jueves, 19 de mayo de 2016

CRÍTICA | SITCOM (COMEDIA DE SITUACIÓN), de François Ozon


Familia de monstruos
Festival de Sitges 1998: Mejor actriz
Francia, 1998. Dirección y guión: François Ozon Fotografía: Yorick Le Saux Música: Éric Neveaux Reparto: Évelyne Dandry, François Marthouret, Lucía Sánchez, Marina de Van, Adrien de Van, Stéphane Rideau, Jules-Emmanuel Eyoum Déido, Jean Douchet Duración: 80 min. Género: Comedia dramática Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 27/08/1999
¿De qué va?:  En las afueras de alguna ciudad corriente vive una familia en apariencia normal. La estabilidad se rompe cuando irrumpe en la casa un ratón de ojos rojos. En una misma noche, la hija mayor decide tirarse por la ventana, el hijo menor confiesa su homosexualidad, la criada intenta comportarse como una señora, y el patriarca responde sin interés a todos los nuevos acontecimientos para sorpresa de su desquiciada mujer.


Sitcom (Comedia de situación), ópera prima de François Ozon tras su actividad como cortometrajista, es una película que condensa todas sus intenciones en su mismo título: el director francés nos presenta, por lo tanto, una sátira de estructura teatral en la que todas sus situaciones y criaturas aparecen deformadas y exageradas. Un Ozon en una etapa de ferviente creatividad, de juventud irreverente y provocadora. En apenas 75 minutos, el director condensa un sinfín de barbaridades argumentales con el objetivo de poner patas arriba las expectativas de la audiencia, así como las bases sociales y sexuales de los espectadores. En Sitcom (Comedia de situación) se suceden incestos, deseos homosexuales, tendencias suicidas y habitudes masoquistas, de forma que los personajes, aunque reconocibles, siempre actúan de manera exacerbada y libérrima, a la contra de los tipos y prototipos que el film parece apuntar en sus primeros minutos. Ozon también se reserva ciertos juegos narrativos con vocación de macguffins televisivos: así, el tiroteo del inicio no deja de ser un subterfugio poco elegante para poner a la platea en tensión; y a su vez, su kafkiano final salta de lo grotesco a lo metafórico en apenas un segundo, dato que desestabiliza todavía más la sencilla pero turbulenta arquitectura de la historia. Con todo, a pesar de sus fugas, sus esputos y sus debilidades kitch, Sitcom (Comedia de situación), casi siempre al borde del precipicio de la pedantería, atesora cierto humor estancado. Al fin y al cabo, si el título de la obra es también una definición del film, la imagen de la rata de laboratorio encerrada en su jaula bien podría ser la base conceptual que describe toda la película. Un intento por animalizar las constantes burguesas y una forma de poner a intérpretes, industria y espectadores en la rueda del hámster, experimentando con ese cine del ridículo y de la gravedad que poco a poco se ha convertido en la "marca Ozon" por excelencia.



Para conocer los inicios de François Ozon.
Lo mejor: Su libertad.
Lo peor: Que su irreverencia se interprete como mera impostura.

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