martes, 21 de octubre de 2014

CRÍTICA | EL PASADO (LE PASSÉ), de Asghar Farhadi


El pasado no vuelve: nunca se va
EL PASADO (LE PASSÉ), de Asghar Farhadi
Francia, 2013. Dirección y guion: Asghar Farhadi Fotografía: Mahmoud Kalari Reparto: Bérénice Bejo, Ali Mosaffa, Tahar Rahim, Elyes Aguis, Pauline Burlet, Babak Karimi, Jeanne Jestin Duración: 130 min. Género: Drama Tráiler: Link
¿De qué va?: A petición de Marie, Ahmad vuelve a París. Ambos fueron pareja hace unos años, tienen una hija en común y ahora ella quiere iniciar los trámites de su divorcio. Ahmad se queda unos días en casa de Marie, pero las cosas han cambiado desde su estancia en Francia: ella tiene una relación con otro hombre y se encarga de cuidar al hijo de él cuando éste trabaja. Un conjunto de verdades, secretos, intuiciones y confusiones hará que todos los personajes se encuentren inmersos en una encrucijada vital.
Palmarés: National Board of Review y nominación al Globo de oro y Satellite Award a la mejor película de habla no inglesa de la temporada. 5 nominaciones a los César franceses, incluyendo candidatura en mejor película. Palma de oro a la mejor actriz para Bérénice Bejo.


Con El pasado, el cineasta iraní Asghar Farhadi corrobora su temple e inteligencia a la hora de abordar tensísimas líneas de guion y complejísimas relaciones humanas. Tal y como sucedía con la anterior Nader y Simin, una separación, El pasado es una película que va ganando en matices a medida que avanza el metraje, cuya tragedia se agranda de forma inevitable cual bola de nieve cayendo por una pendiente sin fin. Farhadi sabe que cada personaje necesita su espacio, que cada uno tiene sus motivaciones ocultas y que las acciones y sentimientos de unos tienen efectos y respuestas inesperadas en los demás. De eso, de un cruce de dolores latentes pero no confesados, habla este sobrio y portentoso drama, un nuevo logro de Farhadi y su confirmación como uno de los cineastas más humanos e interesantes de la actualidad.

El divorcio de una pareja (él, iraní; ella, francesa) se impone como la premisa que arranca la trama. Con todo, la entrada de nuevos personajes (las hijas de ella, el hijo de él) hace que la historia sufra distintos giros. Farhadi tal vez no consigue la potencia y la concreción de su anterior obra, pero El pasado igualmente ofrece escenas de gran belleza, algunas estampas estremecedoras (¡qué plano final!) y unos diálogos inteligentísimos. Bérénice Bejo consigue su mejor interpretación al dar vida a una madre y amante en plena encrucijada vital. La película, como los sentimientos de culpabilidad y vacío, va saltando de personaje en personaje, de subtrama en subtrama, hasta ofrecer un gran mosaico de causas y efectos. Sin buenos ni malos, sin culpables y sin víctimas (todos, al fin y al cabo, navegan en una ambigüedad creíble, real como la vida misma). Sin duda, una de las obras más imponentes de lo que va de año.


Para amantes de películas con muchos secretos y matices.
Lo mejor: El triángulo dialéctico e interpretativo de sus actores.
Lo peor: Su exceso de metraje. Tal vez se guarda algún as en la manga de más y no termina de explotar relaciones a priori tan interesantes como las de Ahmad y su hija.

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