miércoles, 22 de octubre de 2014

CRÍTICA | SAMBA, de Eric Toledano y Olivier Nakache


'Intocable', parte 2
SAMBA, de Eric Toledano y Olivier Nakache
Festival de San Sebastián 2014: Film de clausura
Francia, 2014. Dirección y guion: Eric Toledano y  Olivier Nakache Fotografía: Stéphane Fontaine Música: VV. AA. Reparto: Omar Sy, Charlotte Gainsbourg, Tahar Rahim, Yilin Yang, Izia Higelin, Jules Abel Logel Género: Tragicomedia Duración: 115 min. Estreno en España: Febrero de 2015 Tráiler: Link
¿De qué va?: Samba es un senegalés que lleva 10 años viviendo en París. Trabaja de lo que puede por un sueldo pírrico, apenas conoce a nadie y vive con la constante amenaza de que la policía se percate de que no tiene papeles. Un día coincide con Alicia, una mujer tímida e introvertida que colabora conn una asociación que ayuda a gente con problemas legales y económicos. Samba ve en Alicia la posibilidad de salir de un callejón sin salida. Alicia ve en Samba una inocencia y una espontaneidad que no encuentra en su puesto de trabajo. Entre ambos poco a poco irá tejiéndose una relación entre personal y profesional, con momentos felices y otros agridulces.


No decimos nada nuevo: los franceses aman la corrección y tienen una especial tendencia al cine bienintencionado. Intocable, la tragicomedia que contaba la relación de amistad entre un tetraplégico adinerado y un joven de las 'banlieues' parisinas, se sobredimensionó hasta convertirse en la película de habla no inglesa más taquillera en todo el mundo, pero en sus adentros no había más que esa manía tan francesa por abordar cierta problemática social por la vía fácil, rebajando la gravedad de los temas tratados y abogando por una trama exportable y populista. Samba, el segundo trabajo de Toledano y Nakache, sigue la senda de su primera película: la fórmula se consolida, y nuestros vecinos vuelven a facturar una película que hará las delicias del público, aunque esta vez difícilmente engatusará a la crítica (que, sorprendentemente, se permitió demasiadas licencias con las tesis ramplonas de Intocable). De momento, parece que el número uno que consiguió el pasado fin de semana en la taquilla francesa (aunque a muy pocos miles de euros de Ninja Turtles) ha borrado de un plumazo la inevitable presión del dúo Toledano - Nakache por volver a dar en el centro de la diana. En España la veremos a principios de 2015, pero en el Festival de San Sebastián tuvimos ocasión de tomar la temperatura al que está llamado a ser uno de los títulos galos más comentados de la temporada. ¿Bailaremos al ritmo de esta samba manipuladora... o la sombra de Intocable será demasiado alargada? Apostamos por lo segundo.


Samba es el nombre de un inmigrante senegalés 'sin papeles' que sobrevive con el sueldo de los trabajos esporádicos que va encontrando. El papel protagonista, que vuelve a recaer en Omar Sy (todavía más cómico y 'pelma' que en Intocable), es, por lo tanto, otro ejemplo de un cine social que quiere reciclar sus miserias por la vía de (son)risa, sin tener en cuenta que, a medida que la supuesta diversión del público aumenta, disminuye en proporciones iguales la veracidad de la historia (por eso cuesta empatizar con el universo de Samba, a pesar del esfuerzo de Sy y del meritorio trabajo de todos los actores secundarios). Toledano y Nakache alivian la gravedad que rodea a su protagonista con la inclusión de dos historias de amor que se desarrollan de forma previsible: Samba acaba prendado de una asistente social que atraviesa una complicada situación personal y laboral, y dos amigos de ambos también hacen lo propio, aunque en su caso la tensión amorosa se transforma directamente en una fogosidad descarada (de nuevo, el drama siempre tiene un contrapunto cómico). Si Intocable tenía algún momento de lucidez, una mínima chispa, Samba carece de todo ello (salvando, quizás, el baile del personaje de Rahim y el gag en el rascacielos). También pesan como una losa sus casi dos horas de metraje (no se necesitaban tantos minutos para contar tan poco). Vaya, que intuímos que los acólicos de Intocable no acabarán del todo contentos, y que los que ya dudaron de esa película (nos incluímos en ese grupo) recurrirán a los adjetivos que ya dedicaron al primer film de Toledano y Nakache para describir Samba. Lo peor de todo es que habrá una tercera entrega y otras tantas: el cine francés de 'la politesse' y 'el eufemismo' seguirá con nosotros durante mucho tiempo.


Para los que consideran que Intocable es, valga el juego de palabras, una película 'intocable'.
Lo mejor: Siempre es un placer ver a Charlotte Gainsbourg en pantalla.
Lo peor: Que la figura del inmigrante quede reducida a la imagen de un mono de feria.

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