CRÍTICA | MR. TURNER, de Mike Leigh

Los claroscuros del artista

MR. TURNER, de Mike Leigh

Festival de Cannes 2014: Palma de oro al mejor actor

Reino Unido, 2014. Dirección y guion: Mike Leigh Música: Gary Yershon Fotografía: Dick Pope Reparto: Timothy Spall, Robert Portal, Lasco Atkins, John Warman, Jamie Thomas King, Roger Ashton-Griffiths Duración: 150 min. Género: Drama histórico. Biopic Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 19/12/2014

¿De qué va?: Turner vuelve de uno de sus tradicionales viajes en busca de paisajes. Dentro y fuera de su sala de trabajo, Turner es un hombre complejo. Pintor reputado, hijo entregado, padre dudoso. Mantiene una relación desigual con los miembros de la Royal Academy of Arts. Visita las casas más reputadas de Gran Bretaña, pero también es un habitual en burdeles y eventos de la aristocracia. En una de sus escapadas, conoce a la propietaria de una pensión costera, un encuentro que marcará profundamente su vida.

La figura de J. M. W. Turner, el paisajista inglés por excelencia del S. XIX, admite muchos matices. Mike Leigh, piedra angular del cine británico, ofrece en Mr. Turner su particular acercamiento al hombre que se escondía tras el artista. Leigh no juega con pinceles ni pinturas, pero la película reproduce a la perfección el espíritu de su protagonista. El dibujo del personaje abarca muchas contradicciones. El contraste de luces y sombras se impone como recurso principal para reproducir la mentalidad poliédrica de Turner. Una película de matices y de trazos finos que se apoya en la notable interpretación de Timothy Spall, el encargado de interpretar un Turner esquivo y gruñón, de voz desganada y aspecto descuidado. Y tal vez por ello, un film de visionado inhóspito, que ofrece pocos asideros al espectador. Pictórica, sí. Con una dirección de fotografía y vestuario más que meritoria. Y aún así, da la sensación de que nunca podemos acceder a la belleza de Mr. Turner. Leigh, un director que explota todo su potencial cuando se mueve en el terreno del drama, ha intentado aunar su estilo narrativo con las tonalidades y las formas difusas pero precisas de Turner. El resultado de esa conjunción de genios, con todo, es una película alicaída que no acaba de concretar sus pesquisas y que impone un tempo viciado en exceso. Obviamente, una figura como la de Turner era difícil de abordar desde la rotundidad trágica de Secretos y mentiras o El secreto de Vera Drake, pero bien merecía un arte (cinematográfico) que trabajase desde la concreción, sin huidas a lo abstracto. Leigh logra que atisbemos las dudas y el misterio de Turner, pero nunca confiese interés a su personaje. De ahí que Mr. Turner, pese a su nutrido arsenal de florituras, pese al oficio de todos sus responsables, acabe resultando poco más que un boceto. Una pequeña decepción en una carrera casi impoluta.

Para seguir explorando las conexiones entre pintura y cine.

Lo mejor: Su impecable factura técnica.

Lo peor: Le sobra metraje.

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