Paula Ortiz nos hace partícipes en su ópera prima de la historia de tres mujeres españolas de distintas edades y distintas épocas unidas por los deseos de amor y problemas de tipo personal y social. Ortiz explora un mundo de texturas, gustos, sonidos, sensaciones, miradas, animales y objetos, un universo de naturaleza lírica en el que se impone el personal modo de contar la trama, un sentido del tempo poco explorado, además de nexos particularísimos que unen estratégicamente los estados de ánimo de las protagonistas (ovillos que se enredan y deshacen, que cambiar de color y que entrelazan el devenir de las tres mujeres que interpretan Verdú, Dolera y Gavasa). La poesía late en el título de la película, y no costaría evocar referencias pictóricas en muchos de los preciosos fotogramas de la propuesta. Y en lo narrativo, la película impone su cosmovisión femenina, con sensibilidad, pero sobre todo queriendo hacer un particular retrato del papel de la mujer a lo largo de la historia más reciente de España. De tu ventana a la mía busca la rima, pero su verdadero corazón está en la yuxtaposición de tres historias de tres mujeres malditas, víctimas y héroes, luchadoras y a la vez soñadoras, representaciones simbólicas de la mujer en su sentido más amplio. Hay, en definitiva, mucha narrativa en De tu ventana a la mía, y la película no llega a eclosionar, no acaba de aprovechar ni lo hondo de su mensaje ni la sinestesia de sus imágenes. De tu ventana a la mía termina como un film singularísimo pero incompleto: corre el riesgo en todo momento de acabar como forma sin fondo, o bien como fondo con una forma excesivamente contemplativa, silenciosa, incluso tendenciosa. En lo personal, la película brilla en lo visual y en su mimo por el detalle, pero fracasa a la hora de dar cuerpo temático a sus criaturas. Aún así, no estamos ante tres cortometrajes ensamblados azarosamente porque precisamente el montaje es una de las grandes bazas del film, y quizás la demostración de que Ortiz domina el medio cinematográfico. Pero poco puede hacer el pegamento si las piezas a encolar son de un material tan frágil, de un interés más bien débil. Lástima que la película acabe borracha de un esteticismo de postal, y que sus tres historias mínimas, acaso cuentos un tanto naifs y trillados, sean mera retórica, caligrafía sin ortografía, complementos de imágenes en lugar de indagación de temas. Todo ello, más los típicos escollos a los que tiene que hacer frente el cine de autor local (dígase escasa promoción, llámenle poca distribución de copias, todo pese a sus meritorias tres nominaciones al Goya), relegará De tu ventana a la mía al olvido inmediato de la cinefilia, con la posibilidad de que con el tiempo sea interpretada como una nueva vuelta de tuerca (y por qué no: interesante) de esa etiqueta, en ningún caso género cinematográfico, llamada cine femenino (y en este caso: cine feminista).
Tengo muchas ganas de verla, la frase del cartel "hay historias de amor que se agarran a la garganta" me parece simplemente sublime. Por lo que cuentas en la crítica, y a pesar de esa posible falta de fondo a la que haces referencia, creo que me va a gustar, que es el tipo de cine que más encaja conmigo. Un abrazo!
ResponderEliminarYo tambien tengo muchas ganas, en mi curso crear tienda virtual no paramos de hablar de ella.
ResponderEliminarSaludos