Najwa en el abismo
SALTO AL VACÍO, de Daniel Calparsoro (España, 1995)
¿De qué va?: Alex tiene apenas veinte años, un hijo y un tatuaje en el pelo con la palabra 'odio'. Sobrevive traficando con armas y vendiendo droga. Está enamorada en secreto de Javi, el cabecilla de su grupo. Lleva mucho tiempo planeando irse de su casa en busca de un lugar mejor. ¿Será capaz de poner fin a la espiral de violencia en la que se encuentra inmersa?
Palmarés: Premio a la mejor película en el Festival de Bogotá. Mención especial y premio Jean Carment a Najwa Nimri en el Festival de Angers. Sección oficial del Festival de Estocolmo 1995.
El dato: La película se rodó en Baracaldo, Vizcaya. Su banda sonora incluye canciones de El Inquilino Comunista y Smashing Pumpkins. El film llegó a las salas españolas el 3 de marzo de 1995 y un año después se estrenó en Holanda. Najwa Nimri se estrenó como actriz con el film y su madre en la ficción fue la actriz vasca Mariví Bilbao, recientemente fallecida.
Comentario: Es curioso descubrir en mitad de los 90 una película como Salto al vacío, que no obedece a ninguna constante o moda y que a su vez forma parte de un nuevo cine español que renovó el thriller local (Amenábar, Díaz Yanes o De la Iglesia recibieron el beneplácito de los Goya). Calparsoro, en contraposición a todos esos nombres, no ha llegado a tener el peso necesario para sentar cátedra, tal vez porque su cine es más lúdico y rabioso, un ejercicio más cinéfilo que cinematográfico, tan sólido en lo visual como discutible en el plano narrativo. Moverse en caminos paralelos a los académicos ha beneficiado paradójicamente a Calparsoro: Salto al vacío, vista en 2013, conserva la misma frescura y juventud, sigue resultando un esputo en mitad del ojo, una historia con mucha rabia, estéticamente vigorosa. Pese a todo, esta ópera prima ya apuntaba las señas y las debilidades de autor: más que ninguna otra película de Calparsoro, Salto al vacío se sirve de una fotografía genial, una dirección artísitca muy lograda y una ambientación apocalíptica sumamente efectiva, todo ello sin el soporte de un guion sólido. Salto al vacío es espontánea y fresca, pero también atropellada, toda ella un despropósito, una ristra de sandeces que enfadan al espectador con la gratuidad del peor blockbuster yanki, obviamente sin el presupuesto de los productos norteamericanos. Salto al vacío es incómoda en el peor de los sentidos: un ejercicio de estilo con soltura y un vacío ruidoso en su interior. La causa de su personaje, harto antipático para colmo, no está bien contada: nada inspira pasión porque todo resulta ocre, oscuro, desagradable porque sí. Con buenas intenciones y un vacío argumental abismal, suicida. Para muchos supondrá una auténtica revelación y un título de referencia y culto, pero para quien escribe es una película aparatosa y decepcionante. Se mire por donde se mire, el vacío absoluto.
Para los que buscan un cine español fuera de tiempos y fórmulas.
Lo mejor: El empaque visual.
Lo peor: No cuenta / critica / aporta absolutamente nada.
Nota: 4
"y un tatuaje en el pelo con la palabra 'odio'. "? Void no es odio es vacío!
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