¿De qué va?: A principios de los 70 un hombre prometió a un joven artista que tocaba en un club de Detroit que le ayudaría a publicar su primer álbum. Cuarenta años más tarde, un surafricano explica que debe su nombre, Sugar, a la canción de un cantante que nadie conoce y de cuya muerte corren multitud de rumores. Esta es la crónica que une las dos extremos de un hilo complejísimo, seguramente uno de los episodios más apasionantes de la historia de la música.
El dato: Es el nuevo documental del productor del oscarizado Man on Wire.
Valoración: Las mejores películas son las que cuentan las mejores historias. Es importante tener unos buenos actores, un buen guion de base y a poder ser un productor de confianza, pero sin buenas historias estamos perdidos. La mayoría de films que se estrenan en las salas casi nunca tienen un argumento potente. Searching for Sugar Man reúne todos los ingredientes del mundo para ser una película poco o nada atractiva: documental (género que tenemos pocas ocasiones de disfrutar en pantalla grande, por lo general bastante maltratado) musical (con el peligro que eso conlleva: parece un film 'para fans') sobre un cantante que nadie conoce (ni tan siquiera tenemos un nombre de peso que justifique el visionado del film). Pues bien: es una obra apasionante. Puede que no sea la mejor película del año si valoramos cuestiones técnicas o si nos ceñimos a los criterios críticos que queramos, pero es de lejos la mejor historia de este 2012. Y encima real. Tan real que parece mentira. Vaya, que debía convertirse en película. ¡Y qué peliculón! No se debe contar demasiado sobre quién es el Sugar Man del título y quién le busca con tanta pasión como para hacer una obra audiovisual al respecto. Mejor asistan a la sesión vírgenes. Y flipen. Y si todo esto no les anima, deben saber que Searching for Sugar Man es una historia bigger than life típicamente yanki, al mismo tiempo una apasionante cinta policíaca llena de misterios, una posibilidad de sumergirnos en los entresijos de las compañías discográficas y un cuento grandioso sobre los caprichos de la fama y las verdaderas prioridades de la vida. En el fondo no estamos lejos de un fairytale con mensaje y final feliz a ritmo de folk. La ópera prima de un sueco que viaja hasta Suráfrica para encontrar las pistas de un artista mexicano que publicó dos discos en el Detroit de los años 70. Entretenida, conmovedora, absolutamente arrebatadora y fascinante.
Palmarés: Premio especial del jurado en el Festival de Sundance 2012. Mejor película en el Festival de Moscú. Premio del público en los festivales de Los Ángeles y Durban.
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Nota: 8
1 comentario:
Desconocía por completo esta película-documental. Tiene buena pinta, aunque sólo llegará a círculos reducidos.
Es muy difícil que este tipo de obras llegue al gran público.
He aterrizado en tu blog saltando de unas a otras páginas de cine y me ha gustado mucho.
Te he puesto un enlace en mi blog de cine, series y tv: http://www.seriecinema.es por lo que seguiremos en contacto.
Saludos.
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