miércoles, 29 de junio de 2011

Dany Boon mola: Críticas de NADA QUE DECLARAR y MI MEJOR AMIGO

NADA QUE DECLARAR (RIEN À DÉCLARER), de Dany Boon (Francia, 2010)
Dany Boon ha encontrado un filón cinematográfico en la mezcla de culturas y lenguas, describiendo las tensiones entre pueblos y filmando en clave de comedia costumbrista todos esos clichés que pueblan nuestra lengua habitual y el imaginario colectivo de toda una sociedad. Por eso no cuesta conectar con esa lucha de intereses entre dos agentes de aduanas, uno francés y otro belga, éste último dedicado a sembrar el odio hacia los 'gabachos invasores': podríamos ver en las viñetas que conforman Nada que declarar a dos policías españoles, uno madrileño y otro catalán, despotricando uno del otro, riéndose de sus acentos y al final percatándose que entre ambos median pocas diferencias y unen muchas similitudes. El tono paternalista y facilón se intuye desde el primer minuto, y más teniendo a Bienvenidos al norte como antecedente muy cercano en el tiempo. En esa ocasión actuó el 'factor novedad' y el tono blanco de la historia estaba al servicio de una agradabilísima historia de amor. Nada que declarar, continuación temática de aquella, pierde frescura por el camino, y de paso nos brinda ese guardia belga tan pesado, tan irritante, tan histriónico, tan caricaturesco, tan desbordado por los excesos de un guión preocupado en subrayar las diferentes nacionalidades de unos y otros. Hay que admitir lo que muchos ya escribieron a propósito de Bienvenidos al norte: los éxitos del cine francés, capaces de aunar popularidad y buenas reseñas, distan de nuestras 'torrentadas' bobaliconas, herederas del cine de barrio de antaño. Y a eso, añadir otra verdad: sin llegar a ser una copia de la copia como Bienvenidos al sur, Nada que declarar es una repetición innecesaria e insuficiente de esas fronteras sociales, morales y geográficas que ya conocíamos. Ojalá el bueno de Boon se dé cuenta de que su brillante idea ha tocado techo; o mejor dicho, que ha cruzado esa línea fronteriza que separa el buen cine familiar del engañabobos rompetaquillas. Boon ya se ha negado a realizar el remake norteamericano de la historia: señal de que Boon sigue siendo un genio.


Nota: 5


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MI MEJOR AMIGO (MON MEILLEUR AMI), de Patrice Leconte (Francia, 2006)
Una comedia sobre la amistad. ¡Acaso hay algo más complejo que la amistad! ¡Acaso la comedia no es el género más difícil de acometer! Constantemente oímos la historia de dos amigos íntimos que de la noche a la mañana se separan y se enemistan para siempre. Amantes que de pronto se separan y no quieren saber nada del otro. Personas hablando con otras por la calle con su teléfono móvil. ¿Pero qué es la amistad verdadera? ¿No habremos devaluado el verdadero significado de esa palabra porque en el fondo nos cuesta establecer lazos profundos con los demás y tenemos auténtico terror a la soledad? El marchante que interpreta Daniel Auteil en Mi mejor amigo tiene diez días para encontrar esa alma gemela que pocos tienen y que la sociedad nos obliga a conservar a toda costa. ¿Pero cómo hacer que un señor tan materialista, enamorado de su trabajo y de sí mismo, capaz de mimar un jarrón de diseño pero incapaz de compartir sus sentimientos con la mujer con la que se acuesta, entienda el verdadero valor de la amistad? Quien tiene un amigo tiene un tesoro y Dany Boon, un taxista solitario, será la solución para que el protagonista gane una apuesta y de paso reciba una lección de vital importancia. Eso es Mi mejor amigo, una comedia aparentemente intrascendente que esconde una historia contada con elegancia que nunca sucumbe a la exageración, al gag, al chiste zafio. Puede que no rían demasiado, pero seguro que después de verla pensarán un poco sobre el concepto de la amistad. Ahí está Leconte, uno de los grandes, para demostrar que las cosas más serias pueden y deben enfocarse desde el humor. Una película reveladora.


Nota: 7

lunes, 27 de junio de 2011

Cine y literatura: TOKIO BLUES (NORWEGIAN WOOD)

TOKIO BLUES (NORWEGIAN WOOD), de Haruki Murakami (1987)
Recuerdo haber leído cuando iba al instituto Sputnik, mi amor y Al sur de la frontera, al oeste del sol, libros que encontré por casualidad en la biblioteca de mi pueblo mucho antes de que Haruki Murakami fuera famoso. Recordando esas dos lecturas ingenuas, siento que como lector, e influido por la mediatización de la obra del japonés, ya no soy tan sensible a las historias de amor del autor. Murakami domina como nadie el diálogo y es bastante preciso en las partes descriptivas; su pluma es certera, y sus historias resultan fáciles de leer, agradables, como si las palabras fluyesen creando una atmósfera íntima y exótica, juvenil y melancólica. Tokio Blues es su gran historia de amor truncado, la vida de dos adolescentes marcados por la muerte y la necesidad de esquivar constantemente la soledad. Murakami narra la existencia de Watanabe en la capital nipona: sus escapadas nocturnas con un compañero de residencia, sus experiencias sexuales, sus anodinas clases en la universidad y su vínculo invisible pero decisivo con Naoko, una joven internada en un centro psiquiátrico años después de que su novio Kizuki se suicidase. Murakami se identifica con sus personajes inexpertos y frágiles, logrando que resulte poética una historia que en otras manos hubiera resultado repipi. A veces hay que hacer un esfuerzo para perdonarle al autor alguna cursilería de más, pero convence todo el apartado dedicado a desgranar esa metrópolis nocturna de estudiantes esperando el último tren de la medianoche o el primer metro al amanecer, de luces de neón, restaurantes, hoteles y karaokes. Porque lo que no se le puede negar a Murakami es su capacidad de crear espacios y estados de ánimo: Tokio Blues, que en occidente ha llegado veinte años más tarde de su publicación en Japón, se recrea en la oscuridad de una tragedia entre terrorífica y romántica, dejando que su personaje crezca a medida que avanzan las páginas mientras su experiencia vital se llena de recuerdos, encuentros sexuales y confidencias. Sólo hay que evocar la comida en casa de Midori, la visita al manicomio o las charlas con Reiko para darse cuenta que Murakami logra que seamos espías y cómplices de sus personajes, que sintamos sus desgracias como propias y que el lector sea el protagonista invisible que ve, oye y huele el Tokio de principios de los 60. Logros que sólo están al alcance de los más grandes.

Nota: 8


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TOKIO BLUES (NORWEGIAN WOOD), de Tran Anh Hung (2010)
Cuando una historia que debería resultar dramática genera pequeñas risitas en la platea es que algo va mal. Tokio Blues en imágenes pierde la poesía de Murakami y el director intenta compensarlo con una dirección de fotografía muy acertada y unos planos que parecen ralentizados. 125 minutos son muchos, y aún así la película obvia muchos pasajes del libro, algo que nota incluso aquel que desconozca el material literario: un ejemplo de ello es que los personajes hablan de situaciones que el espectador nunca ha visto y que, obviamente, sí aparecen en el libro. Así que en la película nada justifica que Reiko quiera acostarse con Watanabe o que hacia el final Midori se enfade con Watanabe. No se trata de comparar qué aparece o qué no en la película: intentando separar la novela de partida, el film resulta muy anodino, demasiado largo, un tanto forzado, excesivamente silencioso. Puestos a valorar algo, se agradece que Tokio Blues haya sido rodada por un director japonés y con actores nipones, algo que difícilmente hubiera sucedido de tratarse de una adaptación hollywoodiana. Aún así, se nota que el realizador, muy consciente de que no sólo filmaba para el mercado asiático, ha optado por una estética visual más bien convencional, algo que resta frescura y credibilidad a la película (por desgracia, el triángulo amoroso nos niega la posibilidad de disfrutar de ese Tokio en penumbra que Murakami describe). Seguro que con el tiempo recordaremos más algunos pasajes del libro que los fotogramas de un film correcto y un tanto alicaído.


Nota: 5'5

domingo, 26 de junio de 2011

LA DICTADURA DEL BLU-RAY

Que en España los dvds se editan mal y tarde no es ninguna novedad. En un país en el que cualquier periódico te regala una película las distribuidoras no cuidan los cofres oficiales de sus films. Debe ser que me encanta el cine pero que soy poco o nada mitómano; la cuestión es que el tema de los extras y los audiocomentarios me suele traer sin cuidado, por lo que siempre opto por comprarme las más económicas ediciones sencillas. Si tenemos en cuenta los blockbusters editados con varios discos de contenido adicional, creo que hemos olvidado que el importe del artículo debe corresponderse al precio que se merece la película, no los adornos, afiches, dossiers o demás contenidos que esconda la cajita. Salvo excepciones, se produce el caso de que la película con más extras suele corresponderse con el peor film de toda la tienda, algo que vuelve a demostrarme que la estrategia de incluir curiosidades paralelas a la película de turno en los dvds no tiene nada que ver con el cine. Al final para lo que han servido los extras es para tener delante de nuestras narices varias versiones de la misma película, y seguro que más de uno habrá visto a algún incauto llevándose a casa la edición que no quería. Todo un mundo que vino con el dvd y que ahora podría estar en peligro.

No me extraña que haya nostálgicos que reivindiquen el VHS de toda la vida. Primero tuvimos que acostumbrarnos al dvd, de mucha mejor calidad. Luego a esas ediciones sencillas y simples que nos obligaban a leer la letra pequeña del reverso de las cajitas. Muchas películas no superaron el paso de un formato a otro, y sigue escandalizando el número de películas que no están editadas en nuestro país (eso si olvidamos que muchos films ni llegan a estrenarse en los cines). Para suavizar el fallo, cadenas como la FNAC y El corte inglés presentaron sus colecciones exclusivas o ediciones sólo disponibles en las tiendas de la franquicia. Y para acceder a éstas, la compra por internet ha sido crucial para que cada cinéfilo tenga en su videoteca los títulos que realmente desea. A todo ello, escandaliza saber que las tiendas o supermercados en ningún caso saben el material que tienen en sus almacenes y stocks: si 'pasan' de preguntar a los diferentes encargados o dependientes y empiezan a revisar uno por uno los dvds de los estantes, se encontrarán con reliquias descatalogadas. Más ejemplos: ¿no se han sentido estafados al comprar una edición en dvd de una película que meses más tarde se reeditó con mejor calidad y más contenidos? Y al revés: ¿no se han enfadado al ver que esa película que consideran imprescindible no existe o no se ha reeditado?

Pues lo peor está por llegar. El Blu-ray, que al principio ocupaba un par de estantes, ahora ha ganado terreno al dvd. Vaya, se trata de cambiar lo que ya cambiamos hace poco. Y encima pagando más. Mientras las estadísticas indican que cada vez se compran menos dvds, los responsables de editar las películas ya no saben si hacer una o mil y una versiones de un film: por eso Harry Potter tiene hasta seis ediciones de todas sus películas a la venta y La cinta blanca sólo una. Y no se engañen: a proporción, el joven mago no vende más copias que los niños de Haneke. Antes la solución era salomónica, pero el futuro está, después de tanta parafernalia, en unificar todas las ediciones en una. Prueba de ello son las ediciones españolas de Cisne negro y 127 horas: aunque sigue habiendo la distinción entre 'dvd' y 'blu-ray', en ambas se incluye la opción de copia digital y en ambas los extras están solamente en formato blu-ray. Resultado: con nuestro reproductor/lector de dvds sólo podemos acceder a un porcentaje de los contenidos de nuestro dvd, no a todos. Y el ejemplo sirve para esos dos casos, porque en las ediciones de Biutiful sólo el disco blu-ray tendrá material extra. Menudo lío, ¿no creen?


Estamos siendo invadidos por una incertidumbre muy peligrosa. ¿Para qué marear a los pocos compradores asiduos de películas? Ahora centrémonos en Valor de ley (nótese que en ningún caso se están citando películas antiguas, minoritarias o poco conocidas): en las tiendas francesas e italianas ya se puede adquirir, y en España no verá la luz hasta agosto. ¿Tiene sentido cuando en nuestro país el film de los Coen se estrenó al mismo tiempo respecto nuestros vecinos? Pero tampoco podemos echar mano de Amazon o Ebay: Cisne negro en Francia no tiene subtítulos españoles, Cisne negro en Italia no tiene subtítulos españoles... y ahora viene lo mejor porque Cisne negro en España tiene audio y subtítulos en múltiples idiomas, incluidos el original inglés, el francés, el italiano y hasta portugués (si seguimos así, pronto leeremos el swahili en las contraportadas de los dvds). La idea de que toda Europa tenga la misma edición en dvd y de que las opciones de audio sean inmensas no parece gustar a las distribuidoras, algo que en una sociedad globalizada y en la que el aprendizaje de lenguas es tan importante se plantea necesario. 


En resumidas cuentas... ¿en qué país de nuestra querida Comunidad Europea nos compramos Cisne negro?, ¿me apunto a cursos de idiomas para que la Portman hable la lengua que quiera sin importarme?, ¿organizamos viajes express y en lugar de traficar con drogas aplicamos el cuento a los dvds?, ¿empiezo a ahorrar para adquirir un reproductor Blu-ray? ¿paso del tema y directamente me descargo la película y la guardo en un disco duro externo? Puede parecer guasa, pero es verdad: ni con la mejor de las intenciones, ni interpretando la situación desde la perspectiva más optimista posible, el asunto deja de tener su enjundia ¿Que se venden pocos dvds? Pues menos aún deberían facturar quienes las editan. En esta dictadura del Blu-ray quien sale perdiendo es el cinéfilo, y en su defecto el cine que vale la pena comprar y recordar para siempre.

sábado, 25 de junio de 2011

Perdido en la Pampa: Crítica de UN CUENTO CHINO

Cada año llega a nuestras carteleras una película argentina que acaba convertida en éxito de taquilla. Y desde que llegase El hijo de la novia, que aguantó ocho meses en los cines españoles, muchos de esos títulos llevan el sello y la interpretación de ese señor tan tranquilo, tan especial, tan buen actor que es Ricardo Darín. Él es uno de los pocos casos en los que la aparición de un intérprete encierra un género en sí mismo; un tempo, un humor entre cotidiano y oscuro que se acopla al romance de El mismo amor, la misma lluvia, al thriller de pícaros Nueve reinas o al melodrama noir de El secreto de sus ojos. Si Darín es precisamente esa premisa, tal vez ese cliché de argentino medio, ligeramente atractivo, entre apático y de humor agudo, Un cuento chino cumple a la perfección las expectativas.  A ese rol perfectamente reconocible, reclamo comercial de la cinta, demostración de que el cine a veces es más la magia de un rostro que la complejidad de una historia, se le añade el factor asiático del título, y Darín pasa a ser uno de los miembros de esa extraña pareja, aparentemente antónima pero unida por la soledad, que forman el dueño de una ferretería y un hombre que acaba de perder a su novia. Entre ambos media una trama más simpática que divertida, que empieza y acaba sin estridencias, con pequeños insertos surrealistas que juegan con la fábula 'amélianizada'. Si en castellano un 'cuento chino' es una historia fantasiosa, una milonga contada con gracia, la película prefiere discurrir por territorios ya conocidos: no es la comedia de la temporada, pero tampoco el embuste que cita el DRAE. Resultado: un film agradable, claramente superior al resto de oferta veraniega, que acabará su vida comercial como uno de esos pequeños grandes sucesos que deberemos reseñar a final de año (y no sólo porque suba la cuota de cine hispano).


Nota: 6

jueves, 23 de junio de 2011

Una película cargante: Crítica de SCOTT PILGRIM VS. EL MUNDO

Siete novios a los que atizar y una historia que contar. 1. Es como si Tarantino rodase films para la MTV (nos consta que el director de Pulp Fiction colocó esta película en su lista de las mejores del año pasado). 2. Es como si un escritor de cómics manga crease para un público occidental y quisiese que sus viñetas fueran en tres dimensiones. 3. Es como si un grafitero rockero se enamorase y empezase a pintarrajear sin orden ni concierto cualquier muro que tuviese al alcalce. 4. Es como si Robert Rodríguez hubiese fusionado sus Spy Kids con cualquier pantalla de cualquier nivel de cualquier personaje del videojuego Street Fighter. 5. Es como si Michael Cera, carapalo escuchimizado y comprobado supersalido, quisiese mostrar su faceta megamolona intentando emular el superhéroe superconquistador indie que nunca será. 6. Es como si un productor de Hollywood, pensando qué hacer después de Kick Ass, hubiese encontrado la novela gráfica de Brian Lee O'Malley en la habitación de su hijo adolescente y le hubiese encasquetado el proyecto a un realizador cachondo y mediocre (Edgar Wright). 7. Es como si los chicles, los cds de música pop, las gameboys y demás consolas hubiesen armado una rebelión, alzándose, adquiendo formas humanas y rodando ellos mismos una historia que, a pesar de partir de una idea genial, acaba por aburrir. Cuando todos los rivales están en el suelo, y antes de sobreimprimirse el cartel de 'Game Over', uno deja de tocar los botones del mando pensando que Scott Pilgrim vr. el mundo (ojo: un fracaso de taquilla en España) es una comedia de acción simpática, llena de referencias y homenajes, parodias e influencias, que no acaba de canalizar su energía gamberra. Resulta tan pesada que en esa lucha entre partes enemistadas y ennoviadas dan ganas de entrar en el juego y 'mamporrear' la jeta del señor Cera. Puestos a obsesionarse por una chica de pelo multicolor, me quedo con la Clementine de ¡Olvídate de mí! Me pasé la última media hora pensando si Kieran Culkin es verdaderamente gay, así que imagino que los fotogramas no me interesaron demasiado. Pues eso: una película cargante.


Nota: 5

miércoles, 22 de junio de 2011

Po Returns: Crítica de KUNG FU PANDA 2

Esperaba bastante poco de Kung Fu Panda 2. La primera parte era una decente comedia de acción sobre un regordete panda reconvertido en nuevo héroe de la China imperial. Nada hacía presagiar que esa trama tuviese ni mucho menos necesitase una segunda parte, aunque visto lo visto la intención de los mandamases de la Dreamworks es completar una trilogía. Y quizás por esa falta de interés, el regreso del panda Po me ha resultado mucho más ameno que la primera película. Ahora el protagonista parece debatirse en un conflicto de identidad, el mismo que lleva afectando a la mayoría de superhéroes cinematográficos de la década. Así que Po, además de repartir leña, iniciará una búsqueda de sus orígenes hasta conocer cómo fue concebido y en qué circunstancias fue arrebatado de sus verdaderos padres. Él sigue igual de torpón, sigue necesitando la ayuda de sus compañeros de batalla, sigue causando gracia a los más pequeños. La historia, por lo tanto, viene a completar un primer film que por sí sólo ya era una unidad: si la película del 2008 explicaba los primeros pasos de Po en el mundo kung fu, aquí Po lucha por canalizar su 'fuerza interior' para convertirse en un guerrero experto. Kung Fu Panda 2, con permiso de los seguidores de la Pixar, es el modelo perfecto de 'entretenimiento animado familiar': una pelicula que no traiciona el espíritu de la historia anterior, que perfectamente puede ganar los Annie Awards que quiera e incluso el Oscar a la mejor cinta animada, que aspira a llenar las jugueterías de peluches panda, que no es una simple sucesión de efectos visuales con la excusa del 3D, que gustará a los padres y abuelos que acompañen al cine a su muchachada, y que tiene historia y personajes, algo bastante inusual. Una hora y media distraída entre pagodas, tallarines y animales saltarines: personalmente, prefiero el cine animado sin dobleces, sencillito, sin ínfulas de nada, que me entretenga durante un tiempo y luego olvide sin dificultad. Vaya, que Kung Fu Panda 2 dista de ser 'arte' (un reino lejano, superior a los paisajes asiáticos de ésta, en el que Miyasaki es el soberano), pero cumple las expectativas de creadores y audiencia. Para ver con palomitas y coca-cola.


Nota: 6'5

martes, 21 de junio de 2011

El canto del cisne: Crítica de ET APRÈS (AFTERWARDS, PREMONICIÓN)

 Dicen que los cisnes cantan minutos antes de morir, como si se despidiesen del mundo. Es un canto de alegría, nunca una elegía. Incluso hay algunas leyendas celtas que elevan el cisne a símbolo de la muerte: él es el animal encargado de acompañar las personas hacia el más allá. De niño, Nathan fue atropellado mientras intentaba salvar la vida de Claire, y por extraño que parezca ella logró salvarse y él volvió a la vida, sin más, después de pasar unos días en coma. Ahora Nathan vive en Nueva York, Claire es su ex-mujer y toda su vida se mueve en una constante anodina de reuniones, juicios, cafés y apatía. Eso hasta que un extraño médico irrumpe en su oficina para trasegar toda su existencia. Es entonces cuando Nathan recuerda partes de su pasado al entrar en contacto con gente que está a punto de morir. Nunca entenderemos el macabro juego del doctor hasta el final. ¿El destino ha decidido que Nathan muera, dejando sus relaciones personales y laborales en suspenso? ¿El azar ha querido que Nathan se reencuentre con una antigua amiga para rehacer todo aquello que pendía de un hilo? O, y esta es la posibilidad más surrealista, más mística, que plantea la historia de Et après: ¿es Nathan el mensajero, el guía, el cisne encargado de guiar hasta el ocaso a sus seres más allegados?


Con estos planteamientos, no cuesta sentirse atraído hacia el esoterismo urbano de Et après, aunque desde el primer momento da la sensación de tratarse de un guión mil veces descartado, guardado en el cajón de muchos productores durante años y al final ejecutado con un plantel de actores cuanto menos inquietante: a la siempre turbia presencia de John Malkovich hay que añadirle una Evangeline Lilly empeñada en no abandonar el registro misterioso que ya cultivó en Perdidos (Lost), además de un Romain Duris perdido en la gran manzana y en el idioma (nunca nos acostumbramos a escucharle en un inglés tan impostado y defendiendo un personaje tan antipático, anodino, sin demasiada acción, que la trama maltrata al negarle escenas de lucimiento dramático). Et après siempre funciona como una buena idea al servicio de una película mediocre, sin demasiado estilo, titubeante a la hora de revelar el misterio, totalmente impersonal al alargar hasta cuotas peligrosas un final más plausible que espectacular, en parte decepcionante. Et après tiene la magia de las rarezas cinematográficas, y con eso hay que temer que el film se quede en el limbo de la fama, rodeado de esa aureola dorada que baña la silueta de aquellos que van a perecer: es una película poco comercial, difícil de vender, a caballo entre muchos géneros y destacable en pocos registros. Un hecho al que se añade el reciente éxito de Más allá de la vida, la experiencia extrasensorial de Clint Eastwood. En esa película, la protagonista, como ocurre en Et après, es francesa. Lástima que aquí la nacionalidad del personaje de un tanto igual, demostrando que Et après es, pasada su excelente premisa, una historia precipitada, incompleta, discutible; suficiente, eso sí, para asegurar una tarde de intriga sobrenatural.


Nota: 5

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lunes, 20 de junio de 2011

Una bala en la frente: Crítica de MICMACS (MICMACS À TIRE-LARIGOT)

EL MIMO CHATARRERO QUE TENÍA UN PERDIGÓN EN EL TARRO
Jeunet se ha vuelto a rebanar los sesos para sacar de su bizarra madriguera estos Micmacs tan personales, visualmente impecables, rimados con frases hechas y construidos con aparatos de latón. También ha vuelto a París y ha rescatado a sus actores estrella para contarnos su particular disparate sobre la industria armamentística, un juego del gato y el ratón urdido por unos simpáticos personajes que viven en una galería llena de polvo e inventos reciclados a orillas del Sena. La novedad es Dany Boon, recién llegado al universo Jeunet, que brilla como el Chaplin, el Buster Keaton, el mimo mudo del director más visionario de Francia. Boon, que lleva el explosivo en el mismisímo apellido, es la quintaesencia de la reciente comedia francesa y aquí interpreta a Bazil, un adorable trabajador de videoclub con una bala en la sesera. Micmacs divierte por él y  por todas las excentricidades que le rodean: esa particular forma de comerse los quesitos, sus muecas cada vez que tiene jaqueca, sus tardes de espía en los tejados parisinos, los descacharrantes planes de su tropa para desquiciar a los traficantes de armas. Jeunet demuestra una vez más su condición de niño prodigio con una película que entra por la vista y en sus adentros es una crítica a todos los señores de la guerra que se enriquecen a costa de la muerte de inocentes. Ahora bien: si ponemos en fila toda la filmografía del francés, junto a la muela de Marilyn Monroe y las uñas de Winston Churchill, Amélie en primer lugar y luego Delicatessen siguen siendo las mejores paranoias de la franquicia. Micmacs quizás se dispersa hacia el final y su imaginario no resulta tan agréable et charmant, drôle et fou. Ni arrebata ni impacta, pero sí divierte. Suficiente para poner fin a la que ha sido uno de los títulos más esperados, estrenado en España un año y medio más tarde respecto su première francesa. Aunque si eres uno de esos a los que les enervó el romanticismo de Amélie, ésta es tu película.


El homenaje: Jeunet recuerda The Big Sleep y Boon se sabe los diálogos al dedillo. Los títulos de crédito iniciales también son un alarde de nostalgia cinéfila. No costaría imaginar Micmacs en blanco y negro, ¿no creen?

La escena: Dominique Pinon dispuesto a superar el récord guinness en salto de altura.

Autoreferencia: Si Amélie se encontraba con su amor en una estación de metro, aquí es la estación de tren de la capital el escenario de una de las jugarretas de los Micmacs.


Nota: 6

domingo, 19 de junio de 2011

Sobre ALMODÓVAR y EL DESAPEGO

Hace poco nos enterábamos por las redes sociales que La piel que habito llegará antes a las salas francesas (17 de agosto) y británicas (24 de agosto) que a las españolas (2 de septiembre). Este hecho no resulta extraño por sí solo, pero sí es cuanto menos sospechoso si tenemos en cuenta que la estrategia o la dejadez de retrasar el estreno de la película local más esperada del año viene a romper toda la tradición que rodeaba los films de Almodóvar: esto es, estreno español en primavera, lanzamiento en Cannes y posterior comercialización a todos los países, hasta llegar a los Estados Unidos para subirse a la siempre complicada carrera por el Óscar. Antes incluso de que sepamos la verdadera piel que esconde y cubre la nueva ficción del manchego, hay que preguntarse qué está sucediendo con La piel que habito. Tenemos muy pocas imágenes de la película, apenas un amago de tráiler que en verdad son treinta segundos de una de las escenas (intuimos) más importantes de la trama. Almodóvar aseguró que ni se planteaba estar en Cannes, pero hay que ser demasiado ingenuo para creerse tal afirmación. El director también alegó retrasos por el difícil rodaje y posterior montaje de la cinta, algo que cada día pierde fiabilidad. Las declaraciones de Agustín Almodóvar diciendo que 'actuarían como una major americana' como reacción al fracaso de la primera propuesta de la llamada Ley Sinde siguen en el ambiente después de que los dos hermanos hayan vuelto a formar parte de la Academia con la entrada en la presidencia de Enrique González Macho. La supuesta intención de El Deseo de mantener en secreto cualquier detalle de la cinta para mantener el secretismo, asegurar una aceptable taquilla e impedir el rápido pirateo del film pierde fuelle: en el momento que tu película se proyecta en Cannes, es imposible que el film siga virgen con las crónicas de los críticos, los comentarios de los allí reunidos, las diferentes webs que, incluso, revelan datos clave de la trama (a servidor ya le han destripado el final de El árbol de la vida: cosas de leer y al mismo tiempo intentar no leer, o cómo mantenerse informado lidiando con los spoilers). Quizás todo esto sean meras especulaciones de un cinéfilo o fan impaciente, pero en mi cabeza se plantean ideas tan locas como hilarantes: de viajar a París a finales del verano uno podría ver la película antes que en el cine de su localidad; incluso no sería raro que La piel que habito rondase antes por Pelisyonkis con copias screener subtituladas en francés o en inglés que en las salas comerciales.


A todo esto le precede un factor que tarde o temprano tenía que salir a la superficie: el desengaño reconvertido en desapego por parte del equipo de Almodóvar hacia España, país que hace mucho tiempo dejó de ser su principal motor económico y de premios. Subyacen cuestiones como la piratería, las ganas por potenciar en otros mercados las carreras de Elena Anaya o del ya consagrado Antonio Banderas y un largo etcétera, pero el epicentro de este nuevo episodio del eterno culebrón almodovariano está en ese desencanto hacia lo propio, dando fe de que uno nunca es profeta en su tierra aunque sus películas sean en su dramatismo y en su esperpento eminentemente españolas. A ese desapego hay que sumarle otro: el de la prensa local, día a día más sensacionalista e hiriente que, fiel a los tiempos revolucionarios que corren, se encargó de tirar por los suelos la película de nuestro exponente más internacional. Carlos Boyero, voz disidente por defecto, ha recibido esta vez la compañía de otros cronistas de otros periódicos, olvidando que La piel que habito salió de la Croisette con dos premios que, sean mayores o menores, no dejan de ser premios (o lo que es lo mismo, un logro de suma importancia para una cinematografía como la nuestra, como las tan injustamente vilipendiadas carreras de Penélope Cruz o Javier Bardem). Sin duda, tanto por parte del director como de quienes deben valorar su trabajo se echa en falta ese chovinismo (justificado o no) que cultivan en Francia, país donde la fidelidad a sus realizadores predilectos ha llevado a Almodóvar a una primera línea que en España es inexistente.


A estas alturas parece un ejercicio imposible pedir que cada película de Almodóvar sea lo que es: una película. Cada una de sus obras lleva detrás de sí una polémica y cuando tengamos que valorar en conjunto o por partes su obra nadie podrá mantenerse ajeno a sus encuentros y desencuentros con la Academia, a esa manía persecutoria española de hacer naufragar cualquier barco que lleve la bandera del éxito, a esa Palma de oro esquiva que acabará seguramente en premio honorífico. La trayectoria de La piel que habito, lo nuevo, lo último de Almodóvar, aún sigue a medio escribir. Habrá que esperar a los más que plausibles pases veraniegos para los miembros de la Academia, a lo que dará de sí la preselección para los Oscar fijada para mediados de septiembre, a la recepción del público de a pié (el mismo que no conectó con Los abrazos rotos, pero que encumbró Volver a la cima de las más vistas durante dos semanas consecutivas). Mientras, sigue ese runrún mediático con tendencia al pesimismo que ya presenta algunas tónicas habituales (esas escenas que, dicen, son graciosas y deberían ser dramáticas; la unánime celebración por la banda sonora de Alberto Iglesias; el impacto del último plano de la película, un cruce de miradas femenino, etc.). No se trata ni de defender ni de desterrar a Almodóvar, cineasta que se defiende y para otros se desacredita solo, sino de valorar con la mirada limpia, sin prejuicios, con profesionalidad y rigor una película capaz de eclipsar a todos los estrenos del año. Veremos qué sucede ese 2 de septiembre, aunque para entonces el desapego ya será evidente y puede que mayor si no se cumplen las expectativas.

viernes, 17 de junio de 2011

Paisaje emocional: Crítica de LA MITAD DE ÓSCAR

A Manuel Martín Cuenca no lo teníamos catalogado como un artista de cine contemplativo y callado, aunque sus anteriores La flaqueza del bolchevique y Malas temporadas no fueran in strictu sensu dramas o comedias puras, cine social o thrillers, géneros reconocibles en los que sí ha discurrido el último cine de Bollaín o León de Aranoa. La mitad de Óscar viene a reivindicar y reinventar toda la pequeña pero potente cinematografía de Martín Cuenca, y el cineasta nos dice que nos habíamos equivocado al situarlo en corrientes más habituales, cauces principales de un cine español bastante disgregado. Martín Cuenca es más un pequeño afluente que el río dominante de una cinematografía que vive de sus grandes autores (a los anteriores, los siempre omnipresentes Almodóvar y Amenábar); y defendiendo su condición de satélite, nunca de astro rey, y tras sus devaneos con el documental histórico, ha filmado una película que es un regalo envenenado, que se acoge a una tradición europea de cine de autor totalmente libre, también difícil para los no iniciados, plenamente consciente de concursar en una segunda división comercial sin pensar en la taquilla. Aunque La flaqueza del bolchevique, tan reivindicada, en su día no recaudó más de 400.000 euros. Vaya, que como espectadores algo hemos hecho mal con Martín Cuenca. Por eso La mitad de Óscar desconcierta desde el primer momento y nos abandona en la más absoluta desolación y perplejidad: en ningún momento esperábamos una película en la que hay más intuiciones que diálogos, más siluetas que personajes, más sospechas que una historia con todas sus letras. Un film de mitades, nunca de totalidades.


La mitad de Óscar crea suspense con poquísimos recursos. Tres partes en las que vemos tres personajes. Un paisaje exuberante y rocoso se convierte en la exteriorización de unos sentimientos que ningún personaje verbaliza. Nunca sabremos qué ocurre con esos seres tan cerrados, cuáles son sus reproches, qué ocurrió en el pasado, qué motivos justifican su excéntrica actitud. Como avisa su título, la película es la parte disgregada de una trama, como si la película empezase a mitad de una historia y nunca se nos contase lo ocurrido anteriormente. Por eso el film requiere de espectadores pacientes que sepan rellenar los vacíos y cargar de semántica cada mueca y frase de los personajes. Así uno nunca sabe si ese paseo por las montañas es una huida, un reencuentro, una metáfora, un flashback; si el novio francés es el malo de la película o la encarnación del propio espectador al no entender nada de lo que ocurre entre los dos hermanos. No sabemos si es porque nos ha cogido desprevenidos o porque sus fotogramas realmente tienen propiedades hipnóticas, pero La mitad de Óscar es una película que no se olvida con facilidad, de la que a uno le gustaría saber más de lo que ocurrió antes y de lo que ocurrirá después. Sobre el papel, narra el reencuentro de dos hermanos con motivo de la muerte de su abuelo después de muchos años; en la práctica, es mucho más. Seguramente nadie se acordará de ella cuando se tenga que destacar el mejor cine español del 2011, pero La mitad de Óscar es lo suficientemente enigmática y perversa para aguantar en las crónicas de la cinefilia más combatiente. De momento, el plano del amanecer, con un diálogo en penumbra, hace méritos para ser la escena del año.


Nota: 7

miércoles, 15 de junio de 2011

¡EMPIEZA EL DIRECTED BY 6!

¡15 DE JUNIO!

Ahora toca ESCRIBIR...


Y LEER...


El Directed by lo hacemos todos entre todos y para todos. Cualquier idea puede ser la base de una obra, por muy tonta que parezca. Anímate a crear tu propia película.

Bridget Jones, bloggera obesa, pensando su obra para el Directed by 6

Sigue el festival en FACEBOOK y TWITTER.
Escribe a directedby6@hotmail.es para mandar tus inquietudes, preguntas, material promocional, obras o cualquier cosa que quieras relacionado con el festival. 

Ahora sí, digan...



... ¡al DIRECTED BY 6!

Mañana: REGLAMENTO DEL DIRECTED BY 6

en el blog

http://directedby6.blogspot.com/

Mientras, tomen este consejo...



... ¡y a escribir se ha dicho!

martes, 14 de junio de 2011

CINERANKING: PUNTUAMOS 20 ESTRENOS DEL 2011

Como ya habíamos comunicado a los concursantes del Cineranking vía mail, esta vez ha sido imposible crear un ranking como todos los meses. Seguro que a lo largo del verano tendremos más notas. De momento, tenemos las primeras valoraciones de los últimos estrenos. ¿Qué opináis de lo nuevo de Jack Sparrow y los 'hombres X'? Voilà!

LA MEJOR VALORADA:


X-MEN: PRIMERA GENERACIÓN
Nota media: 8 Votos recibidos: 3

RIO
Nota media: 7'67 Votos recibidos: 6

MIDNIGHT IN PARIS
Nota media: 7'2 Votos recibidos: 5

SIN IDENTIDAD
Nota media: 7 Votos recibidos: 3


CÓDIGO FUENTE
Nota media: 7 Votos recibidos: 3

HANNA
Nota media: 7 Votos recibidos: 1

PEQUEÑAS MENTIRAS SIN IMPORTANCIA
Nota media: 7 Votos recibidos: 1

SIN LÍMITES
Nota media: 6'8 Votos recibidos: 5

SCREAM 4
Nota media: 6'67 Votos recibidos: 6


THOR
Nota media: 6'67 Votos recibidos: 3

SUCKER PUNCH
Nota media: 6'5 Votos recibidos: 4

EL CASTOR
Nota media: 6'5 Votos recibidos: 2

A TODO GAS 5
Nota media: 6'25 Votos recibidos: 4

PIRATAS DEL CARIBE 4
Nota media: 6 Votos recibidos: 6


AGUA PARA ELEFANTES
Nota media: 6 Votos recibidos: 3

LA LEGIÓN DEL ÁGUILA
Nota media: 6 Votos recibidos: 2

INSIDIOUS
Nota media: 6 Votos recibidos: 1

SOY EL NÚMERO 4
Nota media: 5'2 Votos recibidos: 5

CAPERUCITA ROJA
Nota media: 4'5 Votos recibidos: 2

LA PEOR VALORADA:


JUSTIN BIEBER: NEVER SAY NEVER
Nota media: 1 Votos recibidos: 1

lunes, 13 de junio de 2011

Una película incómoda: Crítica de LA VERGÜENZA

Es poco común encontrar películas españolas de la intensidad, la claustrofobia, el guión tan bien enlazado de La vergüenza. Esta es una historia que nos obliga a plantearnos muchas cuestiones: es una película política que viene a destapar todas aquellas cosas que no decimos por medio y vergüenza, pero que pensamos, sentimos y sufrimos cada día. Una escenografía estudiadísima, una economía de medios impecable para tratarse de una ópera prima y una gran dirección de actores (Alberto San Juan se come la pantalla) convierten a La vergüenza en una de las películas locales más atractivas del 2010, la deuda pendiente que tenía pendiente este blog tras haber visionado todos los títulos de los Goya 2010. Dos padres dudan en devolver a su hijo adoptado Manu, un niño peruano de ocho años, nacido en una familia desestructurada y con un pasado de hogares de acojida a sus espaldas. El tema de por sí resulta inquietante, muy lejos de la estampa de felicidad familiar que parece rodear cualquier proceso de adopción. La película se convierte con esta premisa en una especie de relato de violencia doméstica que nos obliga a replantearnos muchas cuestiones y que logra incomodarnos desde los sillones de nuestros hogares. Una historia subversiva, de diálogos tensos, de pequeñeces caseras que esconden grandes problemáticas sociales. Por momentos el debutante David Planell fuerza las costuras de su historia y no acaba de funcionar la trama que concierne a Rosa, la mujer que ayuda al matrimonio en las tareas del hogar, pero el recurso sí funciona para que el mensaje, la moraleja de La vergüenza llegue con la fuerza de una sacudida honda (en el film, una metafórica fuga de agua para sellar la calma precedida de tanta contención y tormenta). El llamado cine social español debería seguir la senda de películas como esta: propuestas de una coherencia visual indudable, la mano firme de un realizador que sabe qué historia quiere contar y cómo abordarla, y un discurso moderno capaz de plantear interesantes debates. Nos falta contexto para saber hasta qué punto el film es fiel a los costosos procesos de adopción, aunque sí resulta totalmente cercana la descripción de la generación nacida a finales de los 70 - principios de los 80, hijos de la Transición, que en el fondo siguen siendo niños escondidos en el cuerpo y tomando responsabilidades de mayores. Aunque no es una historia de buenos o malos: todos los vértices del triángulo merecen su segunda oportunidad. Con el permiso de Tres dies amb la família, la justa ganadora del Festival de Málaga 2010.


Nota: 7'5

domingo, 12 de junio de 2011

Irán, años 50: Crítica de WOMEN WITHOUT MEN

Women without men cuenta la historia de cuatro mujeres que rompen los esquemas del Irán de los años 50. Se rebelan y a su manera intentan independizarse del yugo masculino. En las calles, una revuelta contra la intervención en el país de Inglaterra llena aún más de incertidumbre la vida de las protagonistas. La directora se distancia de cualquier recreación histórica y se centra en sus criaturas, situándolas en jardines bucólicos y escenarios oscuros. No puede negársele a Women without men una estética bien equilibrada. Aún así, la historia es totalmente inconsistente. El film se forma de la unión de diversos pasajes que en la novela de base seguramente tenían mayor cohesión. Sus imágenes en ralentí, más que remarcar la depresión de los personajes, vienen a languidecer la película, y sus silencios resultan exasperantes. Todo en Women without men resulta soñoliento y alicaído: da la sensación de que todas las escenas duran más segundos de lo habitual y conveniente. Hacía tiempo que no me medio dormía con una película, pero Women without men es tan lenta, se recrea tanto en su lírica vacía, el devenir de sus mujeres resulta tan anodino que no queda más opción que echar una cabezadita. En contra de la emoción que sintió Ang Lee en el Festival de Venecia 2009 al verla, donde recibió un injusto y oportunista premio al mejor director, el film me deja frío, más bien indiferente. Ni entiendo ni quiero entender: sencillamente uno no conecta con lo que le están contando. Se queda muy lejos de A las cinco de la tarde, Los limoneros o Las tortugas también vuelan, todas ellas iraníes, alegatos más sólidos contra el conservadurismo moral y político; porque, a pesar de la belleza de algunos de sus fotogramas, a Women without men le falta narrativa y le sobra poesía.


Nota: 4

viernes, 10 de junio de 2011

SIEMPRE NOS QUEDARÁ EL CINE FRANCÉS

Viendo los estrenos que llegarán a las salas este verano, uno piensa que la oferta de los multicines va de mal en peor. Tendremos películas de superhéroes, los blockbusters de turno, las películas animadas de todos los años... ¿y dónde queda el cine en mayúsculas? Seguramente en el cine francés, porque no hay nada que pueda refrescar más estos días que ver Micmacs, lo nuevo de Jean-Pièrre Jeunet, Una mujer en África de Claire Denis con Isabelle Huppert, el drama Las manos en el aire, la singular Mammuth (nominada al César a la mejor película) o el thriller Farewell. Películas que veremos si finalmente no se aplazan sus fechas de estreno, algo que ya ha sucedido con muchos títulos. No sé si es porque mi francofilia me ciega, pero realmente el cine francés está salvando la cosecha del 2011: de lo ya visto, Mademoiselle Chambon, Tournée, El árbol, Le père de mes enfants o Potiche figuran entre lo más interesante.  Sin contar L'illusioniste, desgraciadamente inédita en  España. (como À l'origine, Illégal y un largo etcétera). Además, Pequeñas mentiras sin importancia, a pesar de sus casi dos horas y media de metraje, está siendo un pequeño gran éxito en los cines de nuestro país, siguiendo la estela de Nada que declarar. Y a todo esto se suma lo mucho que se ha hablado de Carlos, la película-serie de televisión del cada vez más grande Olivier Assayas. Aunque no goce de promoción (el caso de Bebés, La marca del ángel o Versalles, estrenadas de tapadillo), el cine francés tiene su público y no sería raro que alguno de estos nombres dominase en los próximos días esos circuitos paralelos liderados por los Verdi y Renoir. Mientras esperamos The Artist, El niño de la bicicleta o Polisse, todas ellas premiadas en Cannes 2011, el cine francés es el único antídoto posible a cosas como Kung Fu Panda 2, Resacón 2 ¡Ahora en Tailandia!, Cars 2, Conan, Los pitufos y demás. Hasta que no empiece el curso escolar (y, en cierta manera, el cinematográfico) con La piel que habito (fijada para el 2 de septiembre) y el Festival de Venecia, y dejando aparte las italianas La prima cosa bella y Le quattro volte, sólo nos queda el cine francés para sobrevivir al estío, ya sea viajando a las capitales o por la cada vez más honrosa vía de la descarga. Porque el verano, por imposiciones climáticas y económicas, siempre es sinónimo de cine mediocre. Una pena, ¿no creen?

jueves, 9 de junio de 2011

Las películas de mi padre: Crítica de LE PÈRE DE MES ENFANTS (EL PADRE DE MIS HIJOS)

A Marcel: si t'ha agradat la pel·lícula, segur que t'entusiasmarà la també francesa Las horas del verano (Olivier Assayas, 2008).  Ja em diràs. Bon estiu!

LA VIDA Y EL CINE
En los títulos de crédito de Le père de mes enfants, un París en plena actividad ve cómo los coches inundan las carreteras y cómo la gente llena las aceras mientras los carteles de dos películas francesas, Parlez-moi de la pluie y L'empreinte de l'ange, se insertan en el mobiliario, la estética, la esencia de una ciudad que es un icono cinematográfico. Efectivamente, la película habla del séptimo arte en un juego de 'cine dentro del cine' nunca visto hasta ahora. Los fotogramas de Le père de mes enfants están repletos de carteles de películas, algunas reales, otras ficticias, para establecer un curioso homenaje al cine como modo de vida y modo de ver la vida. Ya casi nadie se atreve a hacer películas para los cinéfilos, con sus referencias, con sus homenajes, describiendo el cine como oficio, mostrando la vida que antecede a las imágenes en la pantalla grande, las personas que se esconden detrás de los nombres que leemos en los títulos de crédito; Le père de mes enfants toma ese riesgo y logra una película muy comedida, sobria, dividida en dos partes de simbólica vida y muerte, sustentada en el diálogo, nada evidente en sus momentos dramáticos y capaz de lograr una complicidad increible con el espectador a la hora de describir el hogar de una familia cualquiera con un patriarca de profesión peculiar: la de producir films, mirando más por el arte que por la economía. Las películas como objetos y como hijos, el cine como excusa y como todo,  la familia y el cine como partes a veces incompatibles de una misma existencia, una dirección de actores espléndida y un auténtico festín para aquél que se considere cinéfilo: puede que a Le père de mes enfants le pierdan ciertos subrayados, y aún así es uno de los pocos films que nadie debería perderse de este 2011. Es una película que da para muchas más líneas y posts, pero es mejor que lleguen vírgenes al film para disfrutarlo en toda su dimensión. Sólo diré que es de esas historias que quizás no impactan desde el primer momento pero que devienen casi imprescindibles cuando las vuelves a ver varias veces. Mia Hansen-Love hizo Le père de mes enfants como tributo al productor de su anterior proyecto, muerto de forma inesperada; ahora el cine debería acordarse de la película y hacer que esa Moon Films que en la ficción se debate entre la ruina y el drama familiar sea una realidad. Eso para completar las relaciones entre la vida (por, para, en) y el cine.


Nota: 7'5

martes, 7 de junio de 2011

PRIMERA PREDICCIÓN DE LOS PREMIOS GOYA 2012

Si al final 2011 no es el año del cine español, será para ponerse las manos sobre la cabeza y encender las luces de alarma. La temporada otoñal se presenta excelente para nuestro cine, en calidad y en cifras de taquilla. Vuelven los grandes autores: Almodóvar a la cabeza, pero también Zambrano, Urbizu y De la Iglesia. Es difícil adivinar en junio por dónde irán los tiros de los venideros Goyas 2012, pero ya se intuyen algunas constantes:

- La piel que habito debería volver a Almodóvar a la primera línea de las nominaciones después de que los académicos tratasen injustamente Los abrazos rotos. Antonio Banderas podría tener su cuarta nominación al Goya y la primera opción seria de llevarse el cabezón; Marisa Paredes también tendrá su nueva oportunidad goyesca; y Jan Cornet y Blanca Suarez son baza seguro como intérpretes revelación.

- Si olvidamos Blancanieves de Pablo Berger, Canción de Katmandú de Icíar Bollaín y Mortadelo y Filemón 3 de Miguel Bardem, que seguramente serán parte de la cosecha del 2012, se espera que Verbo de Chapero-Jackson sea un fenómeno en las salas. Jaume Balagueró tiene su primera opción seria de figurar en las categorías reina, y Urbizu vuelve por la puerta grande con posibilidad de mejorar las pocas nominaciones de las anteriores La caja 507 y La vida mancha.

- A día de hoy la gran duda es La voz dormida. Zambrano, autor de la muy recordada Solas, filma su particular episodio de la Guerra Civil adaptando una novela de Dulce Chacón. Pero... ¿el film será una Las 13 rosas o más bien un capítulo alargado de una serie televisiva? Si acaba imponiéndose la primera opción, puede ser uno de los grandes nombres de los Goya 2012, con posibilidad de encumbrar a Inma Cuesta y María León.

- Siempre es una incógnita saber en qué categoría se promocionarán los distintos actores. ¿José Mota será, pese a todo, revelación por La chispa de la vida? ¿Cómo quedará asignado el reparto de Los Pelayo o El Capitán Trueno y el Santo Grial?


- 2011 marca la internacionalización definitiva de nuestro cine. Ya hemos tenido ejemplos de ello en anteriores entregas (Agora, Los otros, La vida secreta de las palabras, etc.). Y en relación a esto, el producto de terror y ciencia ficción español se consolida, incluso La piel que habito ha sido catalogada como un relato terrorífico. El enigma es saber qué repercusión mediática tendrán Intruders de Fresnadillo, The Impossible de Bayona y, si al final llega a la carrera, Red Lights de Rodrigo Cortés: films con directores españoles, guionistas españoles, rodados en parte en territorio español... ¿se imaginan ver nominados al Goya a McGregor, De Niro, Owen o Watts?

- Y finalmente: ¿qué tres films se promocionarán para representarnos a los Oscar 2012? También la lluvia despegó el año pasado en septiembre y fue protagonista hasta enero, cuando llegó a estar en la lista de las 9 preseleccionadas al oro. La piel que habito tiene lógica ventaja: el nombre de Almodóvar pesa y es la única película española que se ha visto fuera de España y cuyo aparato comercial ya ha comenzado. Pero no deberíamos descartar que la Academia se apuntase alguna excentricidad y recuperar títulos de la pasada temporada: por fechas, los que tienen más posibilidades son Entrelobos y Chico y Rita (esta última debería promocionarse para el Oscar al mejor film animado). Y como El orfanato fue nuestra representante en el 2007, no sería raro que Lo imposible o Mientras duermes, films de género con muchas posibilidades de éxito, estuviesen en la lista. Será vital saber qué películas se proyectarán para los académicos durante agosto y septiembre. Y también qué películas llegan al Festival de Venecia (el año pasado fue Lope), qué otras se quedan en San Sebastián (donde se coció el éxito de Pa Negre) o Sitges, y qué nuevos títulos sorpresan se añaden a la nómina de favoritos.

Tienen la quiniela definitiva del blog de LOS PREMIOS GOYA 2012 AQUÍ



MEJOR PELÍCULA
La piel que habito
No habrá paz para los malditos
Mientras duermes
La voz dormida
Lo imposible (The Impossible)
Intruders (Intrusos)
La chispa de la vida
Cinco metros cuadrados
Primos
El Capitán Trueno y el Santo Grial


MEJOR DIRECTOR
Pedro Almodóvar, por La piel que habito
Enrique Urbizu, por No habrá paz para los malditos
Benito Zambrano, por La voz dormida
Jaume Balagueró, por Mientras duermes
Álex de la Iglesia, por La chispa de la vida
J.A. Bayona, por Lo imposible (The Impossible)
Juan Carlos Fresnadillo, por Intruders (Intrusos)
Max Lemcke, por Cinco metros cuadrados
Antonio Hernández, por El Capitán Trueno y el Santo Grial
Eduard Cortés, por Los Pelayo


MEJOR DIRECTOR NOVEL
Eduardo Chapero-Jackson, por Verbo
Kike Maíllo, por Eva
Paula Ortiz, por De tu ventana a la mía
Maxi Valero, por El hombre de las mariposas
Vicente Villanueva, por Lo contrario al amor
Oriol Capel, por No lo llames amor... llámalo X


MEJOR ACTOR PROTAGONISTA
Luis Tosar, por Mientras duermes
José Coronado, por No habrá paz para los malvados
Antonio Banderas, por La piel que habito
Fernando Tejero, por Cinco metros cuadrados
José Mota, por La chispa de la vida
Sergio Peris Mechera, por El Capitán Trueno y el Santo Grial
Miguel Ángel Silvestre, por Los Pelayo o Verbo
Clive Owen, por Intruders (Intrusos)
Sam Shepard, por Blackthorn (Sin destino)
Ewan McGregor, por Lo imposible (The Impossible)


MEJOR ACTRIZ PROTAGONISTA
Elena Anaya, por La piel que habito
Marta Etura, por Mientras duermes
Inma Cuesta, por La voz dormida
Malena Alterio, por Cinco metros cuadrados
Begoña Maestre, por Arriya (La piedra)
Maribel Verdú, por De tu ventana a la mía
Leticis Dolera, por REC 3 (Génesis) o De tu ventana a la mía
Manuela Vellés, por Secuestrados
Salma Hayek, por La chispa de la vida
Natasha Yarovenko, por El Capitán Trueno y el Santo Grial


MEJOR ACTOR DE REPARTO
Jorge Bosch, por Cinco metros cuadrados
Alberto San Juan, por Mientras duermes
Antonio de la Torre, por Primos
Raúl Arévalo, por Primos
Fernando Tejero, por La chispa de la vida
Lluís Homar, por Los Pelayo, No tengas miedo o Eva
Eduard Fernández, por Los Pelayo
José Luis Gómez, por La piel que habito


MEJOR ACTRIZ DE REPARTO
Marisa Paredes, por La piel que habito
Petra Martínez, por Mientras duermes
Geraldine Chaplin, por ¿Para qué sirve un oso?
Magaly Solier, por Blackthorn (Sin destino)


MEJOR ACTOR REVELACIÓN
Jan Cornet, por La piel que habito
Adrián Lastra, por Primos o Fuga de cerebros 2
Kiko Rivera, por Torrente 4: Lethal Crisis
David Janer, por Águila Roja: La película


MEJOR ACTRIZ REVELACIÓN
Alba García, por Verbo
Inma Cuesta, por La voz dormida, Primos o Águila Roja: La película
Blanca Suárez, por La piel que habito o Los Pelayo
Michelle Janer, por No tengas miedo o Extraterrestre
Oona Chaplin, por ¿Para qué sirve un oso?
María León, por La voz dormida
Helena Miquel, por No habrá paz para los malvados
Ana María Polvorosa, por No lo llames amor... llámalo X
Sara Casasnovas, por Arriya (La piedra)


MEJOR GUIÓN ORIGINAL
Michel Gaztambide, por No habrá paz para los malvados
Pablo Remón y Daniel Remón, por Cinco metros cuadrados
Randy Feldman, por La chispa de la vida
Jaume Balagueró y Alberto Marini, por Mientras duermes
Sergio G. Sánchez, por Lo imposible (The Impossible)
Jaime Marqués y Nicolás Casariego, por Intruders (Intrusos)
Daniel Sánchez Arévalo, por Primos


MEJOR GUIÓN ADAPTADO
Pedro Almodóvar, por La piel que habito
Ignacio del Moral y Benito Zambrano, por La voz dormida
Pau Vergara, por El Capitán Trueno y el Santo Grial

MEJOR BANDA SONORA
Alberto Iglesias, por La piel que habito
Lucio Godoy, por Blackthorn (Sin destino)
Bingen Mendizábal, por Arriya (La piedra)
Mario de Benito, por No habrá paz para los malvados
Lucas Vidal, por Mientras duermes

MEJOR FOTOGRAFÍA
José Luis Alcaine, por La piel que habito
Unax Mendía, por No habrá paz para los malvados
Gaizka Bougeaud, por Arriya (La piedra)
Javier Salmones, por El Capitán Trueno y el Santo Grial
Pablo Rosso, por Mientras duermes
Pedro J. Márquez, por Secuestrados


MEJOR PELÍCULA DOCUMENTAL
Morente
Guest
La noche que no acaba


MEJOR PELÍCULA DE ANIMACIÓN
Copito de nieve, el gorila blanco
El apóstol
Goleor, la balanza y la espada