domingo, 21 de febrero de 2016

CRÍTICA | EL RECUERDO DE MARNIE, de Hiromasa Yonebayashi


Mi otro yo
EL RECUERDO DE MARNIE (OMOIDE NO MÂNI, WHEN MARNIE WAS THERE), de Hiromasa Yonebayashi 
Nominación al Óscar a la mejor película de animación. 3 nominaciones a los Premios Annie
Japón, 2015. Dirección: Hiromasa Yonebayashi Guión: Niwa Keiko y Ando Masahi, a partir del libro Cuando Marnie estuvo allí de Joan G. Robinson Música: Takatsugu Muramatsu Género: Fantasía. Animación Duración: 100 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 18/03/2016
¿De qué va?: Anna no tiene amigos, se siente sola y día a día se distancia más de sus padres. Para cambiar de aires y aclarar sus ideas, la chica se traslada a la casa de sus tíos, que viven en una zona rural muy tranquila. Un día, Anna descubre una extraña casa en mitad de un pantano. Cada noche, al subir la marea, la casa queda rodeada de agua. En esa mansión conoce a Marnie, una chica de su edad que se convierte en su mejor amiga. Marnie guarda muchos secretos que llevarán a Anna a bucear en su pasado y a recuperar la entereza perdida para seguir adelante.


Tal y como hiciera con Arrietty y el mundo de los diminutos, el cineasta japonés Hiromasa Yonebayashi vuelve a adaptar un libro infantil de la literatura británica en El recuerdo de Marnie, la nueva película del Studio Ghibli. El film arranca con el traslado de una adolescente con problemas anímicos a la casa de sus tíos en mitad del campo, y lo que sigue es una historia con toques de fantasía gótica y drama de autoexploración. Todo, como no podía ser de otra manera, aderezado con una animación preciosa, una equilibrada banda sonora y un guión eficaz que va desvelando sus capas sin prisa pero sobre todo sin pausa. El recuerdo de Marnie alcanza sus mejores momentos, tanto técnicos como emotivos, en las visitas de la protagonista a la casa fantasmagórica que habita Marnie, una chica rubia con extraños poderes. En su tramo final, la historia se complica más de lo debido, pero en términos generales la película resuelve su misterio de forma satisfactoria, completando el ciclo vital de su heroína. El recuerdo de Marnie, como las mejores películas de la factoría, tiene el encanto de un viaje sensorial, cargado de metáforas y con una clara defensa de la naturaleza y de los buenos sentimientos. Le falta la riqueza de El viaje de Chihiro y la sencillez de Mi vecino Totoro, pero retiene de ambas las grandes virtudes del cine de Miyasaki: la sensibilidad, la honestidad y la capacidad de embelesar a pequeños y a adultos. Una pequeña joya.


Para los que no se pierden las maravillas animadas de ojos rasgados.
Lo mejor: La casa en mitad del lago, uno de las grandes aportaciones del Studio Ghibli.
Lo peor: Le falta capacidad de síntesis en su segundo tramo.

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