viernes, 30 de noviembre de 2012

Algunos apuntes sobre BROKEBACK MOUNTAIN (EN TERRENO VEDADO), de Ang Lee

1. En el momento de su estreno todo el mundo comentó los excelentes paisajes de Brokeback Mountain pero es interesante subrayar la fuerza que la naturaleza ejerce en la película. La montaña es el símbolo que une para siempre a Ennis del Mar y a Jack Twist, el lugar al que volverán cada cierto tiempo para recordar esos dos meses que los marcaron profundamente. Es evidente que la montaña tiene un efecto imán y de metáfora sobre el pasado, pero en su día no se prestó la suficiente atención al peso que tiene la naturaleza en la película. Si nos fijamos, los elementos naturales, la metereología y todo lo sucedido en Brokeback tiene un claro correlato con la acción y la evolución interna de los personajes. Así, las tensiones entre los personajes vienen a raíz de un incidente de Ennis con su caballo, por el que los dos vaqueros se quedan sin comida durante una semana. Eso produce un mayor acercamiento entre los protagonistas sellado tras el transcurso de su primera noche juntos en la cabaña. A partir de este momento Lee hace coincidir el estado anímico en cambio de los personajes con otras alteraciones de la rutina de la montaña. Una vez que Jack y Ennis han intimado, Ennis encuentra el cadáver de una oveja descuartizada por un coyote, clara metáfora de la mala suerte y la tragedia que desde entonces impregnará todo el devenir de ambos: Ennis ha roto la regla no escrita de que un miembro de la pareja debe dormir en lo alto de la colina junto a las reses y eso acaba en un castigo metafórico por parte del equilibrio que gobierna la montaña. Algo parecido sucede con el segundo encuentro sexual, momento al que sigue una gran nevada que les obliga a desmontar la cabaña. La enfermedad del tío de Jack, por ejemplo, también funciona como irónico apunte de lo que está por venir. En un primer visionado el público estaba demasiado influido por el morbo y las dudas de si Lee llevaría su historia gay hasta las últimas consecuencias, lo que en términos yankis significa si sería capaz de enseñarnos momentos íntimos explícitos de los protagonistas. Eso impidió ver el tono elegíaco de esas escenas, de la misma forma que no se dijo que la actitud diferente de ambos en la soledad de la tienda los describe para todo el relato: fíjense en la rudez de Ennis, que penetra a Jack de forma brusca, o el cariño de Jack en la segunda noche al acariciar a Ennis.


2. Hay una escena que desde el primer momento me obsesionó: el momento en el que Alma, la esposa de Ennis, descubre a su marido en la entrada de casa besándose apasionadamente con el desconocido Jack. En las dos veces que la vi en el cine pude comprobar que la gente respondía a ese momento con una sonora carcajada, algo injusto si tenemos en cuenta que es uno de los puntos más dramáticos de la historia. De nuevo, que el público reaccionase con una risotada a una imagen claramente trágica viene a demostrar la frivolidad ya no de ciertos espectadores sino de ciertas miradas que con Brokeback Mountain se asomaban por primera vez a los terrenos del queer cinema. Ese momento me parece especialmente relevante. De alguna manera Jack es la parte de la pareja que habla, que se abre, que da el primer paso para buscar a Ennis y que tras tantos años de frustración intenta hallar por sí mismo la felicidad al lado de otros hombres. Se habló mucho de la relación familiar y emocional que se establece entre Ennis-Alma y Jack-Lureen, pero no se prestó suficiente atención a las 'conexiones cruzadas' de esas partes. Por ejemplo, Jack claramente se muestra celoso de Alma por estar todos los días junto a Ennis, y a su vez Alma ve en Jack a un rival en una lucha por ser el centro de la atención y el cariño de Ennis. Son dos personajes que reclaman amor desde dos posiciones enfrentadas. En cambio, Jack nunca entra en contacto con Lureen, la esposa de su amigo, pero Lureen siempre se muestra contrariada por el hecho de que siempre tenga que ser su marido el que viaja para pescar y no Ennis (porque ella desconoce que Jack no solo está atado a una persona sino a un lugar). En este sentido, la escena en que Ennis llama a Lureen para saber cómo murió Jack revela el enfado que Lureen, sin conocer a Ennis, ha ido tejiendo años y años hacia el amante de su esposo. Aquí también merece resaltar un hecho: Michelle Williams se basta de una sola mirada para exteriorizar sus sentimientos, y Anne Hathaway, la única que no tuvo su espacio en la temporada de premios, hace una excelente interpretación en la escena clave del teléfono con silencios recurrentes, sus caladas a un cigarro y la mirada perdida mientras escucha por primera y por última vez la voz del hombre que en la distancia marcó toda su vida. Podríamos decir que Ennis actúa como fuerza masculina para Alma, y que en relación a Lureen y Jack es la primera la que queda descrita en términos masculinos al presentarse en el contexto de un rodeo y no Jack pese a ser el 'hombre'. Una prueba más de la precisa dirección de actores y creación de personajes que trama Ang Lee.


3. Pocos se fijaron en que Brokeback Mountain, en contra de la narrativa habitual del cine contemporáneo, discurre en un escrupuloso orden cronológico. La disposición de la trama es parte de ese clasicismo que muchos atribuyeron a la película. El calificativo 'western gay' pese a todo no deja de ser una simplificación: es un western en cuanto se sirve de una época, un paisaje y un poso cinéfilo, pero su factor homosexual supone una continuación y al mismo tiempo una ruptura de los tipos y prototipos del western; y es 'gay' en el sentido de que la historia concierne a dos hombres, pero ese adjetivo implicaría negarles presencia a los personajes femeninos de la película y obviar que más allá de un 'signo' o 'tendencia' Ang Lee realiza un melodrama épico y lírico que es ante todo y sobre todo una historia de amor. Hay momentos clave que dotan de hondura romántica, entendiendo 'romántico' en su vertiente menos frívola, a la historia. Por ejemplo, la escena en que Jack mira la silueta de Ennis alejándose en el retrovisor de su coche tras bajar de Brokeback, un plano fijo con los personajes difuminados y alejándose muy similar al momento en que Jack se encuentra en México con un joven prostituto y ambos desaparecen en la oscuridad de la calle. La primera escena supone la pérdida de Ennis por parte de Jack al ser este quien mira desde el espejo del vehículo, y en la segunda se habla de la pérdida de Jack con respecto el espectador, porque somos nosotros los que vemos el lento caminar del personaje y porque es una de las últimas apariciones del mismo antes de saber su muerte (otro momento más que puede leerse desde el presagio). ¿Más pruebas románticas? Ennis parece vomitar en una callejuela tras su vuelta a la realidad: si es el hecho físico del cambio de presión atmosférica el que produce el malestar o si ese momento es un reflejo de algo no material (el disgusto por volver a una vida que no desea) es una prueba más del romanticismo interno que plaga toda la película. Y si volvemos al orden cronológico de la trama, nos daremos cuenta que solo hay tres momentos o flashbacks que interrumpen de forma claramente recurrente la historia: en el primero, vemos a un Ennis de ocho años viendo el cadáver de un hombre homosexual asesinado supuestamente por el padre de Ennis, todo mientras Ennis cuenta la historia a Jack y de paso a toda la audiencia; en el segundo, Jack recuerda un momento íntimo con Ennis (un abrazo) mientras este se va con su camioneta tras decirle que no podrán verse hasta dentro de varios meses; y en el tercero, Ennis imagina aquello que sucedió con Jack mientras Lureen explica su versión de lo ocurrido. Son dos recuerdos y la evocación de un momento no vivido pero sentido. Lo que cuenta Ennis a Jack es decisivo porque se relaciona con lo que verdaderamente le ocurrió a Jack. Es interesante resaltar que estos momentos dotan de profundidad a los personajes y tienen la capacidad de conmover y afectar a los espectadores: con los flashbacks, simbólicamente la crónica de tres pérdidas (en este orden: la de la inocencia, la de los momentos vividos en Brokeback en el año 1963 y la final e irreparable marcha de Jack), accedemos al alma de Ennis y Jack. Una complejidad que no está al alcance de todos los cineastas.


4. Hay muchísimos momentos emocionantes en Brokeback Mountain. La comida en la que el padre de Lureen reta la autoridad de Jack como cabeza de familia (la expresión de Lureen, en pantalla tan solo unos pocos segundos, es decisiva para entender por quién toma partido en la disputa, algo que nuevamente engrandece el trabajo no suficientemente considerado de Anne Hathaway). Ese momento en paralelo a otra comida del Día de Acción de Gracias: la de Ennis y los suyos, concretamente la escena en que Alma le cuenta a su ex marido un episodio decisivo del pasado (en el film los personajes 'cuentan' historias y esconden historias, algo que me parece de una belleza formal  y de un poder evocador absoluto). La fiesta en que Ennis pega a un grupo de maleducados (Lee recurre a fechas, celebraciones y momentos clave de la vida norteamericana para dar cuenta del paso del tiempo, detalle excelente). Pero hay un fotograma que contiene todo el drama de la historia, obviamente el momento en que Ennis abraza la camisa manchada de sangre de Jack: cómo Lee logra tanto con tan pocos elementos, y cómo en ese caso evita el flashback (recurso fácil) para invocar a la memoria del espectador (al ver la escena, debemos relacionar la manga de sangre con la última pelea de la pareja en Brokeback, demostración de que hemos interiorizado la trama). En relación a eso, es muy curioso como en este último visionado me emocionó muchísimo más el final de la historia: el momento en que la hija mayor de Ennis visita a su padre para contarle que va a casarse con su novio. Cómo Lee enlaza el amor del pasado con el del futuro, a su vez en un marco de cambio generacional y temporal (la historia de la hija de Ennis nos concierne a nosotros al situarse en la actualidad), y cómo ello se produce mientras Ennis vuelve a la imagen de la chaqueta de Jack y a una foto de Brokeback (su amor persistirá, pero su 'momento' ya se fue), me parece de un halo trágico inconmesurable. De alguna forma siempre sentí que la historia debía terminar donde acaba la relación de Ennis y Jack (en la escena del abrazo de la americana), pero una lectura profunda del film hace que desdiga el argumento. Porque sin ese final con la hija de Ennis la película no sería el retrato generacional que es, la historia de un amor oculto como tantos otros en un contexto de represión y autorepresión. La hija de Ennis 'se casará por la Iglesia': la película tiene la valentía de dirigirse hacia nosotros y nos insta a respetar y a mantener vivo el testigo de Ennis y Jack. Ennis dice a su hija que 'no necesita más muebles en su caravana porque nunca puedes necesitar aquello que no tienes', una frase que es una lección de amor a su hija, un consejo grandioso para la audiencia y al mismo tiempo una metáfora del Ennis anciano, hastiado y curtido que definitivamente se ha asentado en un lugar y que solo espera vivir el ocaso de su vida en paz. Ello ya sería suficiente para definir Brokeback Mountain como un western crepuscular, por ser el retrato del fin de una época. Un motivo más para reivindicar las innumerables virtudes de una de las mejores peliculas de todos los tiempos.


Nota: 10

jueves, 29 de noviembre de 2012

Crítica de EN LA CASA (DANS LA MAISON), de François Ozon

 Para Esther y Kosti, los entusiastas

El cinéfilo, y en general cualquier persona que ama el arte, se define por su curiosidad. Ver películas es lo más parecido a recorrer otros mundos, encarnar otros cuerpos y visitar otros espacios. Contemplar un film es asistir a la representación de un pedazo de vida con el deseo de que lo que late en la pantalla pueda llegar a tener un efecto decisivo en nosotros, tan placentero como revelador. El cine representa la realidad y al mismo tiempo la altera y la sublima. El arte es vida, tiene vida y supera a la vida por ser creíble y a la vez increíble. Para sobrevivir el director de cine necesita contar historias de la misma forma que el espectador se nutre de buenas tramas. Hay sed por contar y ansias de que a uno le cuenten cosas. Ese es el pacto ficcional que une a creador y público. Es lo que hace Ozon en calidad de cineasta. También Claude, el adolescente protagonista de En la casa. Y Germain, su profesor de lengua y escritor frustrado. Y todos los demás personajes del film: desde una galerista sin demasiada suerte a una ama de casa que sueña con redecorar su cuarto de baño. Porque En la casa habla del proceso de creación, de la capacidad de fascinación y manipulación que entrañan las palabras. Es una película lingüística y literaria pero también una obra cinematográfica pícara, astuta y perversa. Es cine dentro del cine, y así hasta jugar con mil y una muñecas rusas, pero también un entretenimiento adulto tan divertido como perturbador.  


En la casa, a diferencia de otros films aparentemente difíciles que se pasean por los principales festivales europeos, piensa en el lector. O mejor: en el espectador. Ozon ha dejado sus ínfulas kitch escondidas bajo llave en la habitación menos explorada de la casa. No es la primera vez que los personajes ozonianos discurren encerrados en cuatro paredes: uno detectará cierto poso del vodevil ya lejano de 8 mujeres; y en el personaje de Rafa, así como en la presentación de Claude (vemos antes su torso desnudo que su rostro, un plano típico del director), es fácil reconocer el Ozon anterior. Es una historia que se enmaraña, que se enreda, que se complica, que al final estalla. Ozon es un romántico y En la casa es al fin y al cabo la historia de una pasión y de una obsesión, expuesta, y aquí viene la novedad, a partir de un guion que funciona con la precisión de un algoritmo matemático. También un cuento sobre la educación, la capacidad de influencia, los límites de lo moral tanto en la realidad como en la ficción y la comercialización del arte en tiempos en el que consumimos con la misma voracidad objetos y personas. Por eso En la casa es reflexión que no pierde de vista la acción. Una ruptura, pues, con el anterior cine de Ozon, que tenía la fuerza de lo narrado a trancas y barrancas pero también el poder arrebatador de lo contado desde el absoluto convencimiento. En la casa hereda la tenacidad de Ozon pero controla su tendencia al sentimiento desbocado. Eso hace de esta película una cinta intelectual y al mismo tiempo trepidante. 


Durante gran parte del metraje la historia tiene fuerza pero resulta inverosímil, justamente la apreciación que hace el profesor con respecto a las redacciones de su alumno. Aunque poco a poco la película te atrapa, te engulle y te confunde. En sus últimas escenas el relato se quiebra, los espejos se rompen, los planos narrativos se desgajan. Con todo, añoro el Ozon de siempre, aunque muchos lo consideren ñoño, rosa o hiperbólico. A En la casa le falta sentimiento porque toda ella es sentido, racionalidad. Una ficción que habla de la ficción, de quien la lee, de quien la recibe, de quien la protagoniza. La fórmula es evidente: 'el mejor final es aquel que sorprende al lector y al mismo tiempo el que tras la lectura se intuye como el único posible, el más coherente'. Lo mismo se puede decir de En la casa: Ozon busca el final perfecto con sus personajes y encuentra una resolución impecable. El cineasta francés ha sabido reconducir sus constantes a otros niveles: ha dejado que la gramática ponga orden a su eterna poesía. Almodóvar, por citar un ejemplo coetáneo, con el paso de los años se ha vuelto ordenado pero no racional. Ozon sí, y no es casualidad que ambos en sus últimas películas se hayan servido de una obra ya existente, el primero literaria y el segundo teatral, para dar una vuelta de tuerca a su cosmos personal. Veremos si el giro que supone En la casa tendrá continuidad en la obra de Ozon. De momento En la casa, justa Concha de oro este año en San Sebastián, es una película clave que se presta a infinitos visionados. También dan ganas de escribir, leer y hablar sobre ella. De lo más elegante e inteligente que hemos visto este 2012 en los cines.


Para espectadores ingeniosos que buscan películas ingeniosas
Lo mejor: La conjunción de excelentes interpretaciones con un guion de hierro.
Lo peor: Enriquece más el cerebro que el corazón, aunque la película resulte tremendamente simpática.

Nota: 8

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Crítica de SKYFALL, de Sam Mendes

Antes de hablar de Skyfall vale la pena detallar cuál es mi relación con la saga James Bond. Estamos ante un film esperado por tantos fans y del que se han escrito tantas cosas que creo interesante avisar a todos ustedes cuáles son mis relaciones iniciales con la película para que entiendan qué esperaba de ella y al mismo tiempo para comprender una reseña que corre el riesgo de ser impopular. Empiezo. Nunca he sido fan de James Bond y de hecho hasta la fecha solo pude ver las películas protagonizadas por Pierce Brosnan y el actual Daniel Craig. No puedo hablar, por lo tanto, de Skyfall como parte, la número veintitrés, de la saga 007. Tampoco puedo establecer aquí debates sobre qué actor es el mejor agente al servicio de su majestad, una cuestión que vuelve con cada nuevo estreno. Si se trata de decidir los mejores villanos de la franquicia, no cuenten conmigo. Y ni mucho menos puedo divertirme, como mínimo detectar, los guiños y las conexiones de las obras actuales con los clásicos de antaño. Así que Skyfall, asumiendo que se debe a un patrón más que establecido y entendiendo que esa base debe modernizarse película a película (porque así lo requieren los nuevos tiempos y porque en caso de caer en la repetición lo mejor sería matar de forma digna al espía de espías), es para este blog una película de acción cuyo único propósito es evadir a la audiencia en dos horas y cuarto de persecuciones imposibles, chicas despampanantes y pistolas extragrandes. Valorando Skyfall como entretenimiento, como película autónoma estrenada en 2012 y vista con la mentalidad cinéfila del 2012, es una cinta técnicamente despampanante, como se esperaba, pero un tanto tediosa. Y es aquí cuando me acojo a las pequeñas cabezadas que hice durante la proyección, siempre sin llegar al sueño profundo, para afirmar aunque con la boca pequeña que Skyfall, sintiéndolo mucho, no cumple las expectativas.


Sí sé qué me gusta de Skyfall. Me encantan los primeros minutos: la película empieza por todo lo alto con coches, motos y trenes destrozando todo lo que encuentran a su paso. Los títulos de crédito, canción de Adele incluida, son una delicia. Bardem no solo está genial sino que tiene las mejores escenas, tanto a lo que respecta al guion como a la técnica: el primer encuentro con Bond y su némesis es absolutamente fantástico, con un travelling muy sutil y un largo monólogo sobre las ratas (no cuento más) que no tiene desperdicio. También detecto, ni que sea por intuición, qué diferencia o qué puede diferenciar esta Skyfall del resto de entregas: es una película oscura que por primera vez explora la intimidad de Bond y de M, como si la película fuese la crónica de una crisis y a Mendes le tocase dar vida al film que marca el punto de inflexión, el principio del cambio, de una saga que hasta la fecha solo aspiró a ser evasión sin más. Y finalmente también percibo el punto débil de la cinta: tiene un malo de excepción, pero realmente este no tiene un peso decisivo en la película, pese a que Bardem, en sus contadas tomas, se adueña de la trama con su extraña fisicidad. Algunos hablan de la posible influencia del nuevo enfoque que dio Nolan a Batman en relación a lo que ha hecho Mendes con el conjunto 007... la comparación no me parece desatinada pero tampoco es un halago para Skyfall. Mendes es uno de los directores más sólidos de la actualidad y de él hay que valorar su capacidad por saltar de género en género con la endereza de los mejores narradores. Skyfall dista de ser una mala película, pero es un producto que no me divierte. Será seguramente una película que para los gourmets de Bond marcará un antes y un después. Mendes pisa fuerte y dejará huella en el devenir de la saga. Pero en lo personal me quedo con Casino Royale. Y pensando que Skyfall, pese a sus espontáneos momentos de lucidez, es una película menos sólida y menos festiva de lo que se ha dicho. Ya sea por falta de desapego a la figura de Bond, por ignorancia de la saga, porque el film responde a un patrón de cine que casi nunca me motiva, o porque Skyfall es muchísimo menos de lo que asegura la mayoría.


Para bondianos recién llegados o de la vieja escuela.
Lo mejor: Combina acción con personajes más complejos de lo habitual en el género.
Lo peor: No corta la respiración e incluso aburre.

Nota: 5'5

martes, 27 de noviembre de 2012

Crítica de ARGO, de Ben Affleck

Con Argo Ben Affleck ha llegado a su madurez como realizador pero no como autor. Tras esta película está capacitado para emprender cualquier tipo de proyecto. Poco queda del sex symbol que llenaba revistas con peliculillas de las que nadie se acuerda. Ahora se divierte contando historias, y Argo es una historia tan real como increíble. Argo recibirá el beneplácito de la Academia porque pocos se atreven a llevar a cabo un thriller tan bien hilvanado que no olvida ni la precisión de tempos que requiere el género ni el envoltorio técnico que precisa toda producción de época. Sobre todo, es una película de películas, una demostración de cómo la ficción puede cambiar la realidad, e incluso puede leerse como un homenaje a ese Hollywood creador de mitos, iconos y títulos que unieron a toda una generación, mensaje nostálgico y reconfortante en un momento de crisis y de pérdida de espectadores en las salas. En ese juego también hay una interpretación posible, más discutible, más yanki si cabe: cómo Estados Unidos, un país ensimismado que se ha creído demasiadas veces el ombligo del universo, extiende su poder, vence a los malos (siempre extranjeros) y logra engañar a toda la sociedad iraní recurriendo a la fascinación que despierta en todo el mundo la ostentación de las grandes superproducciones estadounidenses. Argo propone un restablecimiento del orden a partir de los principios básicos de la sociedad americana (o sea, su sentido del espectáculo), y en ningún momento su ejercicio de cine histórico contempla la posibilidad de que los malos sean otros (más bien lo contrario porque el film premia al personaje que interpreta el propio Affleck elevándolo a la categoría de héroe y padre coraje). Por lo tanto, pese a la indiscutible solvencia de su última media hora, pese al gran despliegue de su introducción y pese a las grandes aportaciones de actores como Alan Arkin y John Goodman, Argo no deja de ser cine de sábado por la tarde con un plus de inteligencia, al fin y al cabo la americanada de tomo y lomo que con más o menos gracia nos vienen colando desde Los Ángeles desde hace la tira. Argo, eso sí, es la historia de un bulo ejecutado con gracia, llevado hasta sus últimas consecuencias, demostración de la testarudez y el orgullo del norteamericano de pro. No se aleja demasiado de otros relatos como Munich, y la comparación con Spielberg, guste más o menos, en todo caso beneficia a Affleck. Argo es una buena película, entretenida en casi todas sus partes, cine vivo que aúna la perspicacia con la cinética. Gustará a los votantes de la venidera temporada de premios porque tiene la capacidad de ser un film de masas. Es una obra de discurso patriótico que admite pocas quejas y además su componente social la convierte en una película que queda bien premiar. Todo ello elementos que me atraen hacia Argo y que al mismo tiempo me llevan a considerarla otra película más, nada que ver con el soberbio juego de cine político que prometían muchos. Le falta densidad y complejidad. Y si no, vean cómo el personaje protagonista decide el futuro de su misión: al amparo de una botella de whisky, como los viejos vaqueros en la lucidez de la borrachera, apostando al todo o nada, casi un guiño a la etapa en que Affleck solo era conocido por su adicción al alcohol. Argo hace trizas, como esos documentos de la embajada destruídos a toda prisa, cualquier atisbo de duda sobre Affleck. Lo siguiente será ejecutar la obra maestra, al menos la gran película, que Argo intenta ser pero que por imposiciones de la huida, del cine dentro del cine o del engaño implícito y explicto de la trama no consigue.


Para los que aman el cine de palomitas... y algo más
Lo mejor: La premisa argumental, se mire por donde se mire, es excelente.
Lo peor: Que entretenga desde la acción y no desde la reflexión, como hacía, por ejemplo, otro thriller tocado por el Oscar: Michael Clayton.

Nota: 7

lunes, 26 de noviembre de 2012

Crítica de DE JUEVES A DOMINGO, de Dominga Sotomayor

DE JUEVES A DOMINGO, de Dominga Sotomayor Castillo (Chile, 2012)
¿De qué va?: Una familia emprende un largo viaje en coche por las carreteras de Chile. Lucía, una niña de 12 años, juega con su hermano pequeño en la parte trasero del vehículo. El padre conduce. La madre ocupa al asiento del copiloto. Y puede que este sea el último viaje juntos.
El dato: La directora Dominga Sotomayor ha filmado su ópera prima con tan solo 27 años. La dirección de fotografía corre a cargo de Bàrbara Álvarez, conocida por su trabajo en la recordada Whisky.
Valoración: En su cortometraje Videojuego la joven realizadora Dominga Sotomayor filmaba en un plano único a un niño jugando con su consola mientras a su alrededor despuntaba la realidad familiar del pequeño. De jueves a domingo sigue una coherencia similar: pasamos de una larga escena sin cortes a una historia que sucede casi por entero en los pocos metros cuadrados de un coche, elemento que da personalidad y aporta claustrofobia a la historia. E igual que en esa pequeña ficción, en el film quedan muy bien delimitadas dos realidades: la de los niños, descrita desde la curiosidad, la hiperactividad, la imaginación y los juegos típicos de la edad; y la de los adultos, cuya relación va oscureciéndose poco a poco hasta estallar en conflicto. La obra de Sotomayor retrata la inocencia de la infancia en un contexto de desencanto: aunque nunca se nos explican con pelos y señales los motivos y el destino del viaje, la directora se acoge al silencio y apela a la intuición del espectador para acercarnos esos dos mundos que conviven y que colisionan, de forma que la magia de uno y el drama del otro se integran de forma enigmática. Tal vez al film le puede demasiado la carga simbólica de la historia y termina descompensándose: la parte luminosa protagonizada por los niños siempre funciona, pero las tiranteces de los padres no acaban de estar bien explicadas. Al final de la cinta Sotomayor viene a decirnos que su road movie es más el retrato de un instante (el lapso temporal del título) con sus posibles consecuencias (cuesta creer que tras lo visto 'todo seguirá igual') que la crónica de una ruptura, a la contra de lo que podría esperarse (en todo momento intuímos que 'algo va a suceder'). En De jueves a domingo podemos tocar la grieta y la mezcla de paisajes humanos y físicos deja cierto poso en la audiencia. Como la mirada de los niños interrogándose qué sucede en el cercano pero inaccesible mundo de los adultos, la película necesita espectadores pacientes dispuestos a espiar y seguir hasta el final a cuatro actores que irradian naturalidad. Sin duda, Dominga Sotomayor es una de las cineastas latinoamericanas más prometedoras.
Palmarés: Tiger Award del Festival de Rotterdam a la mejor película. Alhambra de oro a la mejor película de Festival Cines del Sur Granada.


Si te gusta esta reseña, vótala en Filmaffinity

Nota: 6'5

domingo, 25 de noviembre de 2012

OSCAR RANKING 12: AÑO 2005

¡Bienvenidos al duodécimo post del OSCAR RANKING!
Aviso: si te gusta el cine, si te gustan los Oscar... ¡este es tu concurso!
Estamos eligiendo la mejor película nominada a los premios de la Academia de los últimos 20 años. En el margen derecho del blog encontrarás 5 encuestas relativas a las 5 películas nominadas detalladas en la siguiente entrada. Valora del 1 (menor nota) al 10 (mayor nota) los títulos que han marcado a toda una generación de cinéfilos. Atención: ¡sé objetivo a la hora de votar! Y si no viste alguno de los films en juego, ¡no lo votes! Cada semana el blog realizará el cálculo de las notas medias obtenidas por todas las películas, y los resultados los encontrarás al final de cada post en nuestro OSCAR RANKING. ¡Revisa todas las semanas los posts en Butaca K y Cinoscar & Rarities! ¡ Y el 22 de febrero de 2013 la película con mejor nota media será coronada la ganadora del Oscar Ranking! Disfruta de los posts, visiona los videos, vota por tus favoritos... ¡el show está a punto de empezar!

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RESULTADOS DE LA ENCUESTA ANTERIOR:


Una semana con muchos contrastes. Empezamos en Facebook, con muchas voces que despotricaron contra los films de Jackson y Coppola (ni qué decir que injustamente). Y tras calcular las notas medias, no queda duda que este es el quinteto nominado más descompensado de los últimos 20 años de Oscar. La única que recibe matrícula de honor es Mystic River: su media de 8'25 la convierte en una de las ocho películas que hasta la fecha ha superado la media de 8. El retorno del rey, pese a ser el film de la semana con más dieces, se queda con un 7'59, un poco menos que La comunidad del anillo y un poco más que Las dos torres. Lost in Translation se queda con un 7'14. Master & Commander acaba con un decepcionante 6'30. Y Seabiscuit hace historia pero para mal. La separan 53 votos de la más votada de la semana: El retorno del rey. Nadie la valoró con la máxima puntuación. Y acaba colista del top 55 con un 5'50 de media. Vosotros lo habéis decidido: el dichoso caballo nunca tuvo que haber peleado por el Oscar. ¿Ganará Clint Eastwood por segunda semana consecutiva?

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77th. Academy Awards
Gala: 27/02/2005, Kodak Theatre (Los Ángeles)
Maestro de ceremonias: Chris Rock Opening Speech
Oscar honorífico: Sidney Lumet Link
Análisis de la gala: Link
Y las nominadas a la mejor película del año 2004 fueron:

THE AVIATOR (EL AVIADOR), de Martin Scorsese
Oscars: 5/11
Ganó: Actriz secundaria (Cate Blanchett), fotografía, dirección artística, montaje y vestuario
País: EE. UU.
Tráiler: Link
Nota Filmaffinity: 6'3
Nota IMDB: 7'5
Nota del blog: 6
Fecha de estreno en España: 14/01/2005
Valoración: El aviador voló muy alto durante toda la temporada de premios. Eso hasta que Million Dollar Baby, que debía estrenarse en marzo de 2005, llegó en diciembre a los cines estadounidenses y a la carrera hacia el Oscar para cambiarlo absolutamente todo. Que El aviador, película larga, excesiva, con mucha técnica y poco sentimiento, fuese hasta esa fecha la más valorada del año dice más bien poco del conjunto de films que tenemos a continuación. Scorsese hizo una película visualmente impecable pero un tanto hueca en contenido. El genio cometió un error, el mismo de años atrás con motivo de Gangs of New York: se veía a millas de distancia que Scorsese, más que hacer una buena película, buscaba 'la película que le diese el Oscar'.

FINDING NEVERLAND (DESCUBRIENDO NUNCA JAMÁS), de Marc Foster
Oscars: 1/7
Ganó: Banda sonora original
País: EE. UU.
Tráiler: Link
Nota Filmaffinity: 7'3
Nota IMDB: 7'8
Nota del blog: 5
Fecha de estreno en España: 11/02/2005
Valoración: Depp sorprendió al dar vida a James Barrie, el autor de Peter Pan. Y lo hizo porque Depp, sin trajes, pelucas, maquillajes y ademanes a lo Jack Sparrow supo enfriar su semblante y ser el protagonista de una fábula mágica y triste. Descubriendo Nunca Jamás cayó en gracia pero sigue resultando una película extraña que no siempre sabe armonizar su ambiente y humor british con el cuento surrealista y el drama de la improvisada familia del escritor. Por una vez la Academia valoró la mezcla y no se dejó llevar por la lágrima: solo eso explica que Kate Winslet, excelente como secundaria, no tuviese más presencia en toda la temporada de premios. Parece que la Academia quiere a Depp en su faceta más desatada y más seria. Este blog mantiene una relación contradictoria con la película porque aunque dista de ser una mala cinta no acaba de emocionarme o llenarme como parece que lo hizo entre los votantes. Será que si se trata de invocar el niño que llevamos dentro parece que la inocencia ya nos pilla muy lejos. ¡Si es que los abueletes de la Academia son unos niños grandes!

MILLION DOLLAR BABY, de Clint Eastwood
Oscars: 4/7
Ganó: Película, director, actriz protagonista (Hillary Swank) y actor secundario (Morgan Freeman)
País: EE. UU.
Tráiler: Link
Nota Filmaffinity: 8'1
Nota IMDB: 8'1
Nota del blog: 10
Fecha de estreno en España: 04/02/2005
Valoración: Eastwood logró en la foto finish lo que parecía imposible: superar a Scorsese teniendo el Oscar en casa y habiendo estado el año anterior nominado por Mystic River. Pero lo conseguido por Million Dollar Baby no fue ni una sorpresa ni mucho menos una injusticia: el drama de la púgil Maggie tiene algunas de las escenas melodramáticas más memorables del cine reciente. Con el pulso del cine clásico, tres grandes interpretaciones y el corazón de los académicos en un puño, Eastwood consiguió llevar la consabida historia de superación personal, deporte, sacrificios y vidas maltratadas por el destino a la dimensión del arte en estado puro. Freeman por fin consiguió el Oscar mientras que Swank escalaba posiciones en la lista de actrices más premiadas por la Academia. Difícil poner algún pero a una película sobre la que desde su estreno existe una unanimidad absoluta. Toda una generación de espectadores saltó de la butaca al ver a Maggie cayendo del ring y golpeándose con un taburete, muchas plateas lloraron con uno de los finales más emotivos jamás filmados, y muchos críticos coinciden en señalar a Million Dollar Baby como uno de los grandes aciertos de los Oscar y uno de los pocos clásicos instantáneos que nos dejó la década pasada. La chica del millón de dólares que acabó con cuatro estatuillas.

RAY, de Taylor Hackford
Oscars: 2/6
Ganó: Actor protagonista (Jamie Foxx) y sonido
País: EE. UU.
Tráiler: Link
Nota Filmaffinity: 7'1
Nota IMDB: 7'7
Nota del blog: 7
Fecha de estreno en España: 28/01/2005
Valoración: Foxx logró el mejor Ray Charles posible. La Academia valora muchas de las cosas que estaban en su interpretación: encarnación de un personaje real, papel con problemas físicos (en este caso la ceguera del cantante), historia de vida problemática (el film no esquiva la relación de Charles con las drogas) y dominio en el arte del piano (Brody y Rush saben de lo que hablamos). Aunque Hackford nunca ha estado entre los grandes pese haber dirigido dos cintas noventeras muy queridas (Eclipse total y Pactar con el diablo), con Ray logró un biopic bastante fluido con un envoltorio musical inmejorable y un Foxx haciendo historia escena tras escena. Tal vez le perdió el hecho de no haber estado en la picota de la taquilla y ser un film 'demasiado oscarizable'. Pueden reprochársele muchas cosas pero Ray funciona y no muchos la vieron en su día o la rescataron a posteriori. Si ese es su caso, salden su deuda con la historia de un niño marcado por una infancia durísima (la muerte de su hermano, su progresiva pérdida de visión) y una de esas vidas de película (trabajo en clubs cutres, éxito repentino y declive final).


SIDEWAYS (ENTRE COPAS), de Alexander Payne
Oscars: 1/5
Ganó: Guión adaptado
País: EE. UU.
Tráiler: Link
Nota Filmaffinity: 6'8
Nota IMDB: 7'7
Nota del blog: 7
Fecha de estreno en España: 18/02/2005
Valoración: Las películas crean adhesiones, fascinaciones y modas. Después de llenar salas repletas de sonoras risotadas, las visitas a la campiña francesa y la demanda de vino con pedigrí subió como la espuma. Todo un logro para una película pequeña que sobre el papel tenía difícil ir más allá de una dimensión indie. Muchos conocimos a Giamatti aquí y nos partimos de risa con su road movie. Payne directamente se consagró y logró su mayor éxito en los Oscar, aunque luego Los descendientes repitió mismo número de nominaciones (cinco) y mismo premio (mejor guión) que Entre copas. La película también rescató a Virginia Madsen y Thomas Haden Church, todos ellos nominados, del baúl de los recuerdos. Y Sandra Oh, en ese momento estrella de la serie ganadora del Globo de oro Anatomía de Grey, interpretaba a una mujer de armas tomar y mucha mala leche mientras fuera de cámara cumplía las funciones de esposa del director. Una de las comedias adultas más exitosas de los últimos años. No sabemos si los actores se emborracharon con tanta cata pero sin duda los fotogramas de Entre copas respiran unidad, amistad, buen rollo y mucha ternura.

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Mejor canción del año:
AL OTRO LADO DEL RÍO, de Diarios de motocicleta
Presentación de Salma Hayek: Link
Actuación en la gala: Link
Discurso de agradecimiento: Link
Canciones nominadas del año: Link
Bandas sonoras nominadas: Link


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AÑO 2004 - 2005

FESTIVALES:


Sundance: Primer, de Shane Garruth (EE. UU.)
Berlín: Contra la pared, de Fatih Akin (Alemania)
Tribeca: Green Hat, de Liu Fen Dou (China)
Cannes: Fahrenheit 9/11, de Michael Moore (EE. UU.)
Karlovy Vary: Certi bambini, de Andrea y Antonio Frazzi (Italia)
Venecia: El secreto de Vera Drake, de Mike Leigh (Reino Unido)
Locarno: Domicilio privado, de Saverio Costanzo (Italia)
San Sebastián: Las tortugas también vuelan, de Mahman Ghobadi (Irán)
Toronto: Hotel Rwanda, de Terry George (Reino Unido)
Sitges: Old Boy, de Park Chan-Wook (Corea del sur)


PREMIOS:

Globo de oro: El aviador / Entre copas
SAG reparto: Entre copas
Independent Spirit: Entre copas, de Alexander Payne
EFA: Contra la pared, de Fatih Akin (Alemania)
Bafta: El aviador, de Martin Scorsese
César: La escurridiza, o cómo esquivar el amor, de Abdel Kechiche
Goya: Mar adentro, de Alejandro Amenábar
David di donatello: Las consecuencias del amor, de Paolo Sorrentino

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EL RINCÓN DE KOSTI:

Gran año este 2004 a lo que la categoría estrella de los Oscar se refiere. El año anterior Clint Eastwood se quedó con la miel en los labios, y perdió frente la embestida de El señor de los anillos. Pero este año, con el boxeo femenino de fondo y tres interpretaciones memorables, tito Clint conseguía alzarse al Olimpo del cine. Pero como he dicho, fue un gran año con cinco estrellas en el firmamento del Kodak Theatre. 

La primera de ellas, no por un orden estricto, sino más bien aleatorio, será Entre copas, de Alexander Payne. De entre las cinco nominadas, resulta la más fresca y encantadora. Se mueve entre lo cómico absurdo y un dramatismo peripatético, muy bien encarnado por sus dos protagonistas: Thomas Haden Church (nominado) y Paul Giamatti (cedió su sitio a un grandísimo Don Cheadle). La cinta nos lleva a un viaje por los viñedos californianos, lo que convierte sus escenarios en un “intérprete” más, en un protagonista pasivo, espectador de las desventuras de estos dos amigos en una curiosa despedida de soltero. El contrapunto lo ponen los personajes femeninos que, en otras cintas, Payne dominó de mejor manera que aquí, aunque Sandra Oh pone el punto histriónico que le sienta de maravilla. Mucho vino y poco raciocinio.

En nuestro periplo de Oscar llegamos al sur de Estados Unidos para conocer a una leyenda de la música, un astro del jazz, blues, R&B y soul. Hablamos de Ray Charles, un genio de la música que perdió la vista siendo muy joven, pero las ganas de deleitar con su música y sus prodigiosas manos. Jamie Foxx fue el elegido para este papel, y aunque en un principio la decisión no pareció convencer demasiado, demostró que era un papel a su medida y encandiló a los de la Academia, que le otorgaron su mayor mención: mejor actor principal. Por si fuera poco, ese año también optaba al premio como actor de reparto por Collateral, las dos únicas nominaciones de su carrera, por el momento. Siguiendo con la película, Ray fue uno de los dos biopics del año nominados, si bien centrado en la figura del músico, no escatima en presentarnos su lado más humano, encarnado por una difícil infancia, y a la vez su lado más oscuro: las mujeres, su gran debilidad. Una cinta a reivindicar. 

Igualmente reivindicable, y que yo lo diga tiene un plus, ya que no suelo casar con el cine de Scorsese, fue El aviador, un largo biopic sobre el productor de cine e innovador en el mundo de la aviación Howard Hughes. Sin duda su mejor baza fue la interpretación de Leonardo DiCaprio, un actor al que tenía en baja estima, pero con los años ha ido ganándose mi admiración. Sin embargo, aunque reconozcan su talento, es uno de los grandes olvidados de la Academia, más teniendo en cuenta que lleva varios años mereciéndose el premio y que han olvidado nominarlo por grandes papeles, como el reciente J. Edgar. Lo peor de El aviador, quizás (y digo quizás porque para mi no fue así), es su duración, larga, pero justa a mi parecer. En ocasiones sí es verdad que Scorsese divaga y se entretiene en detalles un tanto innecesarios, pero lo que sí deja clara es la marcada, esperpéntica y obsesiva personalidad de Hughes. Volando alto para recuperar su buena mano de Uno de los nuestros, aunque años después, lograra algún que otro despropósito nuevo. 

Subiéndonos a un cuadrilátero conocimos a Maggie Fitzgerald, la chica del millón de dólares o, como gustó llamar a Eastwood, Million Dollar Baby, la ganadora del año, la cosechadora de éxitos, la ablandadora de corazones y espíritus. Con esta película Clint Eastwood dejó claro que es el rey del drama. Poca gente, o incluso nadie me atrevería a decir, sabe llegar al alma sin resultar cursi o manipulador como él, por lo que no es de extrañar que consiguiera convencer a la Academia como mejor director, y eso que competía con grandes, y algún que otro novato (en comparación al resto claro). Million dollar baby es una película que tengo muy reciente. De hecho, recién la he terminado de ver en el momento que escribo estas líneas. Me quedo con una frase y una cara, la de Frankie al escuchar a Maggie decir “¿Recuerdas lo que hizo mi padre por Axel?” En ese instante nada reflejaba mejor el momento que íbamos a vivir que su cara. Y eso que decían que tito Clint ya había terminado su carrera como actor, cuando lo que realmente ha hecho es ir in crescendo (para muestra, un botón: Gran Torino). Lo que es cierto es que con esta película no ha conseguido su mejor obra (por suerte tampoco la peor, que todavía no me explico qué estaría pensando al hacer Más allá de la vida), pero el caso es que muchos sí la consideran como la mejor del año, pero en mi caso tampoco fue así…

La película del año, dentro de este mundo de los Oscar, fue, para mi, Descubriendo Nunca Jamás. Con un toque de melodrama, descubrimos una historia en torno al escritor de Peter Pan, fantásticamente interpretado por Johhny Depp. Ese año el apartado masculino de interpretación estaba bien cubierto por unas gafas de sol y un piano, pero lo cierto es la competencia estaba más viva que ningún año anterior. En la película de Marc Forster (único director de los cinco que no consiguió nominación en su categoría, dejando su espacio a Mike Leigh) descubrimos el país de Nunca Jamás, y su auténtica inspiración: la verdadera Wendy y sus niños perdidos. La historia rezuma dulzura, candidez y mucha ternura. Un melodrama como no se había visto desde El piano, pero con un toque más romántico, y desde un punto de vista más optimista. Precisamente ese optimismo es el que la convierte en una pequeña joya. Peter Pan en un mundo real. 


Otro año más que en nuestro país tenemos que estar de enhorabuena: Alejandro Amenábar y su Mar adentro no sólo conseguían una nominación en mejor película de habla no inglesa, sino que se alzaba con el premio frente a otras como Los chicos del coro o El hundimiento, ambas laureadas internacionalmente. De resto, hubo olvidos importantes, aunque quedaron reflejados en otras categorías, como Hotel Rwanda o Diarios de motocicleta, película que, si me permiten el inciso, protagonizó el mejor momento de la noche cuando, después de negar la interpretación de la canción nominada Al otro lado del río a Jorge Drexler durante la gala, aduciendo supuestamente que no era suficientemente famoso como para ello, tras otorgarle definitivamente el premio, en lugar de dar el típico discurso de agradecimiento, arrancó a cantar su tema. Sin duda, un gran momento para la posteridad. 

Sin enrollarme más, os dejo con mi orden de preferencia de las 5 nominadas del año, aunque la distancia entre unas y otras se va a deber a décimas o puntualidades, porque las cinco son grandes, con mayúsculas:  
1. Descubriendo Nunca Jamás 
2. Million dollar baby 
3. Entre copas 
4. Ray 
5. El aviador

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NUESTROS TOPS: LOS MEJORES FILMS DEL 2004
(según año de producción)


KOSTI BGY:
1. Kill Bill vol. 2, de Quentin Tarantino (EE.UU.)
2. Diarios de motocicleta, de Walter Salles (Argentina)
3. Hotel Rwanda, de Terry George (Sudáfrica/Reino Unido)
4. Closer (Cegados por el deseo), de Mike Nichols (EE.UU.)
5. Descubriendo Nunca Jamás, de Marc Forster (EE.UU.)
6. Hierro 3, de Kim Ki-duk (Corea del Sur)
7. Million Dollar Baby, de Clint Eastwood (EE.UU.)
8. Entre copas, de Alexander Payne (EE.UU.)
9. El hundimiento, de Oliver Hirschbiegel (Alemania)
10. Shrek 2, de A. Adamson, K. Asbury y C. Vernon (EE.UU.)

Reivindicación personal: El diario de Noa, de Nick Cassavetes (EE.UU.)


XAVIER VIDAL:
1. 2046, de Wong Kar-Wai (Hong Kong)
2. Million Dollar Baby, de Clint Eastwood (EE. UU.)
3. El bosque, de M. Night Shyamalan (EE. UU.)
4. El 7º día, de Carlos Saura (España)
5. La mala educación, de Pedro Almodóvar (España)
6. Contra la pared, de Fatih Akin (Alemania)
7. Palíndromos, de Todd Solondz (EE. UU.)
8. Reyes y reina, de Arnaud Desplechin (Francia)
9. Kill Bill Volume 2, de Quentin Tarantino (EE. UU.)
10. Hierro 3 y Samaritan Girl de Kim Ki-duk (Corea del sur)

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Palmarés completo:
Película: MILLION DOLLAR BABY Link
Película de habla no inglesa: MAR ADENTRO (España) Link
Película de animación: LOS INCREÍBLES Link
Película documental: LOS NIÑOS DEL BARRIO ROJO
Director: CLINT EASTWOOD, por Million Dollar Baby Link
Actor protagonista: JAMIE FOXX, por Ray Link
Actriz protagonista: HILLARY SWANK, por Million Dollar Baby Link
Actor secundario: MORGAN FREEMAN, por Million Dollar Baby Link
Actriz secundaria: CATE BLANCHETT, por El aviador Link
Guión original: ¡OLVÍDATE DE MÍ! Link
Guión adaptado: ENTRE COPAS Link
Banda sonora: Jan A.P. Kaczmarek, por DESCUBRIENDO NUNCA JAMÁS
Canción: Al otro lado del río, DIARIOS DE MOTOCICLETA
Dirección artística: EL AVIADOR
Fotografía: EL AVIADOR
Montaje: EL AVIADOR
Vestuario: EL AVIADOR
Maquillaje: UNA SERIE DE CATASTRÓFICAS DESDICHAS DE...
Sonido: RAY
Efectos sonoros: LOS INCREÍBLES
Efectos visuales: SPIDER-MAN 2

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  RESULTADOS DEL OSCAR RANKING
En negrita: entradas de la semana


1. La lista de Schindler 8'40 
2. Cadena perpetua 8'37 
3. Secretos y mentiras 8'35 
4. El pianista 8'31 
5. Mystic River 8'25
6. Pulp Fiction 8'22 
7. Fargo 8'11 
8. Las horas 8'06
9. American Beauty 7'97
10. En el nombre del padre 7'96 
11. El paciente inglés 7'94 
12. El sexto sentido 7'86 
13.  Moulin Rouge 7'86
14. ESDLA: La comunidad del anillo 7'84
15. El piano 7'83 
16. Sentido y sensibilidad 7'79
17. Titanic 7'75 
18. La milla verde 7'75
19. Salvar al soldado Ryan 7'70
20. L.A. Confidential 7'67
21. Traffic 7'62
22. Mejor... imposible 7'61
23. ESDLA: El retorno del rey 7'59
24. Tigre y dragón 7'52 
25. Forrest Gump 7'50 
26. Chicago 7'50
 27. Lo que queda del día 7'46
28. Gosford Park 7'45
29. En la habitación 7'45
30.  ESDLA: Las dos torres 7'34
31. La delgada línea roja 7'31
32. Shakespeare in love 7'30
33. Las normas de la casa de la sidra 7'30 
34. Gladiator 7'28
35. Chocolat 7'15
36. Elizabeth 7'14
37. Lost in Translation 7'14
38. El dilema 7'11
39. La vida es bella 7'10 
40. Erin Brokovich 7'09
41. El cartero (y Pablo Neruda) 7'05 
42. Braveheart 7'02
43. Gangs of New York 6'87
44. Full Monty 6'74
45. EL indomable Will Hunting 6'70
46. Shine: El resplandor de un artista 6'66 
47. Una mente maravillosa 6'65
48. Quiz Show: El dilema 6'47 
49. Babe: El cerdito valiente 6'39 
50. Jerry Maguire 6'36 
51. Master & Commander 6'30
52. Cuatro bodas y un funeral 6'28 
53. Apollo 13 6'14 
54. El fugitivo 6'13 
55. Seabiscuit: más allá de la leyenda 5'50

sábado, 24 de noviembre de 2012

Panfleto electoralista: Crítica de FÈNIX 11·23

Por primera vez este blog ha estado a punto de no realizar una reseña. Porque siento que con Fènix 11·23 es imposible separar la cuestión cinematográfica de la política. Vivimos en un momento sumamente convulso, a la escritura de este post a pocas horas de las elecciones catalanas, y el estreno de Fènix 11·23 es tanto una declaración de intenciones por parte de ciertos sectores independentistas como una película oportunista que corre el riesgo de ser utilizada como bandera de una causa mayor, al menos diferente a la ya de por sí complicada tarea de rodar y estrenar un film. Ya puestos a escribir, lo coherente, o lo que a este bloguero le sale del corazón, es hacer una crítica desgranando punto por punto las sandeces de Fènix 11·23, una película que no solo me ha disgustado sino que directamente me ha enfadado por su capacidad manipuladora. Pero intentaremos ser serios y ceñirnos, aunque Joel Joan y Sergi Lara no lo hagan y estén contentos de ello, a lo cinematográfico según los parámetros que este espacio cree que deben usarse a la hora de hablar de una película.


Tal vez lo más cabal sería empezar contándoles la historia real que está detrás del film. En 2004 un niño fue detenido tras escribir un mail a un supermercado bajo el nombre del 'Ejército del Fénix', la webmaster que el pequeño había creado inspirándose en la Orden del Fénix de los libros del mago Harry Potter, simplemente porque pedía que la empresa etiquetase sus productos en catalán. La anécdota se convirtió en un asunto de estado y llegó a la Audiencia Nacional de Madrid, aunque finalmente, tras movilizar miles de firmas a favor del niño y conseguir el apoyo de distintas agrupaciones políticas, la cadena retiró la denuncia y el proceso judicial por terrorismo informático quedó congelado. Ahora ese caso es el centro de la acción de Fènix 11·23, film que dirigen dos militantes confesos de ERC y en el que han dejado patente su ideología. Lo siguiente, para no irnos por los márgenes, sería argumentar que la cinta, pese a llevar la estelada hasta en la propia tira del celuloide, es una mala película, y no precisamente porque ensalce un partido que quien escribe nunca defenderá sino porque dista de ser un cine social complejo y sobre todo sutil. Joan y Lara, criados en la escuela televisiva de TV3, han rodado su criatura como si fuese un telefilm de altos vuelos. Son unos narradores pésimos: en lugar de llevarnos al corazón de la injusticia que sufre el pequeño protagonista cargan las tintas del relato y se dejan absorbir por la dinámica de la exageración, de lo grotesco. Con tanto subrayado, planos enfáticos y escenas absolutamente risibles Fènix 11·23 acaba resultanto totalmente inane en lo artístico y en lo ideológico: el independentista con cabeza sumará mil y un despropósitos que le distanciarán del film, y el españolista rancio tendrá un nuevo centro en el que tirar todos sus irracionales dardos. 


En definitiva: Fènix 11·23 no es mala por militar en el bando 'x' sino porque cae en la caricatura, por tener unos personajes totalmente absurdos, por ser palabrería sin técnica ni oficio. Uno se pregunta por qué Joan y Lara han hecho esta película: querían dar a conocer una historia que, creo, merecía ser contada, pero el engendro acaba siendo un trozo de chatarra más que aviva la llama de la guerra España-Cataluña (o viceversa). Tanto da que los detalles más increíbles de la historia sean verdad porque no resultan verosímiles dentro de los resortes cinematográficos: el tema tiene tales proporciones que cumple el tópico y supera a la ficción. Y un film que invita a la violencia, que polariza todavía más los frentes de batalla y que dispone las fichas para que todo case según las mentes fanáticas de uno y otro lado se merece - sean cuales sean, repetimos, sus filiaciones - el rechazo de este blog. No el odio, porque ello implicaría darle la razón al equipo de la película. Lo único esclarecedor de todo esto, y lo que sigue es un epílogo totalmente personal, es que hay muchísima mirada reduccionista, porque me parece igual de surrealista filmar Madrid con una bandera española ondeando al viento que retratar la zona costera cercana a Barcelona como un lugar hostil con más pintadas independentistas que habitantes. Tal vez un espectador totalmente ajeno al conflicto del film se sentirá conmovido por la causa, pero quien tenga mínima información y criterio debería desechar gran parte del descarado envoltorio propagandístico de Fènix 11·23. No será esta web quien boicotee una película, mucho menos la que incentive la no asistencia a las salas. Visiónenla, pero con el detector de mentiras encendido.


Para ciudadanos que buscan un eslogan y no verdaderos argumentos
Lo mejor: Àlex Casanovas, aunque su personaje y la transformación que sufre sea penoso.
Lo peor: Que no sea ni quiera ser solamente una película.

Nota: 3'5

viernes, 23 de noviembre de 2012

OSCAR RANKING: PROTAGONISTA O SECUNDARIO, ESA ES LA CUESTIÓN

La gente que va al cine, esa que a principios de año diseña su calendario de visionados según 'los premios' conseguidos por las cintas de estreno, sabe que un actor o actriz 'gana el Oscar', pero quizás desconozcan que antes de que eso se produzca los artistas 'son promocionados' al Oscar. En los Academy Awards es tan importante hacerse ver en la gran pantalla (léase: hacer una buena interpretación) como insistir a los votantes sobre las bondades de un papel (o sea: hacerse ver). Streep se basta sola para justificar su tercer Oscar por La dama de hierro, pero nadie puede negar que en ello tuvo mucho que ver la campaña que realizaron los Weinstein a favor de la actriz. Hay campañas de publicidad descaradas (las autofotos que pagó y distribuyó 'a su manera' Melissa Leo con motivo de The Fighter), hay campañas 'soterradas' (los Weinstein son unos ases en esto) y hay campañas que están aunque no se notan (este año sin ir más lejos Tan fuerte, tan cerca logró lo imposible).

Anthony Hopkins por El silencio de los corderos es el ganador del Oscar al mejor actor con menos minutos en pantalla (apenas un cuarto de hora). Pese a esto, difícilmente hubiera podido cursar como secundario debido a la importancia de su personaje en toda la trama. De hecho, Sucedió una noche, Alguien voló sobre el nido del cuco y El silencio de los corderos son las únicas películas ganadoras de los llamados cinco premios Oscar más importantes: película, director, guión y actor y actriz protagonista. Además de esos tres casos, muy pocas veces en los Oscar se ha premiado a los dos protagonistas de un film: Peter Finch y Faye Dunaway por Network (Un mundo implacable), Henry Fonda y Katharine Hepburn por En el estanque dorado o Jack Nicholson y Helen Hunt por Mejor... imposible son las excepciones.
En esa campaña influye muchísimo la doble distinción de 'protagonista' y 'secundario'. Los académicos votan a sus actores favoritos en la categoría que quieren: queda, por lo tanto, a la libre intuición o gusto personal el poner a un actor en 'leading role' o en 'supporting role'. Dicho de otro modo, es posible que un actor perdiese la nominación por tener votos como protagonista y secundario, pero que al computar por separado unos y otros no se obrase el milagro. Así hasta cubrir todas las combinaciones que se puedan imaginar. Eso sí: desde esas campañas publicitarias se 'redirige' el voto hacia una u otra categoría de las dos posibles. Los Oscar, por lo tanto, incluso antes de proceder al envío, ahora ya electrónico, de las papeletas a los votantes, se decide en los despachos de muchas productoras y distribuidoras. Y en el mundo de la publicidad cualquier estrategia es válida: a veces promocionar a dos protagonistas en su categoría natural (pensemos en el dúo Davies-Sarandon de Thelma & Louise) implica perder de antemano el premio por una razonable división de votos, y en ocasiones aplicar el mismo molde (pensemos en el dúo Benning-Moore de Los chicos están bien) implica ganar una nominación (la de Benning) y perder otra (la de Moore).

No hay nada casual en la confección de los 20 intérpretes nominados en cualquiera de las 4 categorías existentes. A lo que también entra en juego otra duda ya menos difícil de resolver: ¿dónde están los límites entre 'lo protagonista' y 'lo secundario'? Vayamos más lejos: ¿para cuándo un Oscar a la mejor interpretación novel, partiendo de la base que los noveles siempre tienen más complicado el acceso a la estatuilla? Y por qué no: ¿Oscar a la mejor interpretación 'terciaria'? (premio que habrían ganado sin problema Mariah Carey por Precious, Winona Ryder por Cisne negro y Adrien Brody por Midnight in Paris en los últimos tres años). ¿Y mejor elenco a imagen y semejanza de los SAG?

¿Qué hacer cuando la película que tenemos entre manos es descaradamente coral? En la historia del Oscar hay muchísimas estrategias internas. Lo más habitual es que el apartado de 'secundario' sea un contenedor de gran parte de las interpretaciones del film. Las mujeres ganan en estos casos: Chastain y Spencer fueron ambas nominadas por Criadas y señoras, Adams y Leo por The Fighter, Adams y Davis por La duda, Zeta Jones y Latifah por Chicago y Mirren y Smith por Gosford Park, solo por citar los casos más recientes. Además, ese doblete no implica una división de votos: de los apuntados, Spencer, Leo y Zeta-Jones ganaron sin problema la estatuilla. Con los hombres no suele ser tan habitual: Dafoe y Berenguer pelearon por Platoon, Gazzo y Strasberg por El padrino 2 y triplete de Caan, Duvall y Pacino por El padrino. En la foto, Nicole Kidman por Las horas, la única que fue promocionada como protagonista por el film de Stephen Daldry. ¿Resultado? Julianne Moore fue nominada como secundaria y Meryl Streep hizo lo suyo no por Las horas sino por Adaptation: el ladrón de orquídeas. Las tres ganaron en el Festival de Berlín ex-aequo el premio a la mejor actriz.
Fijémonos en algunos ganadores 'protagonistas'. Nicole Kidman en Las horas tiene tanta presencia y minutos en pantalla como sus compañeras de reparto (Julianne Moore peleó como secundaria), pero la transformación física de la actriz y el peso de su personaje (nada menos que la escritora Virginia Woolf) la convierten en el eje de la historia. Algo parecido sucede con Forest Whitaker en El último rey de Escocia: el verdadero protagonista es el periodista que da vida James McAvoy, pero toda la trama se dirige al dictador que interpreta Whitaker. Y algunos pusieron en duda el protagonismo de Kate Winslet en The Reader (ganó mejor actriz secundaria en los Globos de oro), aunque es suficiente con recordar la película para darse cuenta que Hanna Schmitz es el motor de la historia incluso en los momentos en los que no aparece en pantalla.

La lista de secundarios premiados da todavía más juego. Un motivo podría ser el hecho de que el Oscar, por una parte, ha valorado históricamente los papeles dramáticos en detrimento de los cómicos; y por otro, que los roles cómicos siempre han quedado reducidos a una dimensión 'testimonial': pensemos en Hattie McDaniel por Lo que el viento se llevó y Whoopi Goldberg por Ghost, dos afroamericanas premiadas, secundarias de aportación claramente cómica (de 'distensión de la trama') en películas dramáticas. Algo parecido explica por qué Kevin Kline, genial en Un pez llamado Wanda, ganó el Oscar como parte del reparto del film cuando no costaría considerarle el 'protagonista moral' de la película pese a su marcado tono coral. Kline seguramente no hubiera ganado el premio de haber concurrido como protagonista. En este sentido, solo Jack Nicholson y Helent Hunt por Mejor... imposible marcan 'la excepción reciente que confirma una regla que viene de lejos'. Una prueba más es el Oscar de Reese Witherspoon, que por cantar y defender el drama de En la cuerda floja ganó cuando Kidman por Moulin Rouge y Zellweger por Chicago, ambas por películas más destacadas, ambas 'actrices y cantantes', y ambas 'un peldaño' por encima de la interpretación de Witherspoon, no ganaron por el hecho de defender 'una comedia', aunque, como en el caso de Zellweger, esa comedia fuese la mejor película del año.

Los Oscar están llenos de decisiones muy discutibles. Haley Joel Osment fue presentado como secundario por El sexto sentido cuando su papel era tan relevante como el de Bruce Willis. En relación a los niños, la Academia tiene una extraña obsesión por promocionarlos como secundarios siempre que un adulto tiene posibilidades por la misma película (caso Hunter-Paquin en El piano) o incluso cuando ese pequeño es el absoluto protagonista de la cinta (Steinfeld fue secundaria por Valor de ley, mientras que Castle-Hughes fue protagonista por Whale Rider). Parece, en definitiva, que los niños siempre quedan reducidos a los apartados secundarios al tener más posibilidades, mientras que los apartados protagonistas quedan reservados para actores con una larga carrera a sus espaldas.
Si repasamos la lista de secundarios ganadores de los últimos años nos daremos cuenta que se valora 'el protagonismo de los secundarios'. Difícilmente una buena actuación sin mucha presencia acaba en Oscar, si bien Judi Dench se alzó con el Oscar por aparecer solo 8 minutos en Shakespeare in love. Paquin era secundaria en cuanto Hunter tenía más escenas en El piano, lo mismo para Jolie respecto Rider en Inocencia interrumpida, y otro tanto para Mo'nique y Sidibe en Precious: por lo demás, tanto las que cursaban como protagonistas como las presentes en secundarias tenían el mismo 'impacto' en la audiencia. Recientemente hablando de cine con unos amigos casi todos hablaban de El paciente inglés mencionando únicamente a Binoche, como si la francesa fuese la protagonista de la cinta de Minghella. Obviamente lo es, digan lo que digan los Oscar: la necesidad y el deseo de ganar el premio tiene estas cosas.

Todavía hay más. En Poderosa afrodita Mira Sorvino es más protagonista que Helena Bonham Carter, pero el hecho de que la segunda no presentase ninguna posibilidad de premio no motivó a los distribuidores a promocionar a Sorvino en la categoría reina. Lo mismo sucede con Gay Harden en Pollock respecto Jennifer Connelly. Kevin Spacey en Sospechosos habituales, George Clooney en Syriana y Rachel Weisz en El jardinero fiel trascienden la 'actuación secundaria', pero pese a no contar con un contrapunto protagonista sería difícil ponerlos en el ring de los protagonistas. Y luego hay casos que claman al cielo: promocionar a Hailee Steinfeld como secundaria por Valor de ley siendo el eje femenino de la historia es directamente un 'engañabobos'

¿Es el Oscar a intérprete secundario un premio menor respecto su análogo protagonista? La historia de los Oscar nos dice que habitualmente los ganadores en apartados secundarios acaban siendo nominados e incluso ganando como protagonistas en años posteriores y no al revés: ese es el esquema que cumple, por ejemplo, Meryl Streep, primero premiada por Kramer contra Kramer y luego como cabeza de cartel de La decisión de Sophie en apenas tres años de diferencia. Dianne Wiest ha ganado dos Oscar pero siempre como secundaria gracias a Hannah y sus hermanas y Balas sobre Broadway: ¿sirve ese detalle para negarle la importancia de otras actrices con dos premios en calidad de protagonista? Aquí tiene especial importancia el nombre de Woody Allen, que ha dado muchas nominaciones a sus secundarios, al menos en mayor medida que a sus protagonistas, casi siempre mujeres: ganaron Sorvino, la propia Weist o Cruz (en la foto).
En definitiva, tras esos 'the nominees for best actor/actress in a leading/supporting role' hay muchos tejemanejes difíciles de saber 'desde fuera'. La historia de los Oscar es extensa y cada cinéfilo podría citar su nominado o no nominado favorito, o su 'interferencia' más destacable en los apartados interpretativos. En los Globos de oro, los SAG y los Oscar lo 'protagonista' o 'secundario' fluctúa. Muchos actores han recibido premios distintos (uno de los dos posibles) por una misma película. Delimitar quién es el protagonista de la película 'x' suele ser una operación bastante fácil y en la mayoría de los casos 'no admite duda', pero el mecanismo de la temporada de premios y las normas internas de los Oscar son propensas a la trampa y a la ambigüedad. Vemos 'películas' y 'actuaciones' sin pensar en qué categorías podrían ubicarse en los Oscar, y de la misma manera es difícil creer que un cineasta es consciente de estar haciendo o de querer hacer un film 'de Oscar' (hacer 'una buena película' es la primera máxima). Pero una vez las obras están terminadas y llegan a las salas se pone en marcha la maquinaria del Oscar. Y créanme: en ese mecanismo ser protagonista o secundario es 'la cuestión fundamental'.