domingo, 26 de junio de 2011

LA DICTADURA DEL BLU-RAY

Que en España los dvds se editan mal y tarde no es ninguna novedad. En un país en el que cualquier periódico te regala una película las distribuidoras no cuidan los cofres oficiales de sus films. Debe ser que me encanta el cine pero que soy poco o nada mitómano; la cuestión es que el tema de los extras y los audiocomentarios me suele traer sin cuidado, por lo que siempre opto por comprarme las más económicas ediciones sencillas. Si tenemos en cuenta los blockbusters editados con varios discos de contenido adicional, creo que hemos olvidado que el importe del artículo debe corresponderse al precio que se merece la película, no los adornos, afiches, dossiers o demás contenidos que esconda la cajita. Salvo excepciones, se produce el caso de que la película con más extras suele corresponderse con el peor film de toda la tienda, algo que vuelve a demostrarme que la estrategia de incluir curiosidades paralelas a la película de turno en los dvds no tiene nada que ver con el cine. Al final para lo que han servido los extras es para tener delante de nuestras narices varias versiones de la misma película, y seguro que más de uno habrá visto a algún incauto llevándose a casa la edición que no quería. Todo un mundo que vino con el dvd y que ahora podría estar en peligro.

No me extraña que haya nostálgicos que reivindiquen el VHS de toda la vida. Primero tuvimos que acostumbrarnos al dvd, de mucha mejor calidad. Luego a esas ediciones sencillas y simples que nos obligaban a leer la letra pequeña del reverso de las cajitas. Muchas películas no superaron el paso de un formato a otro, y sigue escandalizando el número de películas que no están editadas en nuestro país (eso si olvidamos que muchos films ni llegan a estrenarse en los cines). Para suavizar el fallo, cadenas como la FNAC y El corte inglés presentaron sus colecciones exclusivas o ediciones sólo disponibles en las tiendas de la franquicia. Y para acceder a éstas, la compra por internet ha sido crucial para que cada cinéfilo tenga en su videoteca los títulos que realmente desea. A todo ello, escandaliza saber que las tiendas o supermercados en ningún caso saben el material que tienen en sus almacenes y stocks: si 'pasan' de preguntar a los diferentes encargados o dependientes y empiezan a revisar uno por uno los dvds de los estantes, se encontrarán con reliquias descatalogadas. Más ejemplos: ¿no se han sentido estafados al comprar una edición en dvd de una película que meses más tarde se reeditó con mejor calidad y más contenidos? Y al revés: ¿no se han enfadado al ver que esa película que consideran imprescindible no existe o no se ha reeditado?

Pues lo peor está por llegar. El Blu-ray, que al principio ocupaba un par de estantes, ahora ha ganado terreno al dvd. Vaya, se trata de cambiar lo que ya cambiamos hace poco. Y encima pagando más. Mientras las estadísticas indican que cada vez se compran menos dvds, los responsables de editar las películas ya no saben si hacer una o mil y una versiones de un film: por eso Harry Potter tiene hasta seis ediciones de todas sus películas a la venta y La cinta blanca sólo una. Y no se engañen: a proporción, el joven mago no vende más copias que los niños de Haneke. Antes la solución era salomónica, pero el futuro está, después de tanta parafernalia, en unificar todas las ediciones en una. Prueba de ello son las ediciones españolas de Cisne negro y 127 horas: aunque sigue habiendo la distinción entre 'dvd' y 'blu-ray', en ambas se incluye la opción de copia digital y en ambas los extras están solamente en formato blu-ray. Resultado: con nuestro reproductor/lector de dvds sólo podemos acceder a un porcentaje de los contenidos de nuestro dvd, no a todos. Y el ejemplo sirve para esos dos casos, porque en las ediciones de Biutiful sólo el disco blu-ray tendrá material extra. Menudo lío, ¿no creen?


Estamos siendo invadidos por una incertidumbre muy peligrosa. ¿Para qué marear a los pocos compradores asiduos de películas? Ahora centrémonos en Valor de ley (nótese que en ningún caso se están citando películas antiguas, minoritarias o poco conocidas): en las tiendas francesas e italianas ya se puede adquirir, y en España no verá la luz hasta agosto. ¿Tiene sentido cuando en nuestro país el film de los Coen se estrenó al mismo tiempo respecto nuestros vecinos? Pero tampoco podemos echar mano de Amazon o Ebay: Cisne negro en Francia no tiene subtítulos españoles, Cisne negro en Italia no tiene subtítulos españoles... y ahora viene lo mejor porque Cisne negro en España tiene audio y subtítulos en múltiples idiomas, incluidos el original inglés, el francés, el italiano y hasta portugués (si seguimos así, pronto leeremos el swahili en las contraportadas de los dvds). La idea de que toda Europa tenga la misma edición en dvd y de que las opciones de audio sean inmensas no parece gustar a las distribuidoras, algo que en una sociedad globalizada y en la que el aprendizaje de lenguas es tan importante se plantea necesario. 


En resumidas cuentas... ¿en qué país de nuestra querida Comunidad Europea nos compramos Cisne negro?, ¿me apunto a cursos de idiomas para que la Portman hable la lengua que quiera sin importarme?, ¿organizamos viajes express y en lugar de traficar con drogas aplicamos el cuento a los dvds?, ¿empiezo a ahorrar para adquirir un reproductor Blu-ray? ¿paso del tema y directamente me descargo la película y la guardo en un disco duro externo? Puede parecer guasa, pero es verdad: ni con la mejor de las intenciones, ni interpretando la situación desde la perspectiva más optimista posible, el asunto deja de tener su enjundia ¿Que se venden pocos dvds? Pues menos aún deberían facturar quienes las editan. En esta dictadura del Blu-ray quien sale perdiendo es el cinéfilo, y en su defecto el cine que vale la pena comprar y recordar para siempre.

3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con tu reflexión, con estas piruetas de marketing lo único que están consiguiendo es que los que compramos cine salgamos espantandos.

    De hecho, hace poco estuve en Portugal y vi en un Fnac el dvd de Cisne negro. Lamentablemente solo estaba en inglés con subtítulos en portugués, que si llega a estar en español me la hubiese pillado de calle. Incluso la portada era más bonita que la de aquí, con la imagen de Natalie convertida en el cisne negro. En fin.

    Saludos!

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  2. arrojan al cliente a la pirateria

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  3. Me ha gustado mucho tu artículo, de lo mejor que he leído últimamente. A pesar de todo yo soy de las que ha cedido en su mayor parte el Blu-ray, empecé hace poco a considerarme verdaderamente una cinéfila y opté por lo más moderno aunque conlleve mayor gasto (que es un grandísimo inconveniente). Aún así no he dejado de lado el DVD, sigo comprando y ocupan la mayor parte de mi estantería pero no reniego a la calidad en HD y los contenidos extras, que yo si miro, por ejemplo doy gracias de haber visto la entrevista a Mickey Rourke por "The Wrestler", aunque también son cosas que puedes encontrar en otras partes.
    La solución es complicada, son las tres preguntas que tú te has formulado. Al fin y al cabo todo esto perjudica al consumidor que lo único que quiere es disfrutar con un arte que le hace verdaderamente feliz. Supongo que con el paso del tiempo los precios reducirán (o al menos eso espero xDD).
    Lo de el audio si que lo desconocía y te agradezco mucho que lo hayas comentado en el artículo, es realmente interesante y lo tendré en cuenta para futuras compras, aunque me tenga que ir a Italia xDD.

    Magnífico trabajo ;D. ¡Un abrazo!

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