martes, 30 de diciembre de 2008

¿FRANCIA SE HA EQUIVOCADO?



Francia e Italia, con su feeling y autoridad casi canónica dentro del mundo del arte universal, aúnan lo mejor del cine del pretérito: la nouvelle vague, el realismo de Fellini, etc. Pero la vorágine festivalera parece virar el rumbo hacia lo recóndito, lo desconocido, lo exótico. No seamos hipócritas: una película aceptable puede ser para algunos una obra maestra si se trata de un título de Corea, Mongolia o Egipto, por citar tres ejemplos de forma aleatoria. Tras este pastiche de indefinición y clichés culturales, uno tiene la obligación casi moral de defender lo suyo. Es curioso: ante este panorama, la Academia de Hollywood es parca a la hora de dar premios a países que los americanos medios no saben situar en el mapa. Lo más rompedor que ha hecho la Academia últimamente es dar un Oscar por primera vez a Austria (Los falsificadores). Pero Austria, país de bancos y pocas cosas más, es Europa y sus películas reciben la financiación de distribuidoras alemanas. Todo queda en casa, todo sigue igual. La Academia huele a polilla. El ying y el yang de la industria.



Resultado de esta dualidad, de esta tradición, Francia parece ser el alumno aventajado que siempre está entre los favoritos al Oscar. Pero Francia podría recibir su segundo jarro de agua consecutivo: Entre les murs, pese a ganar la imponente Palma de Oro de Cannes, no parece que vaya a colarse entre las nominadas al Oscar (ironías de la vida: cuando Francia está en recesión, Italia resucita con la genial Gomorra). La Academia Francesa suele tener mucho atino en estas lares, pero tras el ninguneo (justo y justificado) de Persépolis, la gallina de los huevos de oro parece haber cesado. Francia vive en una fantástica dualidad: no elige a La vie en rose pero ve a Marion Cotillard coronada con la estatuilla; no elige a Il y a longtime que je t'aime pero ve el ascendente camino al Oscar de Scott Thomas. Y eso no acaba aquí: los César de los últimos años han premiado a películas tan variopintas (y si, independientes) como L'esquive (ganó ante Los chicos del coro y Largo domingo de noviazgo) o De latir mi corazón se ha parado (excelente título).
¡Qué envidia! En España, todo esta situación no existe: solo peleamos por el Oscar con Almodóvar y Amenábar, los Goya premian lo previsible porque no hay más donde premiar (La Soledad puede considerarse la excepción que confirma la regla). Larga vida, pues, a Francia con sus incoherencias, con su lengua, con su música, con su cine. Puede que Francia se haya equivocado... pero poco importa.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Y SIGUE LA CARRERA HACIA EL OSCAR...

Quienes hemos seguido fielmente la decisión de los distintos sindicatos de críticos norteamericanos (gracias eternas al blog de Juan y Javier), hemos asistido a la evolución de la carrera hacia el Oscar. La estatuilla no tiene aún propietario, ni tan siquiera nominados seguros. Los premios que ha recibido Wall-e, Milk o The dark knight no concuerdan con las nominaciones de los Globos de oro. Aquí paso a recontar los más premiados en las distintas categorías, un análisis que ensalza a Slumdog Millionaire por encima de todas sus competidoras. Cada uno que saque sus propias conclusiones y haga sus propias quinielas. Adelante:
P.D.: El análisis contempla los premios otorgados hasta el 27 de diciembre.

MEJOR PELÍCULA
1. SLUMDOG MILLIONAIRE 12 premios
2. WALL-E 3
3. TTCO BENJAMIN BUTTON 2

MEJOR DIRECTOR
1. DANNY BOYLE 15
2. GUS VAN SANT 2
3. DAVID FINCHER 1

ACTOR PROTAGONISTA
1. SEAN PENN 11
2. MICKEY ROURKE 10
3. FRANK LANGELLA 1
RICHARD JENCKINS 1

ACTRIZ PROTAGONISTA
1. SALLY HAWKINS 8
2. ANNE HATHAWAY 6
3. KATE WINSLET 3 (RR) + 2 (TR)
4. MELISSA LEO 3
5. MERYL STREEP 2

ACTOR SECUNDARIO
1. HEATH LEDGER 19
2. DEV PATEL (varias menciones como actor revelación)
3. JOSH BROLIN 2

ACTRIZ SECUNDARIA
1. MARISA TOMEI 8
2. PENÉLOPE CRUZ 6
3. VIOLA DAVIS 4
ROSEMARIE DEWITT 4
4. TARAJI P. HENSON 1
KATE WINSLET 1 (TR)

MEJOR GUIÓN ADAPTADO
1. SLUMDOG MILLIONAIRE 10
2. FROST/NIXON 4
3. THE DARK KNIGHT 1
TCCO BENJAMIN BUTTON 1

MEJOR GUIÓN ORIGINAL
1. MILK 5
2. RACHEL GETTING MARRIED 4
3. IN BRUGES 2
THE VISITOR 2
4. THE WRESTLER 1
HAPPY-GO-LUCKY 1
WALL-E 1

EFECTOS VISUALES

1. THE DARK KNIGHT 2
2. AUSTRALIA 1

MEJOR FOTOGRAFÍA
1. THE DARK KNIGHT 4
SLUMDOG MILLIONAIRE 4
2. TCCO BENJAMIN BUTTON 2
AUSTRALIA 2
3. THE FALL 1

MEJOR BANDA SONORA
1. SLUMDOG MILLIONAIRE 4
2. WALL-E 1
DEFIANCE 1
THE VISITOR 1
TCCO BENJAMIN BUTTON 1

MEJOR MONTAJE
1. SLUMDOG MILLIONAIRE 3
2. FROST/NIXON 1

domingo, 28 de diciembre de 2008

OSCARS 3: AMERICAN BEAUTY



Título: AMERICAN BEAUTY Título original: American Beauty Dirección: Sam Mendes País: Estados Unidos Año: 1999 Duración: 120 min. Género: Comedia dramática Reparto: Kevin Spacey, Annette Bening, Thora Birch, Chris Cooper, Mena Suvari, Peter Gallagher, John Cho Guión: Alan Ball Distribuidora: Dreamworks, United International Pictures Producción: Bruce Cohen, Dan Jinks Dirección artística: David S. Lazan Fotografía: Conrad L. Hall Música: Thomas Newman Montaje: Christopher Greenbury, Tariq Anwar Presupuesto: 15 MILL.$ Nº oscars: 5/8 Nº globos de oro: 3/6 Fechas de estreno: 08/09/99 (EE. UU.), 28/01/00 (ESP.)

La gala
Los Oscar volvieron a su fecha habitual (26 de marzo de 2000) para entregar las últimas estatuillas del milenio. La Academia abría una nueva etapa con una entrega de premios diferente que marcaría el devenir de galas posteriores. Billy Cristal, aún en la cúspide de su humor y fama, brillaba en el Shrine Auditorium de Los Ángeles como maestro de ceremonias. También destacó Edward Norton, nominado un año antes y presentador del clásico In Memoriam, y Andzrej Wajda, premio honorífico que demostró la capacidad de los académicos para reconocer la trayectoria de artistas no norteamericanos.

¿Merecía el Oscar?
American Beauty era considerada mucho antes de los Oscar la gran salvadora y representante del nuevo cine americano. La crítica estuvo muy centrada en analizar la historia del cine a lo largo de todo el siglo XX y, paralelamente, surgieron de la oscuridad dos cineastas como M. Night Shyamalan y Sam Mendes, cuyas dotes debían ser (al menos en teoría) tónicas importantes de títulos venideros. La Academia, impresionada por el guión de Alan Ball, la interpretación de Spacey y demás lindeces de American Beauty, dejó llevarse por el ritmo de una película abierta al debate, entretenida y muy accesible a todo tipo de públicos. Bien promocionada, American Beauty fue el único título nominado junto a Matrix y El sexto sentido capaz de entusiasmar a la sociedad americana y crear pequeños grandes mitos cinematográficos y sociológicos de vigencia aún latente: Neo contorsionando su cuerpo a cámara lenta tras una marabunta de disparos, un Osment asustado con su "en ocasiones veo muertos" y una joven desnuda rodeada de sutiles pétalos de rosa. American Beauty era la única película que resultaba real, la única propuesta con la que el ciudadano (y por ende, el académico) medio podía sentirse retratado. La gala aporreó el clasicismo demasiado correcto de Las normas de la casa de la sidra, aunque Hallström reclamaría el Oscar al año siguiente con Chocolat. También dejaba en la estacada el thriller de toda la vida, el cine negro que representaba El dilema. Mann recuperaba las formas de siempre en una trama modernizada con un claro componente crítico. El ritmo de un título denso y opaco hasta la saciedad fue el causante del ninguneo académico, un fracaso que sirvió para recordar el nombre de Russel Crowe y su por aquel entonces inminente Gladiator. Pero esta 72ª entrega de los Oscar tuvo un único protagonista para el recuerdo: Shyamalan. El indio que había conquistado las taquillas de medio mundo pisó la alfombra roja sabiéndose el artífice de uno de los títulos más rentables de la historia del cine. El sexto sentido, pese a todo y pese a quien le pese, no dejaba de ser una película más que provocó más ruido de lo merecido y esperado. Shyamalan fue tocado por la varita mágica del séptimo arte y volvió el cine de terror a las categorías principales, una gesta insólita que solo había conseguido El exorcista. El sexto sentido era el único blockbuster entre las cinco nominadas, aunque tal afirmación merecería otro debate para definir qué películas son blockbusters y cuales no.
Capítulo aparte mereció la última cinta a destacar: La milla verde. El elemento fantástico ya estaba representado con El sexto sentido y la Academia no tuvo paciencia con las tres horas de este relato carcelario y oscuro, un peldaño más entre el invisible dueto Frank Darabont - Stephen King. Todo ello facilitó la victoria de Mendes. Volvió a ganar el pequeño de la casa, aunque es importante destacar que no había ningún nombre de peso entre los nominados. La Academia acogió a la nueva salvia de buen grado. El siglo se acababa; el cine, aunque con rostros nuevos (Thomas Anderson también pululaba con Magnolia), debía continuar. La primera gala del siglo XXI, pero, endiosó a un producto como Gladiator. Sin duda, puede decirse que la Academia continúa aún en esta peligrosa dicotomía: lo indie (¿qué es lo indie?) y lo comercial (¿qué es lo comercial?). Otro debate, otro conflicto de definiciones.

¿Por qué ganó?
Tras Titanic, El paciente inglés, Braveheart y Shakespeare in love, por primera vez sucedía algo que ahora, a base de repetirse, se ha convertido en habitual: los films nominados a la mejor película no resultaron premiados (ni masivamente nominados) en apartados técnicos. La sorpresa fue importante y solo contempló a dos invitados: American Beauty en los apartados de prestigio y Matrix en los apartados técnicos. Matrix, hija de la revolución tecnológica, auguraba la estética y las tramas del cine del futuro; American Beauty y Cómo ser John Malkovich allanaron el camino para que American Splendor, Ghost World, Olvídate de mi, Entre copas, Pequeña Miss Sunshine o Juno tuvieran su porción de cielo en unos premios tan discutidos y discutibles. Pese a todo, la Academia premió a American Beauty porque era una película accesible y de fácil visión. Mendes conjugó una mirada ácida con un dominio impecable del tempo cinematográfico, de lo entretenido. American Beauty es, al igual que sus personajes, una propuesta frívola pero con estilo, divertida pero no grosera, crítica pero no hiriente. América acepta su hipocresía, sus medias verdades y mentiras, su falso puritanismo y recato... pero siempre desde el humor. La visión tragicómica que domina los fotogramas de American Beauty es su mayor mérito y fue su gran baza en los Oscar. American Beauty mereció la estatuilla por ser una película completa y coherente que hablaba de lo mundano como nadie había logrado hasta la fecha. El triunfo de American Beauty supuso, además, el germen de series como A dos metros bajo tierra (creada por el propio Alan Ball), Mujeres Desesperadas y Weeds. Las apariencias engañan y la temática, de gran valor dramático y cómico, fue reciclado hasta la saciedad.



Almodóvar y sus vírgenes
El momento de la noche fue protagonizado por Almodóvar y el grito de "Pedrooooo" que Penélope Cruz dejó escapar con nervios y alegría. El manchego culminaba en Los Ángeles la dorada trayectoria de Todo sobre mi madre tras su paso por Cannes y sus siete Goyas. Entre la platea no hubo sorpresas: la elección de Banderas y Cruz como presentadores era, al igual que la de Sofia Loren con La vida es bella, una sutil forma de avanzarnos el resultado del sobre lacrado. Almodóvar logró consagrarse en Hollywood y olvidar la derrota de Mujeres al borde de un ataque de nervios. Más de uno hubiera estirado los pelos del excéntrico director mientras recitaba todos los santos habidos y por haber; pero la escena nos hizo gracia y Todo sobre mi madre, obra maestra de nuestro cine, firmó si inmortalidad junto a Volver a Empezar y Belle Epoque.



La anécdota
La momia, Star Wars: La amenaza fantasma y Stuart Little, tres de los títulos más taquilleros del año, consiguieron nominaciones en categorías técnicas. Sin duda, recordar que Austin Powers, South Park o El hombre bicentenario, tres propuestas totalmente infumables, tuvieron su nominación al Oscar resulta tronchante. Nada comparado con la maestría de Ball, quien en un principio ideó American Beauty como una obra de teatro. American Beauty estuvo a un solo paso de ganar todos los premios principales. El destino, pero, quiso que Hillary Swank, carne de Oscar en Boys don't cry, dejara sin esperanzas a Annette Benning. La carrera de Spacey, Benning y Birch, que por aquel entonces tan solo tenía dieciocho años, nunca ha conocido éxito similar, caso análogo al de Sam Mendes. El azar vuelve a unir el nombre de Mendes y la silueta del Oscar con Revolutionary Road, un reencuentro tras las desiguales Camino a la perdición y Jarhead. Si Slumdog Millionaire gana el Oscar, Boyle debe saber que tal victoria es, en parte, gracias a los méritos de American Beauty. Hay bellezas que no se olvidan...



PRÓXIMA ENTRADA: DOMINGO 4, GLADIATOR

sábado, 27 de diciembre de 2008

SERIES 7: DINOSAURIOS


Dinosaurios siempre estará asociada a mi etapa en la guardería. Desde la inconsciencia de un bebé, Dinosaurios es una entrañable historia de estética única, una factura casi demodé que debería reivindicarse ante la alta tecnología de la actualidad. Visto, pero, con distancia, Dinosaurios es el antecesor de Los Simpson, una serie fresca y divertida que ironiza sobre el día a día, sobre el ciudadano americano medio, sus rutinas y sus características. Earl Sinclair podría ser el abuelo televisivo de Homer Simpson, un tipo aprovechado y vago que se columpia sobre el sistema capitalista para talar impunemente todos los árboles que su empresa precisa. Pero Sinclair, lejos de idealismos, es un pringado de cuidado, un ser amorfo que sueña con ser célebre e immortal, alguien mediocre que no aporta nada y que vive en la sombra con la única compañía de una familia que no parece hacerle mucho caso. El retrato de un fracasado social es aprovechado aquí para construir una trama desternillante que incluye cavernícolas salvajes, medios de comunicación violentos, guerras de pistachos, viajes al más allá y bailes de apareamiento. Ese estilo de Teleñecos ochenteros es clave para entender la animación actual y series de televisión como Padre de Familia. Dinosaurios resulta entrañable por su inocencia y originalidad, algo que se agradece teniendo en cuenta la agresividad de las series actuales. Dinosaurios es un producto de genuina rapidez y mensaje pedagógico que debe reivindicarse en plena era digital. Solo sabiendo lo que hicimos entenderemos lo que hacemos.


Aún pueden verse algunos muñecos de la serie con sus complementos de plástico, toda una pieza de coleccionista y un ejercicio de sana nostalgia televisiva. La creación de juguetes justifica el éxito que tuvo y retiene una de las series más emblemáticas de la primera mitad de la década de los noventa, quizás la última gran serie familiar que nos ha dado la pequeña pantalla. Mi memoria es esquiva pero recuerdo perfectamente pequeñas escenas, pequeños diálogos enregistrados en cintas de vídeo ya viejas. No está de menos, pues, reivindicar su restauración y edición en dvd, algo que ya han hecho otros países. Además, la serie se enmarca dentro de los primeros éxitos de Telecinco, cadena por aquel entonces primeriza que también adquirió con atino Humor Amarillo y Expediente X. Sin duda, y analizando la actual oferta de la cadena privada madrileña, la televisión nacional se está devaluando a marchas forzadas.
Dinosaurios propone verdades como puños; su mensaje es universal y nunca pasará de moda. Cual American Beauty, la serie satiriza el american way of life y nos enseña desde un prisma lúdico y austero lo caótico e incomprensible de nuestra era, de nuestra especie. Es divertido equiparar los problemas de la actualidad con los quehaceres de los dinosaurios de la prehistoria. El bucle no tiene fin: las caras serán distintas, la narrativa también, pero los temas siempre serán los mismos. Para la historia quedará esa suegra de bofetada fácil, ese peque hiperactivo de tez rosada o ese "Chiki, ya estoy aquí" del orondo Sinclair. El baúl de los recuerdos nunca falla.

PRÓXIMA ENTRADA: 24 de enero, SERIES 8: WEEDS

martes, 23 de diciembre de 2008

AVANCE: LO MEJOR DEL 2008

Aquí os dejo con una terna de veinticinco títulos que el DÍA 1 DE ENERO estarán en mis ránkings de las 10 mejores películas y cds del año. Me he permitido incluir títulos que no he visto (Australia) pero en los cuales confío plenamente. No he considerado ninguna banda sonora en el apartado musical, aunque el cd de Mamma Mia! es la única excepción al considerarse una adaptación de canciones ya existentes. Las listas reflejan lo mejor del año desde un prisma totalmente arbitrario y subjetivo (los títulos que no he podido ver son considerables). Destacar que 2008 no ha sido el mejor año a lo que cine se refiere y que solo una película española (Camino) ha logrado colarse entre las mencionadas. El orden en el que aparecen expuestas las películas es aleatorio. La respuesta la tendréis el 1 de enero en la 1ª ENTRADA DEL AÑO. ¡SALUDOS Y FELIZ NAVIDAD!

25 MEJORES PELÍCULAS DEL 2008

1. VIAJE A DARJEELING, de Wes Anderson
2. EXPIACIÓN (ATONEMENT), de Joe Wright
3. XXY, de Lucía Puenzo
4. 4 MESES, 3 SEMANAS, 2 DÍAS, de Cristian Mungiu
5. JUNO, de Jason Reitman
6. LA ESCAFANDRA Y LA MARIPOSA, de Julian Schnabel
7. NO ES PAÍS PARA VIEJOS, de Joel & Ethan Coen
8. POZOS DE AMBICIÓN, de Paul Thomas Anderson
9. LUZ SILENCIOSA, de Carlos Reygadas
10. ELEGY, de Isabel Coixet
11. LA NIEBLA, de Frank Darabont
12. EL INCIDENTE (THE HAPPENING), de M.Night Shyamalan
13. MARGOT Y LA BODA, de Noah Baumbach
14. WALL-E, de Andrew Stanton
15. EL CABALLERO OSCURO (THE DARK KNIGHT), de Cristopher Nolan
16. MAMMA MIA!, de Phyllipa Lloyd
17. LOS LIMONEROS, de Eran Riklis
18. HAPPY: UN CUENTO SOBRE LA FELICIDAD, de Mike Leigh
19. CAMINO, de Javier Fesser
20. LA BODA DE RACHEL, de Jonatham Demme
21. GOMORRA, de Mateo Garrone
22. LAS HORAS DEL VERANO, de Olivier Assayas
23. MY BLUEBERRY NIGHTS, de Wong Kar-Wai
24. EL INTERCAMBIO (CHANGELING), de Clint Eastwood
25. AUSTRALIA, de Buz Luhrmann

25 MEJORES CDS DEL 2008

1. TU LABIO SUPERIOR, de Christina Rosenvinge
2. UNA MALETA Y UN PERRO, de Nubla
3. AND WINTER CAME..., de Enya
4. SAFE TRIP HOME, de Dido
5. ANOTHER WORLD E.P., de Anthony and the Johnsons
6. TOYSTORE, de Coralie Clement
7. PERFECT SYMMETRY, de Keane
8. ANYWHERE I LAY MY HEAD, de Scarlett Johansson
9. I LOVE YOUR GLASSES, de Russian Red
10. À L'AUVEGLETTE, de Françoiz Breut
11. TILL IT BREAKS, de Najwajean
12. MED SUD Í EYRUM UID SPILUM EMDALAUST, de Sigur Rós
13. TARÁNTULA, de Mónica Naranjo
14. TRUST, de Tujiko Noriko
15. THIRD, de Portishead
16. VIVA LA VIDA, de Coldplay
17. FLAVOURS OF ENTANGLEMENT, de Alanis Morissette
18. HARD CANDY, de Madonna
19. GRASS IS SINGING, de Lonely Drifter Karen
20. MUSIC HOLE, de Camille
21. LA REVOLUCIÓN SEXUAL, de La casa azul
22. SEVENTH TREE, de Goldfrapp
23. MAMMA MIA!, de V.V. A.A.
24. A LAS CINCO EN EL ASTORIA, de La oreja de Van Gogh
25. AND END HAS A START, de Editors

lunes, 22 de diciembre de 2008

EL INTERCAMBIO 9'5 / 10

Eastwood es a sus setenta y ocho años un joven imparable que se acerca más a la genialidad con cada uno de sus títulos como director. Changeling es el resultado de una carrera meteórica durante la cual nuestro protagonista ha depurado su estilo, ha perfeccionado cuestiones técnicas y se ha elevado como el mejor retratista del alma humana. Changeling es hermana de sangre de Mystic River y Million Dollar Baby, pero las coincidencias temáticas y estilísticas también atañen a la mediocre Banderas de nuestros padres. De esta última, Eastwood retoma la descripción de un gobierno corrupto en un momento de crisis social, moral y económica. En este contexto decadente, premeditadamente sórdido y pesimista, nuestro artista narra con delicadeza la historia de una desaparición y el dolor y las injusticias, fruto de un incompetente aparato político y policial, que recaen sobre la madre, víctima estoica y tenaz que no dejará nunca de aferrarse a una utopía. Eastwood, vampirizado por una forma y fondo preminentemente clásico, nos regala un relato equilibrado, emocionante en todos los sentidos, un portento de belleza tanto a nivel de fotografía, banda sonora o dirección artística, sin olvidar el excelente dominio de la luz. El rostro de Angelina Jolie se deja mecer por todas estas bondades y consigue encarnar el espíritu de la tragedia clásica, una mujer fuerte que verá frustrados todos los intentos para remendar un error que no ha provocado. El espectador sufre lo indecible y logra ponerse en las carnes de Jolie. El via crucis, de final elegante y desarrollo coherente, vale la pena: Jolie construye una interpretación de Oscar y Eastwood vuelve a construir otro clásico de inmediata vigencia.
Changeling puede pecar de exceso (de intensidad, de duración) pero el regusto a obra maestra no se hace esperar. La película funciona a todos los niveles: como drama descarnado que busca y encuentra la mímesis y catarsis de rigor, como thriller interesante acunado bajo las órdenes del psycokiller más elegante (el mejor desde Zodiac) o como poderosísima crítica social que deriva del éxito del oscurantismo y la pérdida de cualquier atisbo de justicia y moral. Malkovich, Kelly y Ryan interpretan tres grandes secundarios que no recibirán premios pero sí reactivarán sus carreras y la admiración de público y crítica. Changeling se sitúa un paso más atrás respecto Mystic River y, aunque carece de la intensidad del último tramo de Million Dollar Baby, puede decirse que Eastwood ha elaborado una historia más completa y compleja que ganará fuerza en futuros visionados. El máyor obstáculo de Changeling es a la vez la gran sorpresa de la cinta: es importante, por no decir vital, que el espectador se crea a la bella Angelina y a su Christine Collins. Jolie no es Penn o Swank, pero su trabajo responde al de una alumna aplicada que no se ha achicado ante el gran Eastwood. Aplacadas, pues, las malas críticas de Cannes y algunos prejuicios de la prensa americana, puedo afirmar y afirmo que Changeling entra directamente en el ranking de las mejores películas del año y seguramente de la década. Ahora solo podemos contar los días que nos quedan para disfrutar de Gran Torino y volver a endiosar a un director immortal.

domingo, 21 de diciembre de 2008

OSCARS 2: SHAKESPEARE IN LOVE


Título: SHAKESPEARE ENAMORADO Título original: Shakespeare in love Dirección: John Madden País: Estados Unidos y Reino Unido Año: 1998 Duración: 138 min. Género: Drama romántico Reparto: Joseph Fiennes, Gwyneth Paltrow, Judi Dench, Geoffrey Rush, Imelda Stauton, Colin Firth, Tom Wilkinson, Steve O'Donnell, Jim Carter, Ben Affleck Guión: Marc Norman y Tom Stoppard Distribuidora: Miramax, Universal Pictures Producción: Mark Cooper, Donna Gigliotti y Julie Goldstein Dirección artística: Martin Childs y Jill Quertier Fotografía: Richard Greatrex Vestuario: Sandy Powell y Humberto Cornejo Música: Stephen Warbeck Presupuesto: 25 MILL.$ Nº oscars: 7/13 Nº globos de oro: 3/6 Fechas de estreno: 11/12/98 (EE. UU.), 12/03/99 (ESP.)

La gala
Durante el 21 de marzo de 1999 en el Dorothy Chandler Pavillion de Los Ángeles, otro título de temática amorosa se llevaba el premio gordo. Un premio polémico, quizás fácil, pero de indiscutible valor, para la película más destacada de John Madden, su único éxito de taquilla. Con Shakespeare in love, la Academia cerraba su período blockbuster con una película blanca, bienintencionada y de factura técnica impecable.

¿Merecía el Oscar?
La 71ª edición de los Oscar fue un empache nunca repetido: todas las películas nominadas superaban las dos horas de metraje y dos de ellas rozaban los 180 minutos. Ante la gravedad de la guerra (La vida es Bella, La delgada línea roja, Salvar al soldado Ryan) y la historia (Elizabeth), Shakespeare in love era la película más accesible, una cinta que no apasiona pero que evita de raíz cualquier antipatía. A Spielbergh le fallaron sus aires de grandeza en una película insoportablemente larga, anodina y cargante. El caso de Malick fue muy parecido: desde una perspectiva más avanguardista pero sin evitar clichés de ahora y siempre, La delgada línea roja supuso un rotundo fracaso de taquilla, un film pesado e insoportable de injustificado triunfo en el Festival de Berlín. El azar unió el camino y el palmarés de dos cintas muy parecidas y siempre quedará preguntarse qué hubiera pasado si la aportación bélica se hubiera reducido a un único participante (cabe recordar que Spielberg recibió el premio a mejor director cuando la sombra de La lista de Schindler aún era reciente). Los académicos, emborrachados, tampoco endiosaron la agridulce y tan criticada La vida es bella, aunque sus tres oscar (actor, película extranjera, banda sonora) la convirtieron en la gran ganadora de la noche, algo que no ocurriría hasta Tigre y Dragón y sus cuatro menciones. Y en medio de todos estos frentes, Elizabeth era una alicaída historia de corrupciones palaciegas encabezada por dos caras nuevas (Shekar Kapur y Cate Blanchett) cuyo máximo reconocimiento era la propia nominación. A diferencia de Elizabeth, Shakespeare in love presumía la estructura libre del relato, evitaba la historiografía en pos de la ficción. Madden quiso entretener a la platea y no adoctrinarla en nada, no agobiarla con las ínfulas de genio de Malick, Spielberg y Benigni. La Academia ama lo lacrimógeno y rehuye de la pedantería. Shakespeare in love ganó porque estuvo en el momento adecuado. Pese a los siete oscar recabados, puede afirmarse que esta fue una de las entregas más empatadas y descompensadas de la historia. Ante la duda, lo radical nunca gana.

¿Por qué ganó?
A los argumentos anteriores, cabe sumar la simpatía que antaño tenían los productos típicamente british entre los votantes norteamericanos, una tónica que ha disminuido en los últimos años pese a la nominación de Expiación o The Queen. Paralelamente, Shakespeare in love vino precedida por una campaña machacona y concienzuda de Miramax, consciente de tener entre sus arcas el caballo ganador de la carrera. La productora tuvo tres meses para estrenar y promocionar la película; el éxito fue cocinado a fuego lento, con insistencia y tenacidad. Shakespeare in love y su camino de la nada al estrellato representa el sueño americano que tan bien encarnan estos premios. Miramax estuvo presente en los Oscar de años siguientes salvo el fiasco de Cold Mountain, un fracaso, por otro lado, poco previsible. Los planetas se alinearon o se produjo algún milagro extraño: el sobre dorado, abierto pacientemente por Harrison Ford, contenía el nombre de una película que, de haber participado en otras ediciones, tan solo hubiera copado alegrías en los apartados técnicos. La suerte se tiene, pero también se busca. Ante la duda, Miramax tiene la respuesta... ¿o es solo un bulo que, a base de repetirse, se ha aceptado como verídico? La leyenda nace, pues, de lo arbitrario, de la casualidad.



La corte de la reina
Judi Dench, nominada posteriormente por Chocolat, Iris, Ms. Henderson Presenta y Diario de un escándalo, obtuvo la estatuilla que la alzaba como la mejor actriz secundaria del año. El poder del personaje (una Elizabeth presente por partida doble en la ceremonia) y las cualidades interpretativas de Dench superaron a los paupérrimos cinco minutos en los que la actriz aparece en escena. Dench ha sido el único valor que nos ha dado el film: ni la carrera de Madden remontó (me remito directamente a La mandolina del capitán Corelli) ni Paltrow logró ser la actriz del momento, consiguiendo justificar la apodada maldición del oscar (no hubo tal desdicha con Berry o Kidman). Este hecho la distancia de Titanic sin lograr el título de clásico moderno. La película desaprovecha la figura de Shakespeare y su influencia en el devenir de la literatura universal, los patrones del teatro clásico (el personaje femenino debe disfrazarse y simular ser un hombre para poder actuar en una obra teatral) o el retrato fidedigno de una época, de una mentalidad entre el teocentrismo y el humanismo. Shakespeare in love no puede proyectarse en los institutos: su único destino es la sala de cine masificada. A Shakespeare in love le sobra eficacia y le falta retórica. La mirada de Madden se nos desvela superficial e incompleta, caso análogo a lo que apuntaban algunas críticas hacia la reciente Maria Antonieta de Sofia Coppola (con las que no coincido). Madden es miembro honorífico de una lista interminable que encabeza Ridley Scott o Michael Bay. La corte de la reina se adivinaba pomposa... un engaño disimulado que tuvo su particular final feliz.

La anécdota
A muchos les sorprenderá saber que Winona Ryder y Kate Winslet eran candidatas a protagonizar el papel de Paltrow. Toda una ironía: Gwyneth Paltrow también había optado al papel de Winslet en Titanic. El momento más importante de la gala fue el premio honorífico a Elia Kazan, un galardón recibido con aplausos y silvidos entre los presentes (Kazan participó en la llamada caza de brujas). Además, la gala fue la última oportunidad (al final frustrada) de Garci para conseguir su enésima estatuilla (El abuelo estuvo nominada). Whoopi Goldberg, ahora desaparecida en combate, vivió una noche gloriosa como maestra de ceremonia; más austera fue su intervención en la gala de tres años después tras los atentados del 11-S. El orgullo británico salió victorioso, el cambio del año siguiente aún estaba por llegar...



PRÓXIMA ENTRADA: DOMINGO 28, AMERICAN BEAUTY

sábado, 20 de diciembre de 2008

SERIES 6: DEXTER


En sus discursos, Platón criticó el concepto de poesía y las ideas de mímesis y catarsis. El filósofo griego estaba a favor de la razón o logos y propugnaba la expulsión de todos los poetas de la polis. La catarsis, defendida y estudiada por Aristóteles, es para Platón un vehículo contra la verdad, contra lo moral. Y en parte tenía razón: la catarsis, la purificación de las pasiones negativas de los lectores/espectadores, el sufrimiento que deriva de un acto placentero puede llevarnos a sentir empatía por un asesino, alguien vil y despreciable. Sin duda, Platón se escandalizaría si viese Dexter, la serie más rentable y con mayor futuro de la cadena Showtime. Platón es a la filosofía lo que Dexter al crimen: un erudito formado, cabal y radical en sus discursos y acciones. Lo visceral se entremezcla con las vísceras de quienes deberían ser los buenos de la serie, el anticoncepto universal de orden y caos, ley y justicia. Dexter descompone y desconstuye todos estos conceptos dando la vuelta a la tortilla. Aquí no sufre un héroe divinizado e idealizado: la víctima y el verdugo es un ser enigmático que pasa totalmente desapercibido y cuyos méritos se relacionan con su actividad como analista de sangre (toda una ironía). Pero las coincidencias clásicas no terminan: Dexter es al igual que Edipo o Hamlet una persona que debe pagar por el lado oscuro de su estirpe, un pasado que relaciona a su madre biológica con un padre adoptivo un tanto sombrío, el creador de un código criminal teñido de rojo y negro. Si Dexter es víctima de su condición, si su mente no conoce otra norma que la del cuchillo y el silencio, los cadáveres que va alojando en el fondo del mar parecen tener justificación. Ninguna serie tuvo desde su argumento un poder filosófico y visual tan potente. La serie interesa porque es más que un producto de acción, un drama al uso o una trama policial que empieza y termina a cada capítulo. Y todo ello sin las alambicadas palabras de los filósofos de antaño.

Dexter nos regala en sus dos primeras temporadas (todo apunta a que tendremos cinco entregas de doce capítulos) un tour de force frenético: Dexter empieza como una trama detectivesca y acaba siendo una auténtica hipérbole sobre la falsedad, las dobles identidades, la herencia genética de un desgraciado con gracia. Dexter tiene dos de los mejores finales de la modernidad: el descubrimiento de la identidad del asesino del hielo y la salvación de Dexter tras eliminar todas las pistas de sus fechorías. La serie ha seguido durante sus primeros veinticuatro capítulos un camino ascendente. Además, la idea tiene tantos personajes y posibilidades por explotar que nadie puede dudar que lo que vendrá será igual de impactante. Michael C. Hall, gran actor, ha tenido la suerte y atino de interpretar uno de los personajes más carismáticos del siglo XXI, seguido muy de cerca por House. Hall aprovecha su extraño atractivo para perpetuarse en la televisión americana, un medio que conoce muy bién tras A dos metros bajo tierra y su memorable David Fisher. Hall es versátil, su cara, ángel y demonio al mismo tiempo, demuestra que lo increible, lo inaudito, está en la rutina del vecino, de la persona más insignificable e impensable. Dexter es lo más parecido a un superhéroe en una época de corrupción y crisis. Dexter es Batman ante sus allegados y el Joker ante sus víctimas. La bella y la bestia acaban siendo la misma persona, las partes de un mismo todo. Y eso asusta...

El pasado de Dexter es, con el permiso de los cambios temporales de Perdidos, el gran spoiler que continua sin resolverse. Un guión de hierro es el pilar donde descansa uno de los futuros clásicos de la televisión, un libreto que toca la cienca ficción, la comedia negra, el terror y el drama sin descarrilar. Dexter es el cambio que necesitaba un género automatizado en exceso con CSI y Sin rastro. Los académicos han valorado la serie con dos merecidísimas nominaciones a los Globos de Oro, algo inaudito teniendo en cuenta que la primera temporada no estuvo entre los títulos seleccionados. Este hecho, además de la creciente audiencia, hace de Dexter una pieza importante dentro de la televisión contemporánea. Es curioso, pero, los discretos índices de audiencia que la serie tiene en España, quizás porque Cuatro no ha sabido promocionarla ni programarla a la hora más adecuada (once de la noche). Pero no son pocos los fans de este castigador que juega a ser policía y carnicero. Platón puede decir lo que quiera: los fans son cuantiosos. La polis griega poco o nada se asemeja al mundo actual. La maldad del ser humano, pero, sigue intacta.



PRÓXIMA SEMANA: DINOSAURIOS

viernes, 19 de diciembre de 2008

OSCARS, GOYAS Y GIRASOLES


Tras la fuerte defensa de Mariano hacia Leonera y los comentarios de Mark acerca del cine español de esta temporada, es recurrente ensalzar, subrayar y recordar las bondades de la representante española a los Oscars: Los Girasoles Ciegos. Nuestra querida Academia (sí, hoy estoy irónico) parece un tanto desanimada, callada y apática: a nadie parece interesarle los Goya de este año y nadie perderá un mísero minuto para promocionar Los Girasoles Ciegos (a partir de ahora Blind Sunflowers) en los Estados Unidos. La presencia de una portentosa Maribel Verdú debería ser suficiente gancho para que los académicos, muy dados a premiar productos de temática y ambientación histórica, tuviesen nuestra película en cuenta. Los Girasoles Ciegos no es la última maravilla del cine; de haberse estrenado un año antes o después, nadie la hubiera votado para premios venideros. Pero los cosas han ido así y la Academia Española ha tenido que elegir representante más por descarte que por cualquier otro factor. Estará por ver, pues, si Camino, la única obra maestra del cine patrio, tiene los suficientes adeptos para ser la ganadora de cuantos certámenes, parabienes y desfiles de vacuidad y glamour se precien (por cierto, sobre alfombra verde).



Ningún país ha perdido el tiempo; no hace falta nombrar las excelencias de Gomorra y otras películas aún por estrenar. La Academia de Hollywood se juega su credibilidad en un año marcado por el cine de autor, un cine a contracorriente que, hasta hace poco, no era del gusto del paladar yanki. La extraña combinación de fraccionar el número de nominadas entre dos jurados, elegir nueve candidatas y reducirlas a cinco y a una tras dos tornas de voto conjunto, parece ser la única solución posible para salvaguardar la integridad de los Oscar, muy pobres a la hora de premiar a Europa y Ásia. Pese a esto, temo un descalabre de magnitud análoga a la del año pasado. España juega aquí con el producto de siempre, el cine de época (que no rancio) y clásico (que no conservador) que tantas alegrías ha dado a un sinfín de títulos. Alemania y Jordania parecen opciones seguras; Israel, Francia e Italia tendrán que apechugar con la dureza, frialdad y crudeza de sus propuestas; demás países tendrán que darse prisa para entrar a la carrera a tiempo y de forma certera. Sobre los Oscar nada está escrito, y más en la categoría que nos acupa. Personalmente, creo que el premio a la mejor película de habla no inglesa ha perdido todo el crédito de antaño. 2008/2009, en resumen, será nuestra separación o reconciliación definitiva. Los girasoles ciegos ha triunfado con sus históricas 15 nominaciones en los Goya, aunque quien esto escribe espera que la ganadora sea Camino, y de paso, nuestra representante al Oscar del año que viene. Alea iacta est.



Podéis consultar los NOMINADOS A LOS PREMIOS GOYA 2009 en el siguiente link:
http://www.academiadecine.com/

jueves, 18 de diciembre de 2008

MY BLUEBERRY NIGHTS 7 / 10


Reencontrarse con Wong Kar-Wai tras tanto tiempo ha sido un placer. El director asiático más importante de la actualidad no aligera su estilo, pero si lo acerca a las reglas de lo convencional, al refinamiento mesuradísimo de las películas cuyo único deseo es hacer taquilla. Kar-Wai ha dado su brazo a torcer y el fan deseará volver al cine de antes, coger ese luminoso y rápido tren hacia los universos barrocos, bellos y perpetuos de 2046 o Chungking Express; pero si se es benévolo, puede afirmarse que My blueberry nights, sin ser una joya, está a años luz de la comedia tontorrona y azucarada de Hollywood. Kar-Wai se ha escudado tras un plantel espléndido de actores, aunque el único pero recae en la protagonista Norah Jones, gran cantante y actriz decente, pero ensombrecida por Weisz, Portman o Law. La película es un alegato al amor, a la excentricidad, al desorden vital de unos personajes bien escritos y mejor interpretados. La estructura de historias paralelas, de suma y sigue en una trama que avanza firme pese a los baches del camino, vuelve a ser un acierto; engancha, hechiza. Ver My blueberry nights es una experiencia muy agradable, una medicina ante los títulos navideños que están acaparando las multisalas. Kar-wai, en el fondo, vuelve a los sitios comunes que ya conoce, que filmó y filmará con la misma maestría. Lástima que el público español tenga que acercarse a este cuento de dulces y tormentos con un año de demora. Sin duda, algo va mal en la indústria y distribución cinematográfica. Es obvio: hay cosas que el amor no puede arreglar... Ya podemos decir bien alto que los abucheos del festival de Cannes fueron injustificados. ¿Para cuando la próxima? Siempre nos quedará el recuerdo de ese beso antológico entre Jones y Law, pura fotogenia.

lunes, 15 de diciembre de 2008

TRIANGLE... SEGUNDO AVANCE

Hace unos días os anuncié mi nueva obra para la 2ª edición de Directed By: Triangle. El argumento, dividido en tres partes bien diferenciadas, mezcla la investigación detectivesca con amores perdidos, la muerte guiada por el sonido de las campanadas del Big Ben londinense. El reparto lo conforman Ralph Fiennes y Marisa Tomei (protagonistas), sin olvidar a Patricia Clarkson y Tom Wilkinson (secundarios). La banda sonora tiene piezas de Portishead, Amélie-les-crayons, Coralie Clement, Christina Rosenvinge y Lamb entre otros. Todos los datos apuntados se completarán en un PRÓXIMO POST DONDE SE DESVELARÁ LAS PRIMERAS FRASES DEL RELATO. TRIANGLE es la historia de un triángulo, una espiral de destrucción donde nadie ni nada es inmune a la muerte, a los celos, al azar, a las manos invisibles e implacables del destino. ¿Quiénes serán los sustitutos de Io sono Luce, Riohondo, Cosas muertas y compañía? To be continued...

domingo, 14 de diciembre de 2008

OSCARS 1: TITANIC


Título: TITANIC Título original: Titanic Dirección: James Cameron País: Estados Unidos Año: 1997 Duración: 194 min. Género: Drama romántico Reparto: Frances Fisher, Leonardo DiCaprio, Kathy Bates, Bill Paxton, Jonathan Hyde, Bernard Hill, Billy Zane, David Warner, Victor Garber, Kate Winslet Guión: James Cameron Distribuidora: Hispano Foxfilm S.A.E. Productora: 20th Century Fox, Paramount Comunications Inc., Lightstorm Entertainment Dirección artística: Bill Rea, Martin Laing Fotografía: Russell Carpenter Montaje: Conrad Buff, James Cameron, Richard A. Harris Música: James Horner Productor: James Cameron, John Landau Presupuesto: 200 MILL.$ Nºoscars: 11/14
Nºglobos de oro: 4/8 Fechas de estreno: 19/12/97 (EE. UU.), 08/01/98 (ESP.)

La gala
El 23 de marzo de 1998 (tarde comparado con las fechas actuales), un desfile de presentadores, monólogos chistosos y trajes de ensueño veían con asombro cómo el nombre de Titanic se repetía hasta once veces. Los sobres hablaron por sí solos y crearon el mito. Fue la última gran victoria (por cantidad y por calidad) que viviría el Shrine Auditorium de Los Ángeles.

¿Se merecía el Oscar?
La respuesta es un si rotundo. Cameron tuvo la suerte de participar en una de las ediciones menos concurridas de la historia. La imperfecta cosecha del 1997 se demostró en unas nominaciones un tanto contradictorias. Mejor… imposible y Full Monty eran las dos comedias a concurso. Si Mejor…imposible me parece un film brillante, Full Monty es pura superficialidad. El indominable Will Hunting gozó del beneplácito de la Academia. Con ella, quedaba ocupada el cupo lacrimógeno y academicista de Hollywood. El tiempo la ha definido como una de las peores películas de la historia (la peor, sin duda, de Gus Van Sant), uno de los oscar a mejor guión original más gratuitos jamás vistos y un título que, si antes caía simpático, ahora cae directamente en lo insoportable (si, también incluyo a Robbie Williams). La quinta opción era L.A. Confidential, una película notable pero sin la garra y la magia de Titanic. James Cameron mereció ser el rey del mundo, pero al monarca no le gustará saber que tanto derroche de oscars fue, en parte, por lo accesible de sus competidores.

¿Por qué ganó?
Con Titanic, la Academia empezaba a finalizar su apoyo masivo a blockbusters épicos como Braveheart y El paciente inglés, los ganadores de los años anteriores. Titanic era, además, acción, romance, impecable factura técnica y emotividad al cuadrado. Para hacer un símil fácil, podría decirse que el Titanic es la insignia de Norteamérica, algo grande y vistoso que en el fondo puede destruirse y devenir frágil en cualquier momento. Titanic fue el último gran éxito de taquilla, algo que no se volvió a repetir hasta El señor de los anillos. El dinero recaudado debía valorarse y el premio para Cameron atestigua su valía como artista pero también como empresario, como magnate del entretenimiento a gran escala. Titanic es en el fondo la historia de amor de siempre, los mismos conflictos sociales de toda la vida… y lo clásico, si se aumenta y se corrige, tiene el éxito asegurado. Con Titanic, Hollywood se permitió el lujo de soñar con el cine de antaño, estilo Ben-hur o Lo que el viento se llevó. Además, la película supo atraer a una generación de espectadores que forraron sus carpetas con las fotos de un aún imberbe Leonardo DiCaprio, entrar en el ADN de la sociedad del siglo XX y XXI, convertirse en la película de debía verse y que ahora, once años después del romance entre Jack y Rose, debe revisarse, degustar como los mejores vinos, guardar sus mil reediciones en dvd como clásicos perpetuos e inolvidables. Además, Leo y Kate han demostrado ser una de las parejas con más magnetismo del cine universal. Inteligentes, trabajadores y en contínuo estado de gracia, ambos actores han madurado en pantalla, los hemos visto nacer y crecer, ellos han sido los responsables de alzar Titanic como una obra maestra y no como un fiasco o un film de éxito y olvido inmediato. Con todo, cabe recordar que Titanic no materializó ningún Oscar a nivel interpretativo (Gloria Stuart y Kate Winslet).


Los restos del naufragio
De Titanic permanece viva la suerte de haber vivido una experiencia irrepetible, el último representante del melodrama romántico hollywoodiense. Titanic es una pieza capital del cine de ahora y siempre, una película idónea para recuperar en navidades y momentos tristones. La película forma parte de la niñez, adolescencia y juventud de los que ahora son críticos de cine, escritores e intelectualidad incipiente. Titanic contiene algo cultural, coyuntural, mágico. El Titanic nunca será olvidado: no hay mejor manera que hundirse en el primer viaje para perpetuar la leyenda.

La anécdota
Céline Dion se negó a cantar la canción de James Horner y Will Jennings My heart will go on alegando que la pieza era demasiado cursi. La diva canadiense no pudo estar más equivocada: no solo aceptó cantarla sino que la canción se convirtió en un himno de éxito inesperado. La canción ganó el Oscar y se convirtió en uno de los momentos clave de todos los conciertos de Céline Dion. Pero los recelos sobre la canción también afectaron a James Cameron, que en un principio no quería ninguna pieza cantada en su película. Tras oír la canción, pero, el director cambió de opinión. Un gran acierto.



PRÓXIMA ENTRADA: DOMINGO 21, SHAKESPEARE IN LOVE

jueves, 11 de diciembre de 2008

9 PROPUESTAS DEL CINE ESPAÑOL DEL 2009

Esta es semana de exámenes, por lo que me ausentaré hasta el fin de semana. Mientras, os dejo con este pequeño resumen del cine español que nos espera el próximo año. Quienes se han quejado/lamentado de la cosecha del cine patrio de este 2008, tienen un motivo de esperanza (o mejor dicho: nueve).

1. LOS ABRAZOS ROTOS, de Pedro Almodóvar
El manchego por excelencia regresa con una historia de amor, intriga y thriller negro. Penélope Cruz vuelve a ser la dama del artista, y con ella, un reparto esplendoroso que incluye nombres como Lluís Homar, Blanca Portillo, Chus Lampreave, Rossy de Palma y Tamar Novas entre otros. Volver al cine del director más famoso de nuestro cine siempre es un placer (esta vez, de dos horas y media). La espera será larga (marzo), pero valdrá la pena.

2. AGORA, de Alejandro Amenábar.
Aunque no sea 100% española, el nombre de Amenábar es suficiente para nacionalizar un film épico, de gran factura técnica y con una bellísima Rachel Weitz a imagen y semejanza de la mejor emperatriz egípcia. El director de Los Otros, Tesis, Abre los Ojos y Mar Adentro tira la casa por la ventana en una de las superproducciones más esperadas de la temporada.

3. GORDOS, de Daniel Sánchez Arévalo
Hemos seguido los pormenores del rodaje a través de la revista Fotogramas y ahora, tras tantos avatares y quilos ganados/perdidos, se estrena esta tragicomedia sobre la felicidad y la obesidad. Sánchez Arévalo, sobrevalorado tras Azuloscurocasinegro, puede regalarle a Antonio de la Torre (eterno secundario de nuestro cine) el papel de su vida.

4. AGALLAS, de Samuel Martín Mateos y Andrés Luque
Carmelo Gómez y Hugo Silva son las voces cantantes de esta ópera prima sobre personajes a contracorriente y narcotráfico en la costa gallega. El cine negro puede ganar un representante más con este dúo que apunta muy alto. El reverso de Heroína, la hermana pequeña de Solo quiero caminar.

5. NACIDAS PARA SUFRIR, de Miguel Albadalejo
Albadalejo no ha conseguido destacar por ningún título (un servidor adora El cielo abierto), pero este drama puede consagrarle como uno de los grandes. El reparto lo forman tres mujeres de bandera: Adriana Ozores (La suerte dormida), Malena Alterio (Una palabra tuya) y Petra Martínez (La Soledad). Dará mucho que hablar...

6. HABITACIÓN EN ROMA, de Julio Médem
Médem adapta el film chileno En la cama con Elena Anaya en una lujosa habitación de Roma. El director vasco también rodará Pericles y Aspasia a partir de la tragedia griega del mismo nombre. Está claro, pues, que el personalísimo estilo de Médem puede sufrir una metamorfosis importante. Bienvenida sea.

7. EL BAILE DE LA VICTORIA, de Fernando Trueba
Trueba vuelve tras El embrujo de Shangai con la adaptación cinematográfica del laureado libro de Antonio Skármeta. Rodado casi en su totalidad en Argentina, el film, protagonizado por Ricardo Darín y Ariadna Gil, puede ser un regreso al clasicismo visual y narrativo de Trueba.

8. LA ISLA INTERIOR, de Feliz Sabroso y Dúnia Ayaso
Los años desnudos nos ha dejado claro que el dúo Sabroso-Ayaso tiene mucha vida y películas por delante. Rodada en Canarias, La isla interior narra el devenir de una particuliar familia, cuyos miembros responden al rostro de Candela Peña, Alberto San Juan, Geraldine Chaplin, Celso Bugallo y un largo etcétera.

9. REC 2, de Jaume Balagueró y Paco Plaza
REC, uno de los títulos más maniqueos (pero rentable) del último cine español, conocerá una segunda entrega mientras esperamos el remake Quarantine. Balagueró, otro sobrevalorado de cuidado, rescata a Manuela Velasco para vivir otro mal trago de zombis y Dogma 95 mal interpretado. El éxito, los gritos y las críticas hiperbólicas (habrá excepciones) están aseguradas. Espero que el estreno de esta (innecesaria) secuela sirva para darnos cuenta de las trampas y vacuidad que rodeaban a la primera entrega. La taquilla, pero, responderá entusiasmada (alguien tiene que salvar las cifras de taquilla de nuestro cine).

martes, 9 de diciembre de 2008

VUESTRA OPINIÓN 2

Y tras los actores protagonistas, era obligado preguntar a la comunidad bloggera sus preferencias en el apartado de mejor actor y actriz en un papel secundario. Está claro que hay tres nombres que destacan sobre los demás, los mismos que ya sonaban desde verano. La recién inaugurada temporada de premios nos acabará de confirmar el quinteto de nominados. Mientras, aquí os dejo con vuestro veredicto.

MEJOR ACTOR SECUNDARIO

1. HEATH LEDGER (THE DARK KNIGHT), 30 votos: La admiración que profesamos por Ledger se ha traducido en una victoria aplastante. El nombre de Ledger es el único gran favorito y su nominación es incuestionable. Solo falta que los académicos se agolpen para votar el que fue/es un gran actor, el mejor Joker que nunca verá la gran pantalla. Ledger no precisa un oscar para ser leyenda, pero la estatuilla la alimenta.

2. PHILIP SEYMOUR HOFFMAN (DOUBT), 3 votos: Seymour Hoffman le arrebató el oscar a Ledger hace unos años, y ahora, ironías del destino, el actor de Doubt debe contentarse con una segunda plaza que huele a nominación. Hoffman interpreta un personaje difícil de olvidar tanto para la audiencia como para la Academia. El viento sopla a su favor, pero el Joker puede saldar su última venganza: compensar el premio que mister Ledger no obtuvo por la gran Brokeback Mountain.

3. JOHN MALKOVICH (CHANGELING), 2 votos: Superviviente de la devaluación que está viviendo Changeling antes de su estreno en Europa, Malkovich no se achica, esperando que los votantes también se acuerden de su agente de la CIA en Burn After Reading. Malkovich se prodiga poco, por lo que la Academia debería aprovechar la ocasión para realzar uno de los actores más enigmáticos y carismáticos de su generación.

4-6. JAMES FRANCO (MILK), EDDIE MARSAN (HAPPY-GO-LUCKY), MICHAEL SHANNON (REVOLUTIONARY ROAD): Triple empate con un único voto. Franco parece la apuesta más segura del grupo, aunque Shannon recorta distancias con cada crítica que ensalza la película de Mendes y su interpretación. Marsan interpreta un papel que cae bién, aunque no ser conocido puede invisibilizarle. Marsan precisa de promoción, más nominaciones y mucha, mucha suerte.

MEJOR ACTRIZ SECUNDARIA

1. PENÉLOPE CRUZ (VICKY CRISTINA BARCELONA), 19 votos: Ajustada victoria para la gran protagonista de la temporada. Solo Winslet puede arrebatarle el premio, pero Cruz prosigue su camino como quien no dice la cosa. La película se estrenó hace meses, pero el torbellino Cruz sigue aún vigente. Tiene el oscar a un solo paso. Crucemos los dedos.

2. KATE WINSLET (THE READER), 17 votos: A Winslet le ha tocado ser la mala de la película, el único gran obstáculo para nuestra Penélope. Pero Winslet nunca puede despertar antipatías, incluso relacionándose con la barbarie nazi y protagonizando una historia de amor ilícita. A la espera de cómo se repartiran sus candidaturas, Pe y Kate protagonizan un pulso de infarto y, a juzgar por vuestros votos, no parece que ningún nombre más pueda adherirse a esta lucha de titanes. Alea iacta est.

3. TARAJI P. HENSON (THE CURIOUS CASE OF BENJAMIN BUTTON), 4 votos: Henson ha gustado a todos los que han visto el film de Fincher. La comunidad afroamericana puede dividir sus papeletas con Viola Davis, cuarto nombre en discordia. Da la sensación que esta categoría está bastante cerrada y que tanto Henson como Davis conseguirán nominación. Ahora solo falta que nos enamoren en la oscuridad de la sala.

4. VIOLA DAVIS (DOUBT), 2 votos: Sus posibilidades crecen y, pese a ser una debutante, nadie pone en duda su valor, consiguiendo desterrar a su compañera Amy Adams de la carrera. Si Doubt no lograse acceder a las categorías grandes, la Academia utilizaría el oscar de Davis para recompensar la calidad del film. No podemos olvidar que la categoría de actores secundarios es un gran comodín para equilibrar el palmarés final: el premio para Tilda Swinton lo atestigua.

5. KATHY BATES (REVOLUTIONARY ROAD), 1 voto: Juega en otra división pese a participar en uno de los caballos más veloces del hipódromo: Revolutionary Road. Bates es una de las grandes y da prestigio a toda película que se precie. La academia puede nominarla a modo de reencuentro, de consagración final. El Oscar, pero, está aún lejos.