viernes, 5 de diciembre de 2014

CRÍTICA | SIEMPRE ALICE (STILL ALICE), de Richard Glatzer y Wash Westmoreland


La memoria perdida
SIEMPRE ALICE (STILL ALICE), de Richard Glatzer y Wash Westmoreland
Premio Gotham y National Board of Review a la mejor actriz protagonista
EE. UU., 2014. Dirección: Richard Glatzer y Wash Westmoreland Guion: Richard Glatzer y Wash Westmoreland, a partir de la novela de Lisa Genova Música: Ilan Eshkeri Reparto: Julianne Moore, Kristen Steward, Alec Baldwin, Hunter Parrish, Erin Darke, Stephen Kunken, Kate Bosworth Género: Drama Duración: 95 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 23/01/2015
¿De qué va?: La vida de Alice es aparentemente perfecta. Tiene un reputado trabajo en la universidad, un matrimonio feliz, todos sus hijos ya se han independizado y da congresos, charlas y simposios sobre lingüística en todo el mundo. Un día Alice se bloquea durante una de esas conferencias. Primero olvida palabras aisladas, pero días después su estado se agrava y se siente desorientada. El diagnóstico médico romperá su vida: sufre de Alzheimer.


Hay actrices que son capaces de abarcar un amplio abanico de sensaciones con tan solo un gesto o una mirada. Una de esas grandes intérpretes es Julianne Moore, y vuelve a hacer gala de su oficio en Siempre Alice, título por el que figurará de nuevo en la primera línea de fuego de la temporada de premios. En esta ocasión, Moore defiende con sensibilidad y veracidad a una lingüista de prestigio cuyas facultades van minándose poco a poco por culpa del Alzheimer. Siempre Alice refleja la dureza del diagnóstico y la vida con la enfermedad a cuestas, el paulatino deterioro físico y sobre todo mental que Moore defiende con elegancia, sin dramatismos de más ni ningún tic histriónico. No cuesta ver la película de Glatzer y Westmoreland como una ficción modélica que puede guiar, concienciar e informar a médicos y pacientes; y a su vez, sabe despegarse de su didactismo y centrarse en un retrato familiar más que solvente. Tal vez la película carece de la potencia de un drama de Óscar, e incluso puede reprochársele su actitud comedida o el contexto 'perfecto' que rodea al personaje (al fin y al cabo, el entorno burgués en el que se mueve Alice condiciona tanto al personaje como su relación con la enfermedad), y aún así es posiblemente una de las películas que mejor ha retratado los estragos del Alzheimer (hace pocos años, Julie Christie ya defendió un personaje de coordenadas similares en Lejos de ella). Una película que deja poso.


Para ser conscientes de la dureza del Alzheimer.
Lo mejor: Julianne Moore: la película es ella.
Lo peor: Una estructura narrativa típica de telefilm.

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