jueves, 22 de marzo de 2012

Elena Anaya, secuestrada: Crítica de CUENTA ATRÁS (À BOUT PORTANT, POINT BLANK)

'Para no hacer mudanza en su costumbre', como diría el soneto, llega tarde y sin promoción À bout portant, aquí con el título anodino de Cuenta atrás, a las salas españolas. Los que se extrañaron por el revuelo que despertó Elena Anaya a su paso por el Festival de Cannes 2011 seguramente desconocían que en diciembre de 2010 nuestra española más internacional tras Penélope Cruz y Paz Vega había protagonizado este thriller adrenalítico. Como en La piel que habito, Anaya vuelve a estar secuestrada por unos hombres extraños mientras su marido, un aspirante a enfermero, hace todo lo posible por rescatarla, siguiendo las indicaciones que los captores le van dando. La película es simplemente eso, un juego al gato y al ratón con muchas persecuciones, explosiones aparatosas, saltos de ventana en ventana y disparos. La historia es mínima, su metraje es bastante corto y simplemente se dedica a encadenar imágenes con cierto ritmo sin elaborar una descripción de personajes o una historia más interesante. Funciona como pasatiempo fugaz que se olvida casi a la misma velocidad que el pobre protagonista huye por las calles de París. Como otros títulos europeos como la sueca Exit o la danesa The Candidate, la imitación del modelo estadounidense se impone a cualquier regionalismo, una estrategia muy buena si se quiere contar con distribución en Europa y Estados Unidos, incluso presumir de remake al otro lado del charco, pero poco interesante para las diferentes cinematografías europeas. Aunque ya querría el cine español un Bourne local tan eficaz como esta Cuenta atrás que entretendrá mucho y aportará más bien poco al cine de 2012.


Nota: 5'5

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