Viendo Nothing's all bad me pregunto si existe el concepto 'comedia nórdica'. Sin duda no existe en Dinamarca una costumbre o industria en torno a las historias en clave cómica. Nada que ver con Francia y sus intocables comedias llenas de diálogos elegantes. O en su reverso, la comedia española, casi siempre más chavacana, con escatología, una de tacos y otra de sexo. Nothing's all bad es una comedia fría, que no busca ni la risa fácil ni la empatía del espectador. Sus personajes son outsiders en toda regla, marginados sociales que difícilmente ubicaríamos en un país tan 'perfecto' como Dinamarca. En ella suceden cosas muy graves que uno no sabe si tomárselas en serio o en broma. Porque... ¿es al fin y al cabo Nothing's all bad una comedia? ¿Puede una comedia estar tan llena de patetismo, perversión y decadencia? ¿Pueden ser los protagonistas de una historia graciosa un padre de familia con desórdenes sexuales, un joven que se prostituye, una mujer a la que le acaban de extirpar uno de sus pechos o una recién jubilada que no sabe qué hacer con su existencia? En el cine danés hay muy poco margen para la (son)risa: será que no tienen nuestro carácter mediterráneo, o que los nuevos autores locales nacieron con el Dogma 95 y su humor punzante con crítica social encubierta. Porque Nothing's all bad es la primera película de su director Mikkel Munch-Fals, y se intuye la influencia de Los idiotas de Trier y otras rarezas nórdicas más desquiciantes que hilarantes. Así que Nothing's all bad puede entenderse como una bizarrada sin más o una original tragicomedia sobre personas que, aun viviendo en un país acomodado, o precisamente por vivir en ese contexto, sufren enfermedades mentales y problemas de adaptación graves. Una curiosidad si se mira de forma aislada, pero llena de sentido si se ve junto a comedias danesas recientes como Terriblemente feliz, Las manzanas de Adam o The Art of Crying, demostraciones de que el humor danés es muy diferente, más oscuro, con unos personajes más ridículos que viscerales , más contenidos que descarnados. Una forma muy seria de reirse de la vida: hasta en sus amagos de comedia, el cine danés es incapaz de abandonar su lado oscuro. Aunque el final, como la moraleja del título, invita a la alegría. A pesar de las distancias y culturas, esos cuatro personajes con cuatro historias de soledad e insatisfacción a sus espaldas resultan universales. 'Denmark is different'. Tan absurda como genial: hay que descubrirla.
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1 comentario:
Apuntadísima queda!!!
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