sábado, 14 de diciembre de 2013

ANIMACIÓN 2013: Críticas de TURBO y EPIC: EL REINO SECRETO

La moda del automobilismo llega al cine de animación con la moraleja nada nueva de que los sueños pueden hacerse realidad y de que cualquier persona es capaz de conseguir los retos que se proponga si pone todo su esfuerzo en ello. Turbo es la historia de un caracol que quiere llegar a correr en los grandes estadios, algo que genera la risa colectiva de todo el grupo de caracoles de jardín donde vive, pero que tras una noche accidentada obtiene una velocidad que sorprenderá a propios y extraños. La subida al éxito de Turbo está contada de forma previsible, sin riesgo, pero también sin demasiada emoción y escasa imaginación visual: en todos los sentidos, estamos ante una película poco creativa, con personajes animados tirando a incómodos, con ritmo pero sin la gracia de los mejores títulos de Pixar. Turbo seguramente ayudará a que muchos niños sigan soñando con ser los Fernando Alonso del futuro, pero por lo demás cuesta verla como la gran apuesta infantil-familiar de la temporada. Por parte de Dreamworks, Turbo parece un mero trámite para llegar a la línea de meta con gasolina y cierta dignidad, aunque de un gran estudio siempre se espera muchísima más calidad y cantidad. Una historia con pocos ganchos para llegar al podio de las mejores historias animadas del 2013.


Para velocistas precoces.
Lo mejor: El tramo final de la carrera en el estadio.
Lo peor: Es un título menor.

Nota: 5


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Chris Wedge vuelve a escena, y su Epic: El reino secreto se sitúa un peldaño por debajo de Ice Age y un escalón más arriba con respecto Robots. Epic se mueve por dos constantes: las historias de caballeros y princesas, poco de moda últimamente con poquísimas representantes (Tiana y el sapo y las relecturas rebeldes de Enredados y Brave); y las tramas-odas a la naturaleza, apartado donde el cine asiático y más concretamente el Estudio Ghibli destacan como reyes absolutos (imposible no acordarse de cintas recientes como Arrietty y el mundo de los diminutos).  Esas dos partes se unen de forma bastante armónica en una de las sorpresas de la taquilla del 2013 (hay que tener en cuenta que Epic no cuenta con el peso que tienen sellos como Dreamworks o Pixar): la película es bastante generosa a la hora de presentarnos un variado mundo paralelo de pequeñas criaturas del bosque, con espacio para la hada Disney de turno, los bufones de relleno (los dichosos caracoles) y una ristra de hombres-hoja y guardianes de la oscuridad que perfectamente hubiesen podido salir del tintero de un Tolkien más infantilizado. Epic: El reino secreto tiene bastante ingenio y puede gustar a padres y a pequeños, aunque todo se resuelva de la forma más esperada. Muy bonita, pero sin romper esquemas: ¿hacía falta que la protagonista fuese una niña huérfana con un padre científico bastante loco y un romance de por medio con el guerrero más torpe del reino?


Para ver una nueva unión de todas las constantes-tópicos de cierta literatura-cine de fantasía.
Lo mejor: Sabe mezclar sus influencias a favor del entretenimiento 'blanco'.
Lo peor: Amenaza con segunda entrega.

Nota: 6

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