CRÍTICA | LA INVITACIÓN (THE INVITATION), de Karyn Kusama

 

Adivina quién viene a cenar esta noche (y por qué nadie llegará a comerse el postre)

LA INVITACIÓN (THE INVITATION), de Karyn Kusama
Festival de Sitges 2015: Premio a la mejor película

EE. UU., 2015. Dirección: Karyn Kusama Guión: Phil Hay, Matt Manfredi, Phil Hay, Matt Manfredi y Matt Manfredi Música: Theodore Shapiro Fotografía: Bobby Shore Reparto: Logan Marshall-Green, Michiel Huisman, Tammy Blanchard, John Carroll Lynch, Mike Doyle, Emayatzy Corinealdi, Karl Yune, Toby Huss, Marieh Delfino, Michelle Krusiec, Lindsay Burdge, Aiden Lovekamp, Jordi Vilasuso, Jay Larson, Danielle Camastra Género: Thriller psicológico. Terror Duración: 90 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 08/04/2016
¿De qué va?: Will recibe una extraña invitación de Eden, a la que hace bastante tiempo que no ve. Will se presenta en casa de Eden con su nueva pareja. Eden parece una mujer diferente. La noche avanza y su extrañeza se incrementa: ¿qué hace en ese lugar? ¿quiénes son el resto de comensales? ¿por qué ha sido invitado? ¿por qué desapareció Eden dos años atrás? ¿cuáles son los motivos de su regreso?

La invitación, como Coherence o El perfecto anfitrión (por citar títulos proyectados en ediciones recientes del Festival de Sitges), parte de una premisa inquietante. Una pareja es invitada a una mansión de Los Ángeles sin motivo aparente. Los personajes hace mucho tiempo que no se ven. No parece que haya nada que celebrar, ni tan siquiera se intuye un amago de acercamiento o de reconciliación entre los comensales. Con esta base, la película tiene un primer tramo muy dialogado, excesivamente largo, que nos obliga a preguntarnos quiénes son esos personajes y qué hacen en esa casa. Posteriormente, con todas las cartas desveladas, La invitación se desmelena y ofrece una recta final adrenalínica. Además, el último plano esconde una lectura entre crítica y cínica al Hollywood del star system, las sectas y los desequilibrios mentales. En conjunto, una obra sorprendente que siempre se reserva un as en la manga. Funciona, inquieta y divierte, la fórmula perfecta para gustar a públicos que no sean demasiado afines al fantástico, tal y como sucedía con El regalo (The Gift), vista también en el certamen catalán y estrenada en salas generalistas hace escasas semanas. Bienvenidos a una de las cenas más surrealistas del cine reciente. El secreto está en no saber qué plato vendrá a continuación. Dicho de otra manera: no dejéis que nadie os cuente nada del film antes de verlo. La diversión y la paranoia está servida.

Para amantes de las historias retorcidas.

Lo mejor: Es imposible anticiparse a lo que cuenta la película.

Lo peor: Quienes quieran un banquete gore se quedarán con hambre.