domingo, 19 de agosto de 2012

Clásico queer: Crítica de BEAUTIFUL THING, de Hettie MacDonald

La historia que rodea a Beautiful Thing, uno de los clásicos modernos del queer cinema, es bastante curiosa. La película se basa en una obra de teatro de Jonathan Harvey, un profesor de secundaria de Liverpool. Tras el éxito de la obra teatral, una de las más exitosas de temática homosexual, Harvey decidió rescribir la historia para su paso a la televisión. Una vez estuvo acabada, Beautiful Thing gustó mucho y sus responsables decidieron distribuirla en los cines. Su presentación en público fue en marzo de 1996 en el Festival de cine gay y lésbico de Londres. Pero la historia trascendió los límites del queer cinema al recaudar más de un millón y medio de libras y estrenarse en más de una veintena de países, entre ellos España. Quince años después, Beautiful Thing, con una banda sonora a ritmo de los hits de Mama Cass, es una de las películas queer más queridas por el público de medio mundo. Fue una de las primeras películas que trató la realidad homosexual de forma directa. La película lleva el cine social de Loach o Leigh a otra dimensión. En Beautiful Thing hay la descripción de una juventud sin motivaciones, un barrio cuyas familias desestructuradas viven al límite entre la marginalidad y la ayuda de los servicios sociales. Todo ello insertando un cuento de despertar y descubrimiento sexual, una bellísima trama de amistad, unos actores que no parecen estar recitando las líneas de un texto y un tono de comedia crítica pero amable que la convierte en una de las películas más certeras y agradables sobre la problemática homosexual. Beautiful Thing es una fábula que toca temas tan duros como el bullying, el maltrato y el machismo en el seno de familias de mentalidad tradicional. En su día fue una película rompedora. Ahora queda un cuento cuyo único propósito es hacer sentir bien a su audiencia y hacer entender a todos que el amor no admite coartadas. Antes muchos se sintieron identificados con el sufrir y el sentir de Jason y Lenny, los dos protagonistas. En la actualidad puede que muchos hayan perdido la inocencia de los seres de la película. Queda, eso sí, una bonita historia que hace honor a su título y que va camino de ser un referente de la cultura (o contracultura) de toda una generación. Tan animada y atemporal como la cantante Mama Cass y sus Dream a Little Dream of Me y Make Your Own Kind of Music.


Nota: 7

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3 comentarios:

  1. Una película que hace honor a su titulo, y que para los estandares de su época es rompedora con un final esperanzador, cosa que no se acostumbraba para este tipo de cine, en que por lo regular alguien debía de morir o la relación no progresaba. La actuación de los chicos es muy natural, pero quien se roba la peli es "Leah", la vecina de color que adora la música de Mama Cass Elliot. Me atrevo a corregir un detalle a tu reseña. Los protagonistas no son Jayson y Lenny, sino "Jamie" (Glen Berry) y "Ste" (Scott Neal).

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  2. Hola Atticus!
    Es verdad: la vecina de color es de lo más destacado de la cinta. Claro que la temática queer se centra en los dos chicos, pero ese personaje es 'la bomba'. También los personajes de los padres son muy importantes. Quizás lo correcto sea decir que es una obra coral con los dos chicos como personajes destacados.
    Gracias por comentar! Saludos!

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  3. la madre (Sandra) esta brutal en la película. Cómo refleja la relación complicada con su hijo adolescente, como le espanta el descubrir lo que verdaderamente le pasa a su hijo, y como reacciona al ver a su hijo romper a llorar y saca su lado de loba defendiendo a su cachorro. La interpretacion de los chicos es sencillamente deliciosa por lo natural y por la química que transmiten entre ellos. Yo estoy enamorado de los dos y de Liah (la vecina) y de Sandra. Nunca me habia pasado eso con una pelicula, me los creo a todos y les quiero a todos con sus defectos. El final es apoteosico. Eso si que es una salida de armario valiente, y no como nos tienen acostumbrados en el cine.

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