No es un tema fácil. No es un personaje, el del violador o el de la víctima, fácil de interpretar sin traicionar a los que en su vida han tenido que sufrir el infierno de los abusos sexuales. Silvia, interpretada por Michelle Janer en su etapa más adulta, se pregunta cómo su padre, el hombre que más la quiso y querrá, pudo a la vez destruirle la vida. Al principio eran juegos que nada tenían de inocentes. Luego un hecho que marcó toda su adolescencia. Y ahora, esa piedra en el camino de la independencia y la libertad. Armendáriz esquiva en No tengas miedo cualquier discurso paternalista (lo he dicho más de una vez, pero ese es el mal endémico del cine social de este país) y es fiel a los testimonios que inspiraron la película (vemos el paso de Silvia de niña a mujer mientras se intercalan escenas de una sesión de terapia). Sorpresa: a ratos es más una cinta de los Dardenne que del propio Armendáriz (largos silencios, lánguidos paseos, un guión que esquiva el tema principal para, paradójicamente, tratarlo en todo momento y llegar al corazón del problema). El aparente distanciamiento del personaje es sumamente inteligente: Armendáriz narra por omisión de datos; no juzga a sus personajes, y deja la puerta abierta para que el público reflexione y llegue a una opinión respecto personajes tan polémicos como el de la madre que interpreta Belén Rueda. Algo mucho más efectivo que un guión masticado, con tendencia a la poesía barata o el sentimentalismo obvio, talón de Aquiles de cineastas locales que no vamos a citar. Y ante todo, ese título de No tengas miedo quiere ser un alegato a favor de la causa, una demostración de que Armendáriz empatiza con esa joven perdida. Aunque ándense con cuidado: el juego que propone el director no permite desprenderse de la historia a los pocos minutos. Cine potente, con las ideas claras, pensado para perdurar y sacudir. El regreso del mejor Armendáriz, el mismo que parió la obra maestra Tasio y no veíamos desde Secretos del corazón.
Nota: 6'5
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No me termina de cuadrar mucho, compa Xavier, lo que, en mi opinión, es una discrepancia entre tu opinión "textual", bastante positiva y que comparto plenamente, acerca de la peli, y la "nota aritmética" que le asignas, de solo un 6,5; pero, bueno, eso quizá es algo más anecdótico que importante. Lo que verdaderamente cuenta es tu valoración del film, y ése, por lo que leo, es bastante positivo; algo que suscribo, dado que también a mí me parece la peli de Armendáriz una propuesta tan valiente como bien resuelta, una muestra de cine no por enjundioso y denso, aburrido o plúmbeo. A ver si cunde el ejemplo... Un abrazo y buena semana.
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