miércoles, 1 de abril de 2009

CINE INDUSTRIAL Y ARTESANAL

En la pasada edición del programa Cinema 3, un productor de cine catalán hacía la sabia distinción entre cine artesanal y cine industrial. Aunque excéntrica, la distinción apuntada tiene mucho sentido, y más cuando hemos llegado a un punto en el que no podemos distinguir lo comercial de lo indie, lo rompedor de la convencional. La frase divide un cine que sigue unos patrones fijos (por lo tanto, sus películas serán, aunque con matices, bastante similares) de otro elaborado por autores personales, directores que imprimen su mirada y trabajan sin necesidad de pedir cuentas a nadie (tampoco a la audiencia). Aceptar tal precepto implica dilapidar el concepto de ‘industria cinematográfica’ porque, al fin y al cabo, se está tratando un cine individual de otro no individual (nunca podrá decirse colectivo: el cine es tarea de muchos pero la autoría final de las historias recae en unos pocos). Toda etiqueta es, por concepto, simplista, gratuita y demasiado general (o sea, excluyente), pero es atractivo utilizar la metáfora de una fábrica y de un artesano para hablar del cine de nuestros días (otro apunte: la artesanía es cosa en desuso, con lo que el término implica aceptar la devaluación del cine contemporáneo, sus temas y formas, y quizás vislumbrar de forma demasiado alegre la posible muerte del séptimo arte). Todo el cine es artesanal en cuanto surge de la creatividad humana, con lo que el éxito del cine industrial (la fábrica es sinónimo de robot que no puede ni sabe pensar) sería un fracaso doble en el que también se perderían nuestras ideas, nuestro concepto de especie. El individuo actual, ya sea autor o espectador, está condenado a repetir prototipos porqué hay una tradición artística que lo apabulla y precede. Dicen que todo está inventado: la fábrica repite y crea, el artesano, en parte, también.

Todo este debate me lleva a hablar de dos conceptos paralelos: el espectador industrial del espectador artesanal. Con estas ideas debe apreciarse un público cinéfilo que asiste al cine, no de forma naif, sino eligiendo al detalle los títulos que mira. La figura del gourmet es peligrosa porque no sabemos si ama la comida o peca de gula. De aquí que exista una subespecie: el cinéfago, o la persona que, aun siendo selectiva, quiere ver películas a toda costa, ya sea por gusto o necesidad (tal vez sea lo mismo). Los que piensan que se aprende cine viendo películas están equivocados: un cinéfago puede restringir su experiencia al que hemos llamado cine comercial. Estar al día de lo que sucede en los festivales, dominar la actualidad cinematográfica y seguir con delectación los estrenos semanales no es una garantía: he aquí la diferencia entre fan y crítico, entre el que ve y el que mira. El espectador artesanal, por el hecho de serlo, es alguien solitario y oscuro, una persona que va en contra de lo establecido, aunque sin crear revoluciones palpables. El espectador industrial, por el hecho de serlo, no es un espectador, sino un consumidor, porque trata el cine como un batido o una comida que se empieza y acaba (el cine es algo más: es el arte de lo perpetuo). Todo ello también justifica la construcción de cines dentro de centros comerciales donde una película se entiende como un pasatiempo más y, por lo tanto, como algo superficial y efímero. En este caso, el lenguaje sí nos ayuda: no es lo mismo un cine que un multicine, aunque el término establece una distinción de cantidad (de salas), no de calidad (de películas). Y cuidado: la cantidad favorece al cine artesanal.



Tras esta parrafada, debemos aceptar que tenemos el cine que nos merecemos, algo que podría utilizar para despotricar contra el concepto de democracia. Una película es única, al igual que una persona. Nuestra obsesión por dividir las cosas, crear conceptos y abrir debates filosóficos es tan necesaria como inevitable. La cultura europea es la más egocéntrica porque siempre está reflexionando sobre sí misma. Existen dos interpretaciones: una positiva (reflexionar es siempre caminar hacia delante) y otra negativa (hablar de uno mismo siempre será mirarse el ombligo, tarea poco ética). Ustedes deciden si creen necesarios tales conceptos y, de aceptarlos, saber en qué grupo incluirse. Mientras, la noria gira, Mentiras y gordas es número uno de taquilla y Los abrazos rotos sobrevive como puede (he evitado tremendismos: hubiera podido citar a Von Trier o Van Sant). La mayoría dirá que el dato es positivo porque eleva la cuota de pantalla del cine español. La verdad, como siempre, es más compleja. No me extraña que a uno, estudiante relativamente joven, se le mire con extrañeza cuando declara su amor (¿o es afición?) hacia el cine. No ocurre lo mismo si uno ama la literatura, la fotografía o la pintura. Ahora tengo (tenemos) una excusa para defender mi (nuestra) condición de víctima: solo digan ‘soy un espectador artesanal’.

3 comentarios:

ElChapa dijo...

Sin palabras...Y muchas gracias por, de alguna manera, honrar a algunos de nosotros. O así lo sentí.

De paso, felicitaciones por "Triangle"; genial y mejor que "Riohondo"

Saludos Sospechosos!

SERHUMANA dijo...

Bueno... por donde empiezo... menudo post te haz mandado acá. enuda reflección. Y que por supuesto, genera y amerita que se analice.

Vayamos por parte. Primero que nada, entiendo las diferencias que marcas. Pero en un tiempo a esta parte me he dado cuenta, que considerarse un espectador artesanal, como vos llamas, esta ya más alejado de lo que uno creia y más cercano a formar parte de los "pocos que ven buen cine". Y me recuerda a las elites, para que te voy a mentir. Sin embargo, no se bien donde situarme (esto que arrastramos de la adolescencia, je, en la que necesitamos delimitar, nombrar, y que sigue siendo siempre parte de la vida). Adoro el cine, y como yo, muchos otros. Entiendo que algunos lo adoran por el mero entretenimiento, y no esta eso mal. Y que lo consumen. Entre otras cosas, por que hoy esta algo de moda (cosa que ademas le beneficia al que hace cine, hasta al artesanal). Pero obviamente, el que mira "solo pelis buenas" o a "grandes directores" tambien esta consumiendo, como aquel que solo come caviar. Je. Quizas no esta bien la analogia, pero creo que me entendes. Y esto es mas que nada, una autocritica. Por que yo soy de las que analizan mucho antes d eir al cine, y antes de alquilar pelis, porque no quiero ensartarme con un fiasco, porque adoro el transcurso d euna buena pelicula, y que termine y me deje un buen sabor de boca. Ademas d emuchas otras cosas que me interesan del cine. Pero vamos a hablar solo como especatadores, aunque no sé si se puede del todo. Y llega un punto, que pareciera que uno no puede decir que ve cine comercial tambien, o que alguna pelicula comercial o mejor dicho una super produccion, le parecio excelente, porque pareciera que esta cometiendo un pecado!!!!!!!!!! ??????????? Y ahi es donde no entiendo nada. Formar parte de algo no me acota los gustos, y formar parte siempre es relativo, porque como decis, cada espectador, como cada peli, es un mundo.
Y al final, parecemos los criticos de arte antiguos que rechazaban cuadros que hoy se venden millones. Y se venden millones, muchos porque antes no veian lo buenos y lindos que eran, y otros, porque ahora no se ve o no se quiere ver que no son tan bonitos. Porque hay de todo.

Pero en algo si me inclino a las diferencias que marcas entre artesanal y comercial. Y no refieriendome a los gustos. Sino, al amor al cine. El que ama el cine, quiere que se pueda hacer la maayor cantidad de cine posible. Uno no sabe si todos los filmes que no llegan a realizarse por falta de presupuesto serian buenos o malos. La cantidad no significa calidad, claro esta. Nada significa calidad, solo la calidad. Pero claro esta tambien, que cuanto más se filme más posibilidades hay que haya cien que guste. A unos y a otros. Porque podria haber cine para todos. Pero resulta que una película de algun país lejano al mio, no se encuentra en ningun lado, (a no ser que la consiga pirata, cosa que no le beneficia en nada al realizador) aún hbaiendo ganado cuanto premio existe. ¿Como puede pasar eso? Bueno, es que no gano cuanto premio existe, es que solo estuvo nominada, ja, menudisima diferencia para todo lo que es comercial. Para los que amamos el cien, no. Por supuesto, si yo veo 5 nominadad, por ejemplo, en los oscars (auqnue ya sabemos que no significan que sena las 5 mejores, ese es otro debate), yo quiero ver las cinco. No solo las cinco a mejor pelicula, quiero ver las cinco a mejor extranjera, a mejor guion, y asi. Pero no, les dan la chance d eparitcipar y ni un premio para que al menos despues de llegar hasta ahi, se puedan hacer mas copias para que lleguen a mas salas.
Y el tema de las salas, bueno, otro tema. Ahi esta el asunto de lo coemrcial. Las leyes de la cuota de pantalla no ayudan mucho a las pequeñas producciones. Y ni hablar de nosotros los espectadores!!!!!!! Como vos decis, ye stoy de acuerdo, tenemos el cine que queremos. Pero de a poco, se puede tratar de hacer una pequeña diferencia. Yo siempre digo, si te gustan dos peliculas para ir a ver, elige la de menor presupuesto. Elige la nacional, o la de un pais recondito, y deja El hombre araña para la semana que viene o quince dias, que seguro sigue en cartel, en cambio la otra, quizas no.
Bueno, creo que ya hable demasiado, y ni se si sen entiendo algo d elo que pienso. Y de lo que elaboro siempre que analizo estas cuestiones, que nunca terminan de debatirse.
SALUDOS!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Hola:
acabo de discutir con mi pareja esta cuestión del cine y de la industria cinematográfica que genera peliculas que dan miedo por malas y tremendas en algunos casos.
el cine de industria no puede crear peliculas como cheetagirls o plan para proteger a princesas de forma inocente.
creo que el cineasta nuevo se enfrenta a la muerte del cine como tal , en su formato, y enfrenta la velocidad de lo industrial y al tratar de evitar las grasas trans en su intento no llega a realizar películas interesantes y prolijas.
los buenos actores con cierta lógica agarran el billete y hacen soportable películas malísimas.
eso quita oportunidades.
yo ya perdí interés en el cine.
antes solía ver hasta la película mas mala . ahora no tengo interés ni ganas de moverme para verlas.
donde están los creadores y sus dicípulos ?
hay que facturar...
ya compré el hi-fi en vhs.
estoy hasta la cabeza de formatos casi inútiles . el betamax , k7, laser dic!!!!
se alquilaban y compraban las películas para siempre...ja! menuda estafa.
habría que dejar descansar el formato . tanta basofia saca las ganas de someterse a la obscuridad del cine o de nuestros flamantes visores de plasma.