jueves, 28 de abril de 2016

CRÍTICA | KIKI, EL AMOR SE HACE, de Paco León


 Filias sexuales, fobias cómicas
KIKI, EL AMOR SE HACE, de Paco León
España, 2016. Dirección: Paco León Guión: Paco León y Fernando Pérez Fotografía: Kiko de la Rica Música: VV. AA. Reparto: Paco León, Ana Katz, Belén Cuesta, Natalia de Molina, Álex García, Candela Peña, Luis Callejo, Luis Bermejo, Mari Paz Sayago, Alexandra Jiménez, David Mora, Maite Sandoval Género: Comedia Duración: 100 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 01/04/2016
¿De qué va?: Distintos personajes con filias sexuales se dan cita en un caluroso verano madrileño. Una joven cuya vida cambia tras ser asaltada por un extraño, un cirujano que no sabe cómo reconquistar a su mujer, una feriante que desea quedarse embarazada, una chica sorda obsesionada con las telas y una pareja que no sabe cómo avivar su relación en la cama se entregan al amor y al sexo sin tapujos.


Al cine patrio le ha costado mucho exorcitar o simplemente aceptar el chiste de la "españolada" del "caca-culo-pedo-pis". En muchas ocasiones, nuestros directores cómicos han tenido que pedir perdón por su irreverencia o sus tendencias escatológicas. Hacer comedia siempre es difícil; en España, todavía más. Hay demasiados prejuicios de por medio, tanto entre la crítica especializada como entre el público que llena las salas. Digámoslo ya: millones de espectadores denostan en la gran pantalla productos que luego consumen muy a gusto en televisión. Una incoherencia cómica pero sin nada de gracia. Paradoja que se amplía si pensamos que nuestro país, por su carácter mediterráneo, es muy dado a la broma. Por eso la irrupción de Paco León en el panorama nacional puede considerarse una alegría mayúscula. Quién nos iba a decir que el renovador de la risa ibérica sería un actor de sitcoms y programas de sketches. Ahora se ha estrenado Kiki, el amor se hace y las críticas y la taquilla no podrían ser más favorables. Se ha obrado un pequeño milagro: Paco ha dejado de ser un cómico, el hijo de Carmina o el hermano de María. Ahora es "Paco", a secas. Explícito y jovial como el Almodóvar de los 80, y a su vez moderno y único. Una euforia que a muchos nos "excita", en el sentido más cinéfilo del verbo.


Paco León "afina" (que no "refina") su estilo en Kiki, el amor se hace, una película mejor escrita y construida que las anteriores Carmina o revienta y Carmina y amén. Desde sus títulos de crédito, la cinta presume de descaro y efervescencia. El resultado es un despliegue cachondo, a ratos fogoso, de las filias sexuales más ocultas. Un tema tan dado a surrealismos que perfectamente podría generar una nueva saga "leoniana" tras el binomio familiar que conocemos todos. Como toda cinta de episodios más o menos cruzados, hay personajes y momentos que funcionan mejor que otros, pero se impone la alegría de todo su conjunto. Quien escribe se queda con Candela Peña y Belén Cuesta, actrices de reparto que, al aparecer en escena, lo eclipsan todo. Kiki, el amor se hace copula con la mejor comedia, pero también demuestra que hay mucho camino por recorrer por parte de León. Nada grave: se aprende a hacer el amor fornicando, y con el cine sucede lo mismo. El público arde en deseos por saber cómo experimentará León en un futuro con todas las posturas del kamasutra y con todas las posibilidades del medio cinematográfico. Con Kiki, el amor se hace ha nacido un título de culto. También un narrador con voz propia. Y no es una moda pasajera: ha venido para quedarse. ¡Orgasmo!


Para erotómanos con tendencia al exhibicionismo.
Lo mejor: Sales del cine feliz y reconfortado: no se puede pedir más.
Lo peor: La duración excesiva de algunos gags.

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