Ante una película como Elles el interés no se centra tanto en descifrar las imágenes como en intentar averiguar qué subyace en los fotogramas, al fin y al cabo conocer qué quería contarnos su directora Malgoska Szumowska. A simple vista podría parecer un estudio de la prostitución, pero el film nunca quiere ser un acercamiento realista al tema. Dándole la vuelta al planteamiento, la película podría ser la historia de una burguesía bienestante, encarnada en el personaje de Juliette Binoche, que acaba tocada y hundida al conocer la vida que subyace en un París desglamourizado, pero el hecho de que la evolución del personaje sea más simbólica que real pone en duda esta nueva vía de interpretación. En un intento por hacer confluir las dos posibilidades, Elles se resolvería como una exposición sobre las dificultades de la mujer en el primer mundo de Occidente, aunque su muestrario pase simplemente por acercarnos el devenir de dos estudiantes sin recursos y una periodista ya madura acuciada por las obligaciones laborales y familiares. En vistas del embrollo, por lo tanto, debe tomarse Elles como lo que es, sin buscarle tres pies al gato y desechando de antemano cualquier metáfora o doble lectura pretendida por su directora. En su sentido estricto, analizando la película de la forma más objetiva posible, puede decirse que es un film que pese a su sencillez argumental esconde un mundo oscuro más intrincado al que el espectador o bien no puede entrar o directamente no se le deja acceder. Trata cuestiones espinosas, pero ni se enfanga en el cine social expositivo ni termina de acoger el aliento lírico de lo alegórico. Su medianía, su inconcreción, forma parte también de su encanto: en Elles se valora positivamente el rechazo de un cine de fórmulas y corsés, y ni que sea a base de provocar incertidumbre en la platea consigue que al salir de la sala uno siga pensando en sus retales de vida difusas. El espectador poco avezado a un cine difícil se sentirá y con razón excluído de la narración. Para los demás, además de una nube espesa de interrogantes sin respuesta, queda un nuevo recital interpretativo de Juliette Binoche, una de esas actrices cuya presencia encierra una forma de ver el mundo y un género cinematográfico en sí mismo. Michael Haneke dice que el arte supera a la religión porque el primero propone preguntas y la segunda ofrece respuestas. Acogémonos a esa idea para poner punto y final a tanta divagación: pese a sus imperfecciones, Elles contiene temas, texturas y lecturas bastante interesantes. Que cada uno decida si eso es suficiente para reivindicar una película difícil de defender.
Para buscadores de películas circunspectas.
Lo mejor: Binoche nunca decepciona.
Lo peor: Depende demasiado de la voluntad del espectador.
Nota: 6
Lo mejor: Binoche nunca decepciona.
Lo peor: Depende demasiado de la voluntad del espectador.
Nota: 6
Estupenda la reseña. Aunque le has puesto una calificación más bien baja, yo "mato" por la Binoche, y pienso verla cuando sea menester y esté disponible.
ResponderEliminarSaludos
Roy