¿Quién era Marilyn? ¿Cómo era Marilyn? De la señora Monroe importa más lo que se dijo/escribió y lo que se dice/escribe de ella que su verdadera vida. Marilyn es algo etéreo, un concepto, un mito. Afortunadamente Simon Curtis en Mi semana con Marilyn ha sabido encontrar el equilibrio perfecto para actualizar y llevar a un público moderno el fulgor de la estrella y sus posibles oscuridades. La película que ahora se estrena no propone una única visión de Marilyn y deja la duda, el misterio entorno a la ambición rubia. Porque las ecuaciones más interesantes son las que no tienen solución. Y de Curtis a Michelle Williams: la actriz ha sabido llevar a sus carnes la fragilidad y la fiereza, el atractivo y la magia de una persona que escena tras escena se construye y se desconstruye, resultando bien caprichosa bien generosa, ahora fuerte y después débil, al principio tonta y al final posiblemente un ser humano con sus complejos y miedos. También convence que el recuerdo a Marilyn se inserte dentro de otro homenaje: la recreación del rodaje de El príncipe y la corista que la artista filmó en Inglaterra de la mano de sir Lawrence Olivier. Todo ello hace de Mi semana con Marilyn una película a medio camino entre el biopic y el ejercicio de cine dentro del cine, muy curiosa para los entendidos en la materia y una fábula entretenida para los no iniciados. Y por aquí viene lo más discutible de Mi semana con Marilyn: para que la trama resulte cercana al espectador actual, la historia del rodaje y de su actriz protagonista queda enmarcada en una subtrama un tanto banal: la historia de amor del ayudante de producción Colin Clark con la inalcanzable star. Es precisamente la relación de capricho entre diva y admirador la que centra las escenas más intrascentes pero efectivas (Marilyn entrando en un barucho de mala muerte) y otros hilos argumentales más desechables (la relación simultánea que Colin mantiene con Marilyn y la asesora de vestuario que da vida Emma Watson en uno de sus primeros trabajos post Harry Potter). Con todo Mi semana con Marilyn gana enteros si la comparamos con La dama de hierro y Albert Nobbs, la primera un biopic y la otra una historia que podría serlo, ambas competidoras del film que nos ocupa en la terna del Oscar a la mejor actriz protagonista. Una película agradable, nada tramposa, que evita superficialidades y que no cae en el esperpento. Una de las cintas más destacables de unos Oscar muy flojos.
Muy buena crítica Xavier, como siempre, pero en esta ocasión no puedo estar de acuerdo contigo...La película no logró engancharme...ni el mismísimo trasero de Marilyn lo consiguió...
ResponderEliminarSobre la interpretación? Hombre!! Era para lucirse y no acaba de hacerlo, a mi gusto!!
Desde la Ignorancia, Lucas Liz.
Una reseña, en mi opinión muy acertada Xavier.
ResponderEliminarYo creo que Michelle Williams se merecía el oscar por encima de mi adorada Meryl Streep, pero Meryl es mucha Meryl...
;)
Siempre buscando cosas novedosas, mi grupo de animadores infantiles nos topamos con cosas muy interesantes como estas. A mi si me gustó.
ResponderEliminarSaludos