con una sonrisa considerable. Una película que no se toma en serio a sí misma y que resuelve su trama con una cabeza decapitada que muerde al tarado sexual protagonista merece una posición de honor en el olimpo del mal gusto, en los anales de la antihistoria cinematográfica. A ratos parece una onírica versión de La matanza de Texas, otras veces se viste de porno malsano y al final se convierte en un producto de serie z consciente y contento de serlo. No hay medias tintas, tampoco se admiten estómagos sensibles ni discursos demasiado cinéfilos. Grotesque es una película rodada entre amigos, una cinta morbosa (para más inri, su actriz es la porno star más célebre de Japón), sin ética ni técnica. Todo un circo a base de espesa salsa de tomate. Repele y abre el apetito.




Una pareja está a punto de culminar su primera cita cuando un tarado les ataca. El señor en cuestión, amante de la música clásica y aficionado a cortar extremidades, somete a sus presas a un juego malsano: si quieren sobrevivir, deben excitarle sexualmente. La película, gráfica y afortunadamente corta, nos regala un asesino para el recuerdo, un loco impotente, inactivo, alienado, carente de amor y sediento de sexo. Grotesque acaba siendo el retrato rojo y negro de un triángulo inusual. El espectador que aguante hasta el final no podrá evitar sentir empatía por un tipo tan vacío y extremo. De la misma forma, el director se regodea en las escenas sexuales, exitando a la audiencia, emparentándola con el malo y jugando a provocar nuestro asco, llanto y risa. Grotesque nos deja exhaustos, con el cuerpo medio dormido; logra, por lo tanto, su propósito, y ofrece al fanático más desquiciado una ración doble de mal rollo. Antes de que hablen de ella, aconsejo su visionado. Otorgarle un 7 es todo un acto de valentía. Una insensatez, si quieren. Si les gusta, asústense y visiten su psicólogo más cercano. Yo no tardaré en hacerlo...

viernes, 23 de octubre de 2009

REC 2 7 / 10

Jaume Balagueró, aquí acompañado por Paco Plaza, es uno de los directores más sobrevalorados de nuestro cine. Mirada cinéfila, más preocupada en imitar que en crear, consigue con esta estupenda secuela la consagración y la demostración de oficio que todos esperábamos. Rec 2 supera a su primera parte: es más intensa, su narrativa es más compleja y todas sus sorpresas, esta vez ingeniosas, realzan la trama. La gran virtud de Rec 2 es saberse una película independiente, con su particular personalidad y estética, parcialmente desligada de lo visto hace dos años. La entrada de nuevos personajes insufla vida al conjunto. Ahora lo que se intuía al final de Rec se convierte en el leitmotiv de su continuación. Un cura practicaba exorcismos en el ático del edificio protagonista y los niños poseidos, afectados por una extraña rabia, campan ahora a sus anchas en busca de nuevas víctimas. Minutos después de que la reportera Ángela Vidal se adentrase en el macabro escenario, unos policías, con la ayuda de un cura alemán, vuelven a la casa del terror para encontrar la sangre de la niña Medeiros, la primera que propagó la infección. Con este arranque, Rec 2 recupera la entidad que Rec no tenía. Segundas partes nunca fueron buenas, pero Balagueró, que aún podría ampliar su discurso en una tercera y cuarta parte (todo en una misma noche: se perdería coherencia, pero ganaríamos en entretenimiento), nos regala la gran excepción y sube el listón del terror patrio.



Rec 2 es un compendio de tonos y situaciones. Rec, demasiado preocupada en ser un docudrama gore (y excesivamente pedante al creerse inventora de una narrativa llena de claroscuros y efectismos), perdía interés, algo que no ocurre en el título que ahora se estrena. Rec 2 empieza como un film de ciencia ficción, sigue con el pulso del misterio, se deleita con generosos chorros de sangre (los zombies corren y chillan desde el techo al más puro estilo Hideo Nakata) y termina de forma poco complaciente, dejando al espectador con la boca abierta. Otro ingrediente estimulante es la combinación de cámaras. Aquí vemos los hechos desde varias ópticas, siempre tras el famoso lema de 'grábalo todo'. El experimento, a modo de historias cruzadas en un contexto oscuro y extremo, mantiene el público pegado a la butaca. Todo ello nos lleva a considerar Rec 2 como una mezcla entretenida, con menos pretensiones que su antecesora, más festiva, alocada e irreverente. Lo mejor que podían hacer Plaza y Balagueró era tomarse menos en serio: solo de esta forma se podría llegar a una escena final tan surrealista como inesperada. No inventa nada, pero se disfruta de lo lindo.

jueves, 22 de octubre de 2009

MARTYRS 8 / 10

Casquería francesa. Martyrs es una de las películas más brutales de los últimos años. Contiene una trama totalmente imprevisible y una historia en eterna tensión. Algunos momentos de este baile de sangre son tan impactantes que el espectador, incapaz de soportar tanta adrenalina, intentará evadirse de la película. Tal cosa, que en otros títulos hubiera sido un sonoro defecto, es aquí la gran baza del film. Martyrs empieza con una carrera. Una muchacha huye de un extraño recinto repleta de sangre. Tras internar en un centro psiquiátrico, la película da un salto de quince años y nos sorprende con una hora y media de pura angustia. Martyrs es un relato bipolar: aúna varias películas en una, varios tonos y posibilidades. El espectador tambalea y, cuando empieza a cuestionar una carnicería que no parece tener sentido, la cinta nos sorprende con un tramo final radical, rocambolesco y crítico. El resultado, tan irregular como estimulante, es un festival de sangre, una caja de sorpresas y una historia que contiene más elementos de los que a priori parece tener. No es una cinta más: algunos fotogramas son imposibles de olvidar. Sin duda, Martyrs era la cinta que merecía ganar el pasado Festival de Sitges. Tortura que asquea y crea adicción.



Pascal Laugier, director de la propuesta, se convierte en una de las promesas más sólidas del nuevo cine europeo. Sus pasos, tan acelerados como firmes, recuerdan a los de Alexandre Aja. No hay duda que estos Martyrs guardan relación con Alta Tensión (ambas incluyen una historia de amor lésbico de catastróficos resultados). También podría emparentarse a Laugier con Tomas Alfredson, responsable de la aplaudida Déjame entrar. No hay duda que Laugier empezará a estar muy solicitado, y que Martyrs, aún inédita en nuestro país, será una futura película de culto. Todo un festín para el fan y una curiosidad digna de destacar para todo cinéfilo. Puede resultar una película excesivamente descabellada (lo es) o una historia que no sabe qué contar (también), pero, al aparecer los títulos de crédito, el espectador enmudecerá al acto. Frenético pastiche en el que se dan cita el cine de terror juvenil y el de autor (los planos finales en el sótano, sobre todo la escena del ojo, recuerdan los trucos de Kubrick en su odisea espacial). No se la pierdan.


miércoles, 21 de octubre de 2009

EXORCISMO EN CONNECTICUT 3'5 / 10

Exorcismo en Connecticut suena a añejo. Solo con su título, el espectador puede intuir (luego corroborar) que la película revisita los lugares comunes de un género en alza. Tenemos una casa con un pasado turbio, escenario que hemos pisado demasiadas veces; contamos con un protagonista en eterno peligro cuyas visiones (al final siempre ciertas) nadie cree; incluso podríamos considerar la aparición de una actriz en horas bajas (Virginia Madsen), a imagen y semejanza de damiselas como Sharon Stone (La casa) o Kate Hudson (La llave del mal). Al final, poco importa si el exorcismo ocurre en Connecticut o en otra parte: el esquema es el mismo. Exorcismo en Connecticut solo funciona como juego en el que la audiencia puede y debe apostar a imaginarse lo imaginable. Tal tarea no contempla diversión ni emoción alguna porque Exorcismo en Connecticut es una película aséptica, fría, lógica, con una resolución exagerada, rocambolesca, poco apasionante. Con títulos de tal calibre, se cumple la conocida frase de 'veo, pero no miro'. Exorcismo en Connecticut se deja ver, pero no mirar; y, de mirarse, poco o nada sacaríamos en claro.



Puestos a ser condescendientes, podríamos salvar algunos momentos 'Poltergeist': las idas y venidas de luz, algún flash-back bastante logrado o la divertida escena en la que el adolescente protagonista, hacha en mano (tópico topicazo), descubre cien cadáveres en las paredes de su cocina. Poco se salva de la quema: los personajes están mal perfilados (el padre es alcohólico... ¡a la hora y cuarto de metraje!) y la trama adquiere un caliz totalmente descabellado. Y lo peor de todo: vuelve a estar basada en hechos reales. Si aún han contenido la risa, esperen a saber el motivo por el que la familia protagonista compra la tétrica casa: la excusa más mala en años. Es una pena que la película no aproveche su inicio documental (Madsen cuenta los hechos, pero nosotros vemos el conjunto como un todo cronológico e insulso). Ni sustos ni exorcismos. Más pena que gloria.

martes, 20 de octubre de 2009

LA HUÉRFANA (ORPHAN) 6'5 / 10

La camino de Jaume Collet-Serra, catalán que reside desde los dieciocho años en Norteamérica, no es tópico y, aunque parecía utópico, a día de hoy ya es toda una realidad. La huérfana nos devuelve a un cineasta cinéfilo (como los mejores), un visionario capaz de mezclar el drama con la comedia negra, el terror con el thriller. La película que nos ocupa se emparenta con La semilla del diablo, Repulsión o La mano que mece la cuna, todos ellos pequeños clásicos, maestras bofetadas a convenciones y clichés. Collet-Serra no es Polanski (de aquí que la batalla final en el hielo tenga un punto de impostura), pero lo intenta y sale bastante ileso. La sorpresa reside en un metraje de dos horas que va de menos a más, que atrapa, que angustia más que asusta. No es la primera vez que vemos niñas malvadas y madres desesperadas, elemento que no supone ningún problema para disfrutar de una película que quiere ser clásica y contemporánea, joven y añeja, pero ante todo entretenida, para nada intelectual, consciente de sus limitaciones. Juega sus cartas y gana la partida: irreprochable. La huérfana gustará a los amantes del género, que se reencontrarán con una trama bien armada y mejor interpretada, y a los menos forofos, quienes aplaudirán el componente psicológico (aquí no hay gore ni matanzas explícitas) de una acción al principio moderada, luego alocada. Una elegante forma de olvidar la inconsiste La casa de cera.



Explicar la historia de esta huérfana con malas artes y buena educación implica alabar el trabajo de Isabelle Fuhrman, una niña prodigio que pisa los talones a las hermanas Fanning. Más gótica, más profunda, más inquietante, incluso más guapa, la pequeña Esther enamora, mata a la ingenuidad y eriza la piel. La tensión está calibrada al detalle y el pasado de Esther, unido a las formas del género fantástico, pasa como realista, logra lo imposible. El guión es sólido y todos sus personajes funcionan (mención especial para la hija sordomuda de este matrimonio en crisis). Macabra y sádica, la película nos regala momentos de auténtico terror y cachondeo como la muerte de la monja, el ramo de flores que entrega Esther a Katy, el empujón en el tobogán de madera o la escena en la que la niña corteja provocativa a su padre adoptivo. No reniega de lugares comunes (persecuciones en la oscuridad y momentos hospitalarios a la cabeza), pero supera la media de las últimas terror movies. Una agradable sorpresa a la que le auguramos un buen futuro en sus emisiones televisivas y una posible mención de título de culto. Ya se verá: este bebé, versión diabólica de Peter Pan, aún tiene que crecer.

lunes, 19 de octubre de 2009

À L'INTÉRIEUR (INSIDE) 4 / 10

À l'intérieur causó un gran revuelo en el Festival de Sitges de hace dos años. Y, tras verla, se entienden las quejas de crítica y público. Este viaje (afortunadamente corto) al interior de la casa de una embarazada, al epicentro de un accidente de coche aún presente, es un macabro espectáculo de chorros de sangre imposibles y momentos tan insólitos como inverosímiles. No nos creemos nada de una película tan básica, tan corta en metraje como vacía en contenido. El espectador avispado intuirá la identidad del enemigo a los cinco minutos. Y, para más colmos, se reirá al ver cómo la película ridiculiza las fuerzas policiales. Personalmente, me encantaría gozar de las tijeras multiusos de la protagonista, un aparato pequeño pero matón capaz de romper puertas y abrir cuellos y vientres. Una lindez, el arma de todo cocinero. Otro dato negativo. También merecen la atención unos rastros de sangre excesivos, más marrones que rojos, que dejan intuir los trucos a base de vetadine y otros líquidos. La factura técnica es mala, sus actrices son pésimas, el guión es inexistente, y À l'intérieur, que acumula demasiados despropósitos, acaba dando más pena que miedo. Es un film friki para espectadores frikis. El resto agradecerá no verla, sobre todo las mujeres en cinta.




Pese a todo, À l'intérieur presenta algunos puntos dignos de incluirse en toda reseña. Aunque su estructura narrativa copie la fórmula de los telefilms, la película presenta una lucha cuerpo a cuerpo entre dos mujeres bastante interesante. La estética de videojuego, fría y ágil, se repite. À l'intèrieur no deja de ser una simplificación del esquema del terror de ahora y siempre: una asesina inteligente, vestida de negro y con expresión aguafiestas, y una víctima indefensa que está a punto de dar a luz. Lo demás (descripción psicológica, coherencia argumental, detalles técnicos, etc., da igual). La cinta, como Alta Tensión o Martyrs (todas francesas), es una película de mujeres que fabula, aunque sea en forma de pesadilla, sobre la maternidad y los miedos de la madre. La mala quiere poseer el feto que perdió, mientras que la inocente quiere el novio que un día le fue arrebatado. À l'intèrieur es una partida de ajedrez morbosa que tiene el mérito y la desgracia de ser repulsiva y surrealista. Hay algo estimable en una película que, aun siendo mala, atrae. Será que en el fondo, à l'intèrieur, todos somos unos sádicos. ¿Cómo no aplaudir una frase promocional tan ingeniosa: 'ouvre moi ta porte... que je t'ouvre le ventre?