Sigo teniendo mis más y mis menos con el cine italiano (más 'menos' que 'más'). Que una película tan correcta como No mires atrás ganase 10 premios David de Donatello sólo se explica a partir de dos hipótesis: la primera, que los señores académicos y votantes desoyeron todo lo bueno que se estrenó en Italia ese año; y la segunda, que la nómina de películas locales era especialmente funesta como para que la vencedora fuera este thriller alicaído. En España ha llegado, como es habitual, escandalosamente tarde: de hecho, Toni Servillo protagonizó antes Gomorra e Il divo que el film que nos ocupa, ópera prima de Andrea Molaioli. Los críticos de aquí la han comparado con Chabrol, algo que sólo amancilla la tumba del gran cineasta francés. El maestro galo realizaba ficciones endiabladas, retratos de las tensiones entre clases sociales, una descripción y disección del ambiente rural proviciano. A su lado, No mires atrás palidece como un juego de niños, una mera partida de 'cluedo' sin demasiada enjundia. El guión no dota a sus personajes de entidad. Al espectador se le niega la posibilidad de jugar con las piezas del tablero y establecer sus propias hipótesis sobre lo ocurrido. La silueta de la chica muerta, de rostro angelical y postura extraña, no sirve para crear un thriller con atmósfera. Después de 90 minutos ni especialmente largos ni especialmente apasionantes queda un capítulo de Se ha escrito un crimen, con una resolución precipitada (y evidente), con un detective cuya parsimonia y ligera ironía aborrece. Totalmente prescindible.
Nota: 5
Pues me apetecía esta cinta, porque se hacen tan pocas pelis de misterio de verdad... Pero ahora me dejas fría si vale tan poco la pena. ¿Por qué les cuesta tan poco a los directores hacer un buen drama y tanto hacer una buena peli de género?
ResponderEliminarLenta, leeeeenta. desde el minuto 1
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