miércoles, 26 de octubre de 2016

CRÍTICA | QUATRETONDETA, de Pol Rodríguez


Un lugar de cuyo nombre aún puedo acordarme
QUATRETONDETA, de Pol Rodríguez
Festival de Málaga: Mejor fotografía. Món Filmat: Secció Ullals
España, 2016. Dirección y guión: Pol Rodríguez Fotografía: Carles Gusi Música: Joan Valent Reparto: José Sacristán, Laia Marull, Sergi López, Julián Villagrán Género: Comedia dramática Duración: 90 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 29/04/2016
¿De qué va?: Al morir su esposa, Tomás decide robar el cuerpo de la mujer y enterrarla por su cuenta en Quatretondeta, una pequeña localidad de Alicante. En paralelo, la hija de la difunta inicia una búsqueda desesperada para dar con el cadáver. Distintos personajes, a cada cual más extravagante, secundarán una persecución surrealista.


Con París-Tombuctú, Luis García Berlanga se despidió del Mediterráneo a golpe de cine coral y surrealista. Quince años después, Pol Rodríguez, quien fuera ayudante de dirección de nombres tan importantes como Villaronga, Recha y Guerín, recupera el pulso cómico del maestro y su cariño por la orografía y las tradiciones valencianas en Quatretondeta, una road movie que abarca una bastísima paleta de géneros para, a la postre, no asemejarse a ninguna película del reciente panorama español. Con un inicio propio de la comedia alocada, una continuación con ecos de western y un tramo final más introspectivo, Quatretondeta es una película cambiante que, simbólicamente, retrata el carácter igual de variable, casi siempre intempestivo, de unas gentes que viven en mitad de playas desiertas, montañas sinuosas y paisajes todavía resguardados de la especulación inmobiliaria y el turismo desbocado que ha sufrido la costa alicantina. Rodríguez apuesta por un humor absurdo que conecta con el espectador, aunque en su interior se esconden distintas historias de desencanto. En este sentido, no cuesta ver en la mirada de su director la humanidad, que no condescendencia, de ese Berlanga que tan bien describió los tiempos oscuros de nuestro país. Con todo, Rodríguez carece de la experiencia de su referente, y al final Quatretondeta se intuye un tanto desigual, más eficaz cuando apuesta por la risa sin ton ni son que cuando intenta explicar las interioridades de sus personajes. Al final da la sensación de que en esa Quatretondeta rural habitan distintas películas, y que no todas se ensamblan de la manera más satisfactoria. Sea como sea, es un espectáculo de primer nivel ver a José Sacristán con rostro aturdido, la comicidad enfadada de Laia Marull, el cabreo etílico de Sergi López o el bufonesco enterrador que da vida Julián Villagrán. Ojalá el "berlanguismo" conozca más renovaciones en un futuro cercano: la comunidad de las fallas, el despilfarro y el esperpento lo merece.


Para amantes de las películas insumisas.
Lo mejor: Su elenco.
Lo peor: El innecesario episodio de Moros y cristianos.

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